Los funcionarios no descartan ninguna medida, excepto la devaluación. El objetivo, que el Banco Central ingrese dólares y cambie la expectativa del mercado
Los funcionarios del equipo económico se fueron al fin de semana con una mezcla de frustración y alivio. Coinciden en que ésta que acaba de terminar fue la peor semana financiera desde que Alberto Fernández es Presidente. Un par de esos funcionarios están convencidos de que han perdido la confianza ganada tras la exitosa negociación de la deuda. Y que se acerca el momento de tomar decisiones de fondo para intentar salir de la crisis.
"Hay que tener a mano toda la caja de herramientas. No nos alcanza con medidas aisladas. Se vienen días y semanas muy importantes", define, en confianza, uno de los economistas del equipo consultado por iProfesional.
¿A qué se refiere? En Economía son conscientes de que el ajuste del cepo dinamitó el puente de confianza que se venía construyendo tras el acuerdo con los acreedores. Asesores de Martín Guzmán aseguran que el ministro, lejos de cargar las tintas contra Miguel Pesce, se muestra sereno. Pero que, se sabe, a esta altura de la crisis, esa convocatoria a la tranquilidad ya no surte efecto.
Con la "caja de herramientas", en el equipo que maneja la economía del país se refieren a pensar en medidas y decisiones políticas que hasta ahora estaban fuera de la agenda.
Sobre la mesa hay varias iniciativas, incluso algunas que hasta ahora se habían dejado de lado, como la conversión de parte del swap con China a dólares. "Hasta ahora, Pesce decía que no hacía falta porque nos dejaría en evidencia que rascamos el fondo de las Reservas. Pero ése ya no es ningún secreto para nadie. La preocupación existe, y si ese swap está ahí, hay que activarlo", asegura otra de las fuentes consultadas.
En esa misma línea se inscribe el acercamiento con el Fondo Monetario. Una fuente del Palacio de Hacienda, que a inicios de la semana hablaba de una negociación "pausada, tranquila, y con tiempos extensos", pocos días más tarde admitía la necesidad de apurar el ritmo en las conversaciones.
En el Gobierno sostienen que, tras el agravamiento de la crisis, que llevó al dólar "paralelo" a los $145 y a la brecha cambiaria prácticamente al 100%, se hace necesario dar muestras de una gestión más eficiente.
"Olvídese