El partido de Mauricio Macri enfrenta quejas de sus referentes provinciales. Muchos abandonaron el PRO después de diferencias e intervenciones. Los mails que muestran el descontento, a los que accedió Página/12 a través de un ex dirigente de esa fuerza.
Aunque Mauricio Macri anunció que no adelantará las elecciones porteñas y que su intención es enfocarse en su candidatura presidencial, para lo que no pierde oportunidad de mostrarse de gira por las provincias con vistas a octubre, el armado del PRO a nivel nacional está repleto de problemas. Mails internos del macrismo, a los que tuvo acceso Página/12, reflejan que varios distritos fueron intervenidos en los últimos meses desde la Mesa de Conducción Nacional del PRO, lo que motivó las quejas de los distintos referentes locales contra los manejos del entorno que pretende llevar a Macri a la Casa Rosada. Esto conforma un escenario complicado para que el macrismo pueda consolidar una estructura sólida a meses de las elecciones generales.
Además de la fractura en la provincia de Buenos Aires, donde Francisco de Narváez aseguró que competirá por la gobernación ya sin la alianza que compartió con Macri, el PRO también hace agua en Catamarca, Mendoza, Santiago del Estero y Salta. En Misiones, en tanto, se lo señala al ex gobernador Ramón Puerta –nexo entre Macri y el Peronismo Federal– como el principal responsable de la intervención del partido. Las internas también se multiplican en La Rioja y Córdoba, y también por estos días, surgieron diferencias en Tucumán, Chaco y Entre Ríos, donde el malestar crece aunque las alianzas locales aún no estallaron.
La principal acusación que le hacen al líder del PRO es su “autismo” con respecto al federalismo que pregona, y que los valores democráticos que sustentan al partido “son puro marketing”. Tampoco habría caído bien entre los dirigentes del PRO santafesino, el reciente ofrecimiento a ser candidato a gobernador provincial al humorista Miguel Del Sel, iniciativa del propio Macri.
Es sabido que mucho peor que las críticas de los opositores son los cuestionamientos que provienen desde adentro del mismo espacio político. Una fuente del PRO le permitió acceder a Página/12 a los correos que se intercambiaron distintos ex referentes del partido que ya no integran las filas del PRO en los últimos meses, con críticas a la cúpula nacional y a los manejos internos del macrismo, donde apuntan al jefe de campaña Humberto Schiavoni y al presidente del partido, José Torello, como los responsables del desmanejo. El disparador de la interminable cadena cuyo asunto fue “Robo al sueño PRO” fue una invitación “por error” al plenario partidario de diciembre pasado para el ex referente del PRO mendocino Daniel Gaido, donde le recomiendan “no concurrir ya que el ingreso es restringido”. En Mendoza, el PRO llevó a cabo un acuerdo que después no respetó con un Partido Demócrata, al imponer como candidato a concejal de la mano del diputado provincial Jorge Macri, al corredor del Dakar, Orlando “Orly” Terranova, vinculado a la empresa Publicidad Sarmiento que está a cargo del cuestionado negocio de la publicidad urbana en la ciudad. “Hoy el PRO cambió de interlocutores, pero los que mandaban antes no conocían nada de la provincia”, apuntó un dirigente con llegada a la desesperada negociación para una nueva alianza que está encarando el diputado macrista Federico Pinedo, con el fin de no repetir la experiencia de Terranova, que tras una millonaria campaña sólo consiguió un cuarto puesto, que lo dejó sin ninguna banca.
Intervenciones PRO
En Salta, la intervención del partido se dispuso en noviembre último a partir de las intenciones de la alianza local de apoyar la reelección a gobernador de Juan Manuel Urtubey, pero con listas propias a diputados y concejales. La intervención comandada por Pablo Walter –referente del sello Recrear en Tucumán y hoy bajo el ala del ministro de Educación Esteban Bullrich– esgrimió que eso representaba “apoyar al kirchnerismo”. Los interventores aseguraron públicamente que el candidato elegido para ir junto al PRO en 2011 era el diputado salteño del Peronismo Federal Alfredo Olmedo, recordado por su poco feliz comentario durante la discusión por la ley de matrimonio igualitario: “Yo tengo la mente abierta pero la cola cerrada”. El resultado, según contó el ex integrante de la Mesa Organizadora Marcelo Nieva Contreras, fue que el partido se dividió en una línea interna llamada Movimiento de Apertura Republicana, llevándose a los actuales afiliados y con listas propias para las internas abiertas. El PRO en cambio, cuando venció el plazo para presentar frentes y alianzas, no integró ninguna y quedó convertido en “un sello de goma, una cáscara vacía”. “No podemos tolerar tal ridiculez de intervenir un distrito y desacreditar el esfuerzo y sacrificio de tantos dirigentes”, señaló el ex referente del PRO salteño, al remarcar el “grotesco papelón” que significó la decisión fruto de la “incapacidad política de un par de intermediarios”. La réplica llegó por parte de Pinedo: “Hermano, el PRO no se creó para apoyar las políticas del kirchnerismo. Macri, tu supuesto líder, no representa al pueblo que quiere votar al kirchnerismo. No nos tomes por zonzos”, le respondió el legislador en un mail de tono poco amigable. Una situación análoga fue descripta por la abogada Daniela Herrera, representante del PRO en La Rioja, y en Córdoba, algo similar por integrantes del partido Primero La Gente, que electoralmente intentó una alianza con el PRO.
