Ese jueves será la primera sesión de la nueva composición del Concejo Deliberante. Comenzará a ponerse a prueba la solidez del armado de Cambiemos y, lejos de la exposición, el intendente deberá empezar a demostrar su manejo político.
Con cierta generosidad se puede decir que desde el 10 de diciembre hasta hoy, el Concejo Deliberante gozó de cierta calma. Las discusiones para definir las comisiones internas, que no perforan los muros del Palacio, fue lo más entretenido durante estos 34 días. En ese mismo lapso, el intendente Carlos Arroyo enfrentó dos paros de municipales, dos de recolectores de residuos, amenazas de guardavidas, la renuncia del secretario de Seguridad. La diferencia entre el vértigo que vivió el Ejecutivo y el del Legislativo es evidente.
Poco a poco, la balanza comenzará a emparejarse. Este jueves, el Concejo Deliberante tendrá su primera sesión con la nueva composición. No hay temas rutilantes, pero el armado de Cambiemos empezará a ponerse a prueba. También cómo será la postura de la oposición.
El Concejo quedó dividido en dos mitades. En apariencia, una más homogénea que la otra. Pero, ya lo dice el refrán, las apariencias engañan.
Cambiemos no se unificó en un megabloque de 12 concejales. Los radicales y la Agrupación Atlántica resolvieron mantener su autonomía. El partido liderado por el intendente, absorbió a Juan Aicega y creó el bloque Agrupación Atlántica – Pro con siete representantes. A ellos se les suman los cinco radicales, lo que completa la mitad del cuerpo legislativo. El voto doble de Guillermo Sáenz Saralegui como presidente del Concejo Deliberante implica una mayoría absoluta.
Este jueves llegará al HCD el expediente para designar al frente del Ente Municipal de Turismo (Emtur) a Emiliano Giri, quien ocupa el cargo desde el 10 de diciembre pero debe ser avalado por el Concejo. Pasó las comisiones, pero con reparos desde algunos sectores que entienden que existe una incompatibilidad por parte del funcionario, que tiene vínculos con el balneario Mariano y con el sistema de pagos Ripsa, que tiene contratos con la Municipalidad.
Un concejal opositor a Arroyo confió que el expediente saldrá. Admitió que formalmente no hay reproches para hacer por el nombramiento, porque Giri ya no forma parte de ninguna de las dos sociedades (en una es titular un hermano y en otra su padre). “El tema es ético-político, pero no hay mucho que se pueda hacer”, explicó. No es la única versión: para otros la incompatibilidad es manifiesta. Como sea, el trámite del expediente en la primera sesión de este HCD no será fácil. Saldrá aprobado, pero deberá soportar las críticas de concejales pultistas, kirchneristas y massistas.
Argumentos para, al menos, empatar la discusión existen. Pulti nombró a José Luis Castorina, arquitecto y presidente del Colegio, justamente en el área que debía controlar las obras privadas. Es solo un ejemplo entre varios que podrán sacar a relucir. La incógnita es saber cuánta voluntad tendrán algunos integrantes del interbloque para defender a Giri.
A fuerza de éxito en la estrategia electoral para llevar a Arroyo a la Intendencia, Giri se convirtió en referente del Pro en Mar del Plata. Sin embargo, su relación con Aicega es decididamente mala. Con los radicales no tiene tal nivel de enfrentamiento, pero fueron rivales hasta hace pocos meses. Del lado de la Agrupación Atlántica, son todos hombres del riñón de Arroyo, que bien podrían ser las espadas que combatan la verba acusatoria de la oposición. Pero ninguna de esas espadas tiene el peso que otorga la experiencia en este tipo de batallas.
Del otro lado, hay una bancada de Acción Marplatense dispuesta a marcar todas las contradicciones entre los dichos de Arroyo en campaña y la realidad en este mes de gestión. Saben que apenas hablen, vendrán las réplicas que los signarán como los únicos responsables de la crisis que se vive en Mar del Plata. Están dispuestos a pagar el precio de saltar al barro con tal de que el barro alcance al nuevo intendente.
El Frente para la Victoria, poco a poco, trata de volver a recuperar su identidad luego de la alianza con Pulti. Y el Frente Renovador debe resolver sus internas para saber si prima el peso de Lucas Fiorini o el de Cristian Azcona.
Lo de este jueves será apenas un test para el nuevo Concejo Deliberante. Arroyo hizo varios anuncios en campaña que exigirán proyectos que el Ejecutivo deberá enviar al HCD (por caso, la modificación del Código de Publicidad). Y en su rol de jefe político de Mar del Plata también deberá demostrar la capacidad que tiene, primero, para mantener unidos a los suyos y luego para buscar acuerdos con los extraños.
Entre los suyos, hoy, están los radicales, pero más allá de la alianza circunstancial el partido centenario tiene sus propios intereses. Son conscientes que hoy están en el poder gracias a los votos de Arroyo, pero tienen las ambiciones lógicas de un partido que gobernó Mar del Plata durante 20 años desde el 1983 a la fecha.
La segunda gran prueba, sin duda, será el presupuesto. El secretario de Hacienda José Reinaldo Cano está terminando de ultimar detalles para enviarlo al Concejo. Hasta el momento, los opositores desconocen cuáles serán sus lineamientos, pero está claro que habrá cierto apuro para que el cuerpo legislativo lo apruebe. Y ahí el arroyismo deberá tender puentes porque necesita votos “no propios” para sacarlo.
El mayor peso que tomará el Concejo Deliberante a partir de que empiecen a entrar los proyectos del Ejecutivo correrá los reflectores del rostro de Arroyo para iluminar un recinto que, por momentos, se convertirá en un ring de boxeo. Por un lado, aliviará al intendente, pero por el otro pondrá a prueba su muñeca política.
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