Con la asunción de 12 ediles y Ariel Bordaisco en la presidencia del cuerpo, los 365 días del Legislativo naufragaron entre los consensos iniciales y los cruces por la gestión del coronavirus. El impulso a la economía de la pospandemia y la transparencia en los fondos del área, en el debe.
Con 23 votos a favor, el 9 de diciembre de 2020 Ariel Bordaisco (UCR) se transformó en el nuevo presidente del Concejo Deliberante en reemplazo de Guillermo Sáenz Saralegui, junto con la asunción de otros 12 legisladores.
“Nos espera un Concejo Deliberante distinto. Vamos a trabajar por una mayor cercanía con el vecino para que pueda participar en la elaboración de las normas”, expresó Bordaisco al asumir. Y agregó: “Vamos a transparentar el trabajo del Concejo Deliberante, a través de la información pública y la comunicación”.
La agenda del Legislativo inició con una muestra de consenso a partir de la aprobación de los candidatos para encabezar los Entes Descentralizados y Obras Sanitarias el 17 de diciembre del 2020. Y, luego, el 14 de febrero de este año, se hizo lo propio con el presupuesto y las ordenanzas Fiscal e Impositiva.
Casi un mes más tarde, la irrupción de la pandemia del coronavirus trastocó los planes del Legislativo, que declaró la Emergencia Sanitaria para darle una herramienta al Ejecutivo y así facilitar la compra directa de medicamentos e insumos de salud.
De todos modos, la situación sanitaria obstaculizó la agenda, con actividades de comisión reducidas y dos meses sin sesiones en el recinto. Esto terminó de resolverse con las reuniones virtuales-impulsadas principalmente por el Frente de Todos-, para lo cual se avanzó en la modificación del reglamento interno para que el voto de los ediles aislados sea válido.
Pero la prolongación de la pandemia y la cuarentena aumentaron las rispideces entre oficialismo y oposición. Incluso más a partir de julio, cuando Mar del Plata pasó de ser una ciudad modelo a padecer un brote que la puso cerca del colapso sanitario.
En paralelo, los reclamos de los distintos sectores económicos afectados por las restricciones del ASPO, a la par de la negativa de Provincia a flexibilizar el sistema de fases y aprobar protocolos, generó una alternativa por parte del bloque oficialista de Vamos Juntos: la Comisión de Reactivación Económica, una instancia tenía como rol central recomendar al Ejecutivo el otorgamiento de permisos precarios para la apertura de actividades que aún no habían sido habilitadas en el marco de la cuarentena.
De esta manera, con el guiño inicial de la oposición, se propició la vuelta de más de 50 actividades, incluso los cafés, antes del retroceso a fase 3 a fines de agosto. Sin embargo, las idas y vueltas del Ejecutivo con Provincia para propiciar las habilitaciones tuvieron su correlato en Mar del Plata con el kirchnerismo, más aún cuando se dispararon los casos en la ciudad. Esto desembocó, a inicios de septiembre, en el abandono del espacio por considerar al área “fuera de contexto” ante la situación epidemiológica , tomando partido entre la dicotomía salud o economía.
Semanas más tarde, el 23 de septiembre, llegó un baldazo de agua fría, con la confirmación del 26% de desempleo en la ciudad. Un piso de consenso se encontró entre los presidentes de bloque, a partir de la necesidad de comenzar a plantear una agenda de pospandemia. Por caso, se impulsó la creación de un “Consejo, Económico, Social y Productivo”.
La sesión del escándalo
Uno de los puntos más críticos que se vivió en el Concejo fue el 26 de septiembre, en sesión ordinaria. El plenario se extendió durante más de ocho horas y estuvo signado por la prórroga de la Emergencia Sanitaria y el tratamiento de diversos expedientes ligados a la apertura de la gastronomía.
