Si bien hay muchos proyectos para erradicarlos y para trabajar en el reciclaje, aún faltan medidas para tratar los residuos en forma integral. Los casos del relleno sanitario en Junín, el tratamiento de desechos en Leandro N. Alem y O'Higgins, y el complejo de reciclaje de Viamonte.
En los basurales a cielo abierto se disponen residuos sólidos de forma indiscriminada, sin control de operación y con escasas medidas de protección ambiental. Y, en Argentina, existen más de 5000 de ellos, algunos de los cuales están en nuestra Región.
Recordemos que, a diferencia de otros sitios de disposición y tratamiento de residuos, los basurales a cielo abierto carecen de control en la disposición, por lo que puede encontrarse todo tipo de residuos, incluso patogénicos y peligrosos. Tampoco cuentan con la impermeabilidad de los suelos donde se emplazan o la distancia adecuada respecto de las napas freáticas y los cursos de aguas superficiales.
Ante ello, municipios de la Región siguen avanzando en acciones y proyectos destinados al saneamiento y cierre de sus basurales a cielo abierto, como así también en la consolidación del reciclaje como práctica comunitaria. Es que, si bien la problemática se remonta a varias décadas, el debate en el interior bonaerense acerca del tratamiento de residuos cobró mucha fuerza en los últimos años.
En el caso de Junín, el proceso de saneamiento comenzó en el año 2015 y de basural a cielo abierto a relleno sanitario en el 2018. En 2021, el Municipio abrió la Planta de Reciclado.
“Ahora que tenemos el circuito armado estamos poniendo mucho el foco en los programas de reciclado y compostaje. Darle prioridad a eso es nuestro objetivo, para poder reducir lo que llega al relleno sanitario y para poder extender la vida útil de muchos materiales”, comentó Perla Casella, quien durante siete años fue subsecretaria de Medio Ambiente y ahora se desempeña como Subsecretaria de Servicios Públicos.
“Hoy apuntamos a cambiar los hábitos de la gente. Por eso, estamos entregando composteras y educando en el uso de las mismas. Tenemos un convenio con una de las unidades penitenciarias donde ellos las hacen y nosotros las repartimos. Eso nos ayuda mucho”, señaló Casella.
Asimismo, agregó: “También estamos trabajando en que haya más puntos verdes para que las personas puedan llevar sus reciclables y estamos entrenando eco tachos, que son unas bolsas verdes duras para juntar reciclables”.
En ese sentido, la funcionaria dijo que: “Tenemos puntos verdes en casi todos los pueblos, trabajamos con los vecinos, con las sociedades de fomento, instituciones, los distintos barrios, hacemos charlas de compostajes y vemos que la gente se suma cada vez más. La conciencia en nuestra sociedad va creciendo cada vez más”.
En Junín, diariamente, ingresan al relleno sanitario unas 120 toneladas de basura provenientes de las localidades que conforman el distrito.
La Cooperativa Las Marías es la encargada de realizar el reciclaje de los materiales que llegan al complejo ambiental. Entre las novedades, Casella indicó que, en el marco de un trabajo conjunto con el gobierno de la Provincia, pudieron acceder a fondos para armar un nuevo nodo de reciclado que va a estar en la ciudad y que va a permitir una mejor logística.
Los microbasurales o basurales clandestinos siguen siendo una problemática en el distrito. “Son puntos que a pesar de que los limpiamos constantemente y que ponemos carteles o iluminación, se vuelven a formar. Es una cuestión de educación. Hemos aplicado infracciones a quienes arrojan basura en estos puntos. Pero es una tarea difícil erradicar estas costumbres. Hay gente que lleva años tirando la basura en esos lugares. Es terrible para los vecinos que viven cerca y lo peor es que son otros vecinos quienes los generan. El relleno sanitario tiene las puertas abiertas para llevar la basura cuando quieran, es falta de conciencia”, sostuvo y agregó que “si bien la mayoría de los juninenses están tomando conciencia y separando sus residuos, tenemos este otro perfil de ciudadano que nos cuesta mucho revertir y no se debe a que no llega el camión que recolecta la basura porque hemos ampliado mucho el servicio y su frecuencia. Es por costumbre”.
Proyecto de relleno sanitario en Alem
Por su parte, en el partido de Leandro N. Alem, están trabajando en un proyecto que ya fue presentado al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación para poder construir un relleno sanitario y erradicar los tres basurales más grandes del distrito que se encuentran en Alberdi, Vedia y Alem.
“Buscamos cerrar estos basurales. Pero primero necesitamos tener un relleno sanitario. Ya presentamos el proyecto que incluye un lote ubicado lejos de los cauces de agua y cerca en un punto estratégico entre todas las localidades del distrito”, señaló Mauro Albarello referente del Área de Ecología y Medio Ambiente del municipio. Ahora están a la espera de una respuesta.
“Nos dijeron que hay presupuesto para confeccionar rellenos sanitarios en 20 municipios. Este es un proyecto muy caro, por eso la mayor parte de los pueblos tienen basurales a cielo abierto”, reconoció el funcionario.
