El republicano Paul Ryan prometió que ni quiere ni aceptará la nominación de su partido para ser el candidato a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre próximo, una opción que barajaban algunos para frenar el avance de Donald Trump dentro del partido.
El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el republicano Paul Ryan, prometió hoy que ni quiere ni aceptará la nominación de su partido para ser el candidato a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre próximo, una opción que barajaban algunos para frenar el avance de Donald Trump dentro del partido.
"No cuenten conmigo", dijo, tajante, durante una reunión con el Comité Nacional Republicano en Washington, el hombre que hace cuatro años fue el compañero de fórmula de Mitt Romney y que será el encargado de dar el discurso central en la Convención Nacional que decidirá el candidato presidencial del partido en julio próximo.
A menos dos meses del fin de las internas presidenciales en Estados Unidos, los republicanos se encaminan a una posible convención nacional dividida, sin un precandidato con mayoría propia y con una cúpula partidaria opuesta al aspirante que lidera las encuestas,Trump.
Aún quedan unos 670 delegados en disputa, y Trump, la sorpresa imparable que desató una tormenta al interior del Partido Republicano, debe ganar al menos 479 de ellos si quiere garantizarse la nominación como candidato opositor para las elecciones presidenciales de noviembre próximo en la convención nacional de julio.
Si no lo consigue, como muchos analistas pronostican y como desea la cúpula del Partido Republicano, la convención nacional será un terreno de negociación y lucha, con resultados impredecibles.
Uno de los escenarios que hoy barajan medios y analistas es que, tras varias votaciones fallidas, algún delegado o dirigente del Partido Republicano proponga un candidato alternativo, distinto a Trump y a su principal y único rival por ahora, el senador texano Ted Cruz.
El nombre que más circuló en los medios es el de Paul Ryan.
"No quiero y no aceptaré la nominación republicana", sostuvo hoy el presidente de la cámara baja ante la cúpula del partido.
"Yo no debería ser considerado. Punto. Fin de la historia", agregó y dio por terminado el tema.
Ryan atrae apoyos del establishment republicano e inclusive de algunos sectores más radicales del partido, vinculados al movimiento ultraderechista Tea Party.
Sin embargo, hay una porción de los votantes y simpatizantes de Trump -que coincide con los que antes no votaban y esta campaña decidieron volver a participar en la vida electoral del país- que no apoyarían a Ryan, ya que lo consideran apenas otro miembro de la dirigencia política que desde hace décadas está enquistada en Washington y enajenada del resto del país.
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