Tras la negativa del kirchnerismo a tratar sobre tablas una iniciativa de Acción Marplatense para flexibilizar la actividad gastronómica, el presidente del bloque pultista, Horacio Taccone, disparó contra Marcos Gutiérrez (Frente de Todos): “El señor Gutiérrez demostró que es coherente con la actitud que tuvo hace un mes, cuando se escapó de la Comisión de Reactivación Económica. El señor Gutiérrez quiere que haya hambre en Mar del Plata, que al intendente le vaya mal. Y quiere que desaparezca Acción Marplatense. La única forma, y hablo por mí, que tengo de desaparecer es si el señor Gutiérrez tuviese testículos, va, compra una 45 y me tira un tiro en la cabeza”.
La situación desconcertó a todos los presentes. El kirchnerismo pidió la suspensión de Taccone. Y Bordaisco se vio notoriamente desbordado por lo ocurrido. No supo encarrilar un debate que se iba por la borda. Por momentos, daba la sensación de que el plenario era manejado más por los ediles que por el presidente del Legislativo. En definitiva, la sesión fue postergada ante la falta de acuerdos, tras una solicitud de un cuarto intermedio, y se reanudó a la semana siguiente.
Una agenda en el debe
A pesar de la aprobación de ordenanzas claves como la Emergencia Sanitaria, los corredores gastronómicos, el Régimen Especial de Habilitaciones Comerciales, la creación de una comisión especial para reformar la Tasa de Servicios Urbanos, entre otras ordenanzas que se aprobaron, el 26% de desempleo y el 38,9% de pobreza no han tenido un correlato en la agenda del Concejo.
Desde la presentación del Presupuesto 2021 por parte del Ejecutivo, a inicios de noviembre, la actividad legislativa estuvo centralizada, hasta hoy, en la comisión de Hacienda, donde cada funcionario asistió para defender los números asignados para su área.
En el tintero han quedado proyectos impulsados por el Ejecutivo para darle impulso a la economía. El más destacado es el Plan de Reactivación de la Industria de la Construcción, el cual fue presentado hace ya dos meses, y ni siquiera fue tratado en la comisión de Obras, presidida por Marianela Romero (UCR).
Mientras tanto, en los cajones acumulan polvo decenas de expedientes claves en material social, económica y sanitaria, en un marco extremadamente sensible por la pandemia y sus consecuencias.
Por caso, aún se encuentra demorado el abordaje de dos expedientes que apuntan a fortalecer las iniciativas de cara a la temporada de verano, como el proyecto para equipar las playas públicas del norte a partir de la explotación en manos de clubes deportivos y otro para instalar un paseo gastronómico en zona norte con food trucks.
La auditoría que nunca apareció
El ideal de transparencia que Bordaisco anticipó al asumir poco se tradujo en la auditoría que prometió llevar adelante. Anunciado a fines de diciembre del año pasado, el estudio busca analizar y determinar la situación patrimonial, de infraestructura y personal, entre otras aristas, del Departamento Deliberativo en los últimos 4 años. El objetivo es dar cuenta de cómo se manejaron los fondos en ese período y, en efecto, desde “qué punto de partida” asumió la nueva conducción.
Sin embargo, los meses pasan y nada de lo expuesto fue dado a conocer públicamente. Según supo este medio, en un principio, la auditoría se iba a presentar luego del debate del Presupuesto 2020, a mediados de febrero. Después, a comienzos de marzo. El Covid-19 interrumpió los planes y desde la presidencia del Concejo deslizaron que la misma se daría a conocer a la par del informe del estado de ejecución presupuestaria de los gastos del cuerpo.
Asimismo, el informe sobre la situación presupuestaria fue “el otro nivel de transformación” en cuanto a la “transparencia” que se pretendió impulsar con bombos y platillos. Tras una modificación al reglamento interno del Concejo, Bordaisco estableció que “tendrá la nueva obligación de informar cada 6 meses el estado de ejecución presupuestaria de gastos” del Legislativo “a los concejales y dar a publicidad dicho resultado”. La espera aún continúa.
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