Estos productos tienen la capacidad de ayudar a mantener y mejorar la salud de sus consumidores.
En los últimos años se estuvieron desarrollando un nuevo grupo de productos conocidos como lácteos funcionales, fabricados a partir de la leche, que además de poseer todas las virtudes nutricionales de los lácteos convencionales (leche, queso y mantequilla), tienen también beneficios adicionales. Para conferirles la funcionalidad se les suman componentes como microorganismos probióticos, las fibras prebióticas y los esteroles vegetales, entre otros.
En este sentido, según el doctor David Sepúlveda, la funcionalidad más interesante que tienen estos productos se centra en su capacidad de ayudar a mantener y mejorar la salud, de una manera similar a los medicamentos. Actualmente existen productos lácteos de este tipo que ayudan a controlar la hipertensión, reducir el colesterol, combatir alergias e infecciones, fortalecer el sistema inmune, prevenir el cáncer, reducir el estrés, controlar el síndrome de colon irritable y hasta controlar el estreñimiento y diarrea.
Según el doctor Sepúlveda, algunas de las propiedades antes mencionadas son debidas a la acción de componentes inherentes a la leche, como lo son el ácido linoléico conjugado (CLA), los péptidos bioactivos, y el calcio, y otras se derivan de la adición de compuestos de origen no-lácteo que son compatibles con los productos lácteos y son bien recibidos por parte del consumidor quien reconoce a la leche y sus derivados como alimentos saludables y vehículos de salud".
"La gran riqueza y complejidad de nutrientes y sustancias bioactivas que representa la leche, así como la importante interacción entre la industria de productos lácteos y la academia, aseguran que en años próximos seremos testigos del desarrollo de un numero aun mayor de productos lácteos funcionales", aseguró Sepúlveda.
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