El pasado sábado en sesión extraordinaria, el cuerpo deliberativo aprobó por mayoría el presupuesto 2017. El principal debate de la sesión giró en torno a la cuestión impositiva. El ejecutivo proponía 30% de aumento para la tasa urbana con una cláusula gatillo que le sumaría un 20% según la inflación. En resumidas cuentas, proponía un aumento del 50% anual. En contrapartida, hubo dos despachos que proponían modificaciones en este punto.
El bloque de Cambiemos, el peronista, “diversidad progresista”, un sector el Frente Renovador y la UCR votaron el presentado por Sáenz que estipula un aumento de un 25% con una cláusula gatillo que habilita que las tasas puedan elevarse un 8 % más. En conclusión, los concejales votaron el aumento de las tasas en un 33% anual.
Cuando hay mucho ruido, hay pocas nueces
El debate entre las diferentes fuerzas no pasa de las chicanas y los pases de facturas. De fondo todos coinciden en descargar la crisis fiscal del municipio en los hombros del pueblo que trabaja. Estos mismos concejales que ahora votaron el 33% y lo muestran como un triunfo el año pasado dejaron pasar la liberación de la valuación fiscal que hizo que las tasas aumenten alrededor del 100%. Está más que claro que tanto el gobierno municipal como los concejales de los partidos patronales dejan todas sus diferencias a la hora de decidir quién paga los platos rotos de la crisis.
Bertellys, quien vetó la ordenanza que ponía un tope del 37% al aumento el año pasado, y así dio rienda suelta a un aumento descomunal de las tasas, se vale de una alianza dentro del concejo con Cambiemos, el bloque peronista y el Frente Renovador. Estos últimos fueron su salvavidas a la hora de votar la insistencia que podía voltear dicho veto.
Todas las voces todas… menos la de los trabajadores
El “acalorado” debate sobre las tasas atrajo los ojos del mundillo político con la intención de poner bajo el tapete uno de los temas principales de este presupuesto de ajuste que votaron los ediles. El presupuesto 2017 contempla un 15% de aumento para los trabajadores municipales. Mientras se da un aumento en las tasas del 35%, a los municipales se les destroza su salario. Con una inflación en el 2016 superior al 40% y una proyectada para el 2017 por arriba del 20%, la masa salarial de los trabajadores municipal estará totalmente desfasada.
Ni un solo concejal abrió la boca con respecto a este atropello hacia los trabajadores.
Este ataque contra el pueblo no termina ahí: Dos áreas sensibles para la sociedad (Salud y Desarrollo Social) tendrán sólo un aumento en el presupuesto del 6,8 por ciento. El área de la Secretaría de Gobierno de Vieyra – de la que dependen entre otras Obras Públicas- aumentará su presupuesto en un 42%. De esto se desprende que el gobierno municipal de cara a las elecciones quiere hacer buena performance en base a obras y asfalto.
Un despropósito total si se tiene en cuenta el desguace que sufre el sistema de salud en nuestra ciudad. Faltan medicamentos, insumos básicos y últimamente no hay preservativos, ni anticonceptivos.
FPV Cristina Conducción: El oportunismo y la demagogia.
La agrupación kirchnerista salió al cruce de los concejales por la suba de tasas. Los muchachos kirchneristas sufren de falta de memoria o son verdaderos paladines del oportunismo y la demagogia pura. Durante todos los años en que gobernó el FPV se mantuvieron calladitos la boca. Le votaron todos los presupuestos a Inza con sus respectivos aumentos de tasas e incluso apoyaron un aumento del 45% en el 2014. También se quedaron callados cuando Inza no le pagaba los sueldos a los municipales. Su silencio cómplice cobró ribetes elocuentes del cinismo con la brutal represión a los trabajadores textiles.
Fueron ellos quienes propusieron privatizar el cobro de las tasas municipales, facilitando un negocio descomunal para una empresa vinculada con el por entonces secretario de hacienda, Néstor Requelme, hombre de la Gran MaKro, actualmente procesado por esa tentativa.
¿Cómo enfrentamos del ajuste?
Ya quedó demostrado que ninguna de las variantes de estos partidos tradicionales que han gobernado la ciudad durante todos estos años son partidarias de enfrentar el ajuste contra el pueblo trabajador, más bien, se inclinan por hacerle pagar la crisis. Eso quedó demostrado en el debate sobre las tasas municipales. Los ediles discutían mayor o menor canon de aumento, pero en definitiva están a favor de meterle la mano en el bolsillo a los trabajadores.
El Partido Obrero desde hace años viene insistiendo en que para saldar la crisis fiscal del municipio es necesario establecer un impuesto progresivo a los terrenos ociosos, que lucran con la especulación inmobiliaria, establecer un impuesto progresivo a las propiedades rurales, como también a la extracción de los recursos naturales en la zona, como la actividad de las canteras. El pase a planta permanente de todos los trabajadores municipales, la apertura de los libros contables de la comuna y el salario igual a la canasta básica de todos los trabajadores han sido aspectos centrales de nuestra lucha.
Para enfrentar el ajuste de los gobiernos y los partidos tradicionales es necesaria la organización de los trabajadores independientes de los partidos del régimen. Vayamos por comités barriales que luchen para quebrar este chantaje al pueblo.
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