“Catamarca fue el tercer distrito en llegar a la inscripción definitiva con afiliados, pero no se dignaron ni a atender un teléfono”, disparó el ex candidato a diputado Gastón del Pino. “En nuestras elecciones no había Mauricio ni sueño PRO”, agregó para lamentarse de “haber perdido tiempo en mantener un sello nacional por capricho o inexperiencia de una mesa nacional” de la que “nunca” fueron parte. En Santiago del Estero, el ex candidato a gobernador Vicente Lo Bruno le apuntó directamente a Macri con sus quejas. “Inspirabas confianza, pregonando la democracia, el federalismo, el respeto a los hombres y mujeres, a las instituciones y al sacrificio, pero nada de esto ocurrió”, comienza su carta. Entre los motivos de su renuncia, Lo Bruno enumera que no fueron “reconocidos como dirigentes ni como hombres de trabajo”, que “todos los gastos corrieron por nuestra cuenta” y denuncia que “llega dinero y no se conoce su procedencia ni su destino”. “No vamos a ser gerentes ni obsecuentes para ganarnos el aprecio de la dirigencia nacional”, aseguró Lo Bruno en alusión a Torello. “Jamás permitiremos que dirigentes nacionales vengan a imponer condiciones en cada elección y a exigir que se acaten órdenes”, sostuvo para fundamentar su renuncia al partido. Por estas horas, los representantes de Chaco, Entre Ríos y Tucumán, aguardan un contacto telefónico con Buenos Aires, ya que el disconformismo y la incomunicación con la Mesa Nacional los está dejando también al borde de la ruptura.
Misiones de Puerta
El caso de Misiones es paradigmático sobre estos manejos. El partido que encabeza Macri desembarcó en febrero de 2009 en la provincia. Claudio Wipplinger fue el referente del PRO hasta septiembre de 2010 en el único distrito donde el macrismo logró constituirse como segunda fuerza política, luego de la Capital Federal. El armado misionero obtuvo un diputado provincial y cuatro concejales. De perfil similar al de Macri, Wipplinger es un joven empresario, heredero de una de las fortunas más importantes de la provincia –dueña de un imperio dedicado al transporte de cargas–, e irrumpió en la política a fuerza de aportes monetarios propios para impulsar su estructura, y bajo el ala ideológica de Propuesta Republicana. En este caso, Wipplinger apunta directamente a Puerta como el artífice de la intervención de su partido en la provincia. En las últimas elecciones, compartieron boleta y el PRO le aportó alrededor de 32 mil votos de los 72 mil que obtuvo Puerta para poder ser diputado por Misiones, cargo al que llegó por una exigua diferencia de 456 votos.
Misiones logró de la mano de Wipplinger ser aprobada definitivamente por cubrir la cantidad de afiliados necesarios “siendo unos cinco o seis los que lo lograron hacerlo de los 24 distritos del país”. El PRO a nivel nacional tuvo que recurrir a la fusión con Recrear para sumar distritos aprobados. “Recibimos como reconocimiento por nuestro trabajo un robo del trabajo realizado simplemente por no dejarnos manejar desde afuera por Puerta; en la intervención no tuvimos siquiera derecho a defensa de las excusas que esgrimieron para el atropello, tirando el concepto republicano a la basura y dejando en claro que todo es un verso”, apuntó Wipplinger.
La intención del ex gobernador, amigo personal de Macri, fue dominar también los designios del PRO local. “Todo funcionó bien hasta que Puerta intentó cooptar a los concejales de Posadas y a poner palos en la rueda”, indicó el empresario que apuntó a Schiavoni como “un empleado de Ramón” y el responsable del armado provincial. Wipplinger conoce a Puerta de forma personal, fue su cuñado por casi dos años. “Nosotros fuimos intervenidos porque no nos dejamos manejar por Puerta. Si venía Schiavoni y me amenazaba con la intervención. Me decía: ‘¿vos sabés que Macri almuerza con Ramón todas las semanas?’. Empezaron a colocar gente que no tenía nada que ver con el partido”, señaló el dirigente que desliza sus sospechas sobre los negocios que ambos dirigentes llevan adelante en Misiones. “Es un concepto marketinero lo republicano del PRO. A nosotros no nos dieron ni un folleto, todo lo puse de mi bolsillo”, arremete el empresario que hoy comanda un partido autónomo. “El partido se convirtió en un sello de goma ocupado por mercenarios políticos pagos. La gente que trabajó para darle forma al PRO en las provincias es desplazada por vendedores de buzones, lo que muestra un centralismo autoritario del que se desprende un profundo desprecio hacia el valor de los provincianos”, asegura Wipplinger.
En el entorno del jefe de Gobierno relativizan el éxodo de militantes de las filas del partido, y confían en que en 2011, a través de las alianzas en las que Pinedo y Schiavoni están trabajando, “el PRO será una fuerza con presencia nacional consolidada”, que llevará a Macri a ocupar la Casa Rosada.
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