Se conocieron dos recursos, uno en Mar del Plata y otro en Córdoba. Son contra las trabas que impone la AFIP, que impide la operación aunque el solicitante pueda demostrar que tienen ingresos declarados que justifiquen la compra.
En Mar del Plata, ni dólares ni euros. Tampoco rupias o pesos guaraníes. En el último intento, el hombre pidió quetzales, la moneda de Guatemala, pero tampoco. “Inconsistente”, fue la respuesta que recibió. Entonces el abogado Julio César Durán, que había ido a la casa de cambio para comprar 10 dólares a precio oficial (entonces $4,49) reunió cada uno de los comprobantes de los sucesivos rechazos, fue a la Justicia de Mar del Plata y presentó un amparo. “Es ofensivo, me han decretado la indigencia de hecho”, protestó.
El recurso deberá responderlo el Juzgado Federal N 4 de esta ciudad, de Alfredo López, un juez al que los ahorristas recuerdan bien: en 2001 declaró inconstitucional el corralito e hizo extensiva esa resolución a más de 14 mil causas abiertas en su juzgado.
A Durán lo representa el abogado Julio Moliterno, ex presidente de la Asociación Nacional de Ahorristas Unidos (ANAU), una entidad que nació con el corralito. Basó su reclamo en el artículo 43 de la Constitución Nacional, que prevé que ante cualquier avasallamiento de derechos que se haga como consecuencia de un acto de autoridad pública, un ciudadano puede presentarse en el fueron contencioso administrativo, tal como lo había recomendado el ministro Lorenzetti, si alguien “entiende que se está afectando un derecho individual”.
El otro caso se dio en Córdoba, a mediados de febrero pasado, cuando había viajado a la ciudad de Córdoba a visitar a sus familiares, una mujer que vive en Londres (Reino Unido) presentó en los Tribunales Federales de Córdoba un recurso de amparo contra el impedimento que le estableció la AFIP, ya que no pudo comprar dólares para llevar a su lugar de residencia.
Su abogado, el constitucionalista Antonio María Hernández (ex compañero de fórmula de Horacio Massacessi), le explicó a Clarín que su clienta “vive en Londres, está casada con un inglés y necesita comprar dólares para cambiarlos por libras esterlinas, porque el peso argentino no es convertible en el Reino Unido. Y argumentó que con estas restricciones, no puede desarrollar su vida normal con su familia en Londres, ya que no puede comprar dólares para proveerse de las libras que necesita”.
Pese a que el recurso de amparo fue presentado hace tres meses y medio, el juez federal Alejandro Sánchez Freytes aún no resolvió el trámite. “En un Estado de Derecho es realmente increíble lo que estamos viviendo, se legisla por decreto y los funcionarios que limitan los derechos de los ciudadanos”.
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