Es de destacar que, a pesar de no contar con un relleno sanitario, igualmente se recicla. En el basural de Vedia hay una planta de recuperadores urbanos, la Cooperativa Vedia Recicla, donde se separa lo que ingresa al predio, se clasifica, se trata y compacta para luego ser vendidos. “Ahora la idea es hacer la separación domiciliaria en la ciudad”, agregó el referente del Área.
El único de los pueblos que realiza separación domiciliaria es Leandro N. Alem. Además de puntos para dejar vidrio, plástico, cartón y latas, los miércoles se retiran de los domicilios los residuos secos, y son llevados a la planta recicladora de Vedia.
El caso de General Viamonte
En el partido de General Viamonte el basural se encuentra en un estado de transición. A la fecha solo ingresan los residuos húmedos. El complejo ambiental ubicado en Los Toldos recibe el resto de los desechos. Ricardo Rebollera, encargado del mismo, informó que semanalmente ingresan entre 60 y 70 toneladas de residuos secos de los cuales se recuperan aproximadamente unos 27 mil kilos, que se venden e ingresan nuevamente al circuito productivo como materia prima.
“Recibimos 8 camiones de residuos secos por semana”, afirmó Rebollera. Además, la recolección de residuos es diferenciada y por días. La planta que funciona desde 2017 emplea a unas 20 personas que trabajan divididos en dos turnos.
En el distrito hay Puntos Limpios donde las personas pueden llevar vidrios, plásticos, cartón, aluminio, residuos electrónicos y aceite de cocina, y a cambio se llevan plantines.
Asimismo, unos 500 vehículos particulares por mes se acercan al complejo ambiental para llevar los residuos secos. Sin embargo, quedan algunos materiales que no son tratados.
“La idea es empezar a trabajar el próximo año con los residuos de obras, con los neumáticos y con las casas de venta y arreglo de electrodomésticos para recuperar algunos residuos electrónicos”, puntualizó.
En el complejo se realizan visitas guiadas con los distintos niveles educativos donde se concientiza sobre separación de residuos, compostaje y el vivero. “El objetivo es contar qué se hace en el complejo ambiental, que puedan ver cuál es el destino final de los desechos que generan, la importancia de separar los residuos”, detalló Debora Cocchi, inspectora Ambiental Municipal del partido de General Viamonte.
“La idea es seguir creciendo en educación ambiental tanto de los vecinos como también en los establecimientos educativos, que ya se vienen haciendo desde hace mucho tiempo.
Lo que hace la escuela es interesar a los alumnos y de alguna manera ellos llevan eso a la casa”, sumó Rebollera.
Sobre la problemática de microbasurales, Cocchi explicó que estos puntos tanto rurales como urbanos donde se arroja basura son un riesgo para la salud ambiental y humana:
“Pueden ser foco de infecciones, contaminación del suelo, agua, aire y disminuyen la calidad de vida”, lamentó.
Desde su área trabajan para terminar con los microbasurales. “El trabajo consiste en varias etapas. La primera es el mapeo, la segunda es limpiar la zona, poner un cartel donde se informa que se prohíbe tirar basura y por otro lado hablamos con los vecinos, les contamos el trabajo que se lleva y hacemos que cada vecino se comprometa a tirar la basura en un cesto de residuo. Es un problema complejo”, comentó Cocchi.
El proyecto de O'Higgins
Una de las localidades de la Región que apunta a cerrar su basural a cielo abierto es O'Higgins, donde la Sociedad de Fomento local, junto a profesionales de la Unnoba, armaron un proyecto para terminar con esta problemática. Eduardo López, presidente de la Sociedad de Fomento, informó que en febrero de este año se reunieron con el intendente del partido de Chacabuco, Víctor Aiola para compartirle la preocupación que tenían en relación al basural a cielo abierto.
“Venimos trabajando desde 2016 en temas de ecología junto con Mariápolis. En estos días presentamos el proyecto al delegado local y al secretario de Hacienda de Chacabuco”, explicó López. Así, el primer paso de este proyecto es realizar un estudio de impacto ambiental.
Siguiendo esta iniciativa, el delegado dijo que “es bastante ambiciosa ya que requiere de un alambrado olímpico, un galpón para reciclaje, espacios para tener los distintos materiales separados y recursos humanos. Este proyecto generará puestos de trabajo. Desde la Sociedad de Fomento estamos contentos porque esta es una localidad chica y este sería un gran paso”.
Luego de la primera etapa, una vez aprobado el estudio de impacto ambiental, según López “hay que conseguir los fondos porque se necesita una gran inversión para hacer la planta de reciclaje, la infraestructura, llevar agua al lugar y luz. Va a llevar un tiempo, pero lo bueno es que ya se empezó por algo”.
De momento en O'Higgins hay un basural a cielo abierto. “Hace unos meses lo estuvieron limpiando, pero no es la solución porque se sigue tirando basura y es contaminante”, reflexiona López.
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