Con la fórmula Fernández-Fernández consolidada, el peronismo envió una comitiva de dirigentes, intendentes y sindicalistas a presentar un plan económico amigable ante los inversores de Wall Street y los funcionarios de Washington.
Sin Guillermo Nielsen, Matías Kulfas ni Emmanuel Álvarez Agis, los líderes del equipo económico de Alberto Fernández, la misión del PJ estuvo liderada por Gustavo Menéndez y conformada por Leonardo Nardini, Santiago Maggiotti, Francisco Echarren, Marcos Cleri, Silvina Batakis, Omar Plaini, Hugo Moyano hijo, Gustavo Soos y Francisco Cafiero.
Recibidos por las máximas autoridades globales para América Latina y el Caribe del Citibank en su casa matriz de Wall Street en Nueva York, los miembros de la delegación peronista fueron a transmitir la intención de asumir los compromisos y responsabilidades.
La consigna fue clara: no hay lugar para el default. Desde Sinceramente, el libro de Cristina, hasta el discurso de Alberto, pasando por las declaraciones de principios de Nielsen, en Unidad Ciudadana tallaron sobre piedra el mandamiento de pagarle la deuda al FMI (previa renegociación de plazos).
En el Departamento de Estado en Washington DC, la delegación estuvo reunida con Kevin O’Reilly, Subsecretario Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental y Bruce Friedman, Director para Asuntos de Brasil y el Cono Sur.
"La falta de credibilidad de este gobierno y los contundentes datos económicos negativos de la Argentina, han hecho necesario que el peronismo asuma nuevas responsabilidades para salir de este laberinto con el liderazgo de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner", sostuvo Menéndez al terminar la reunión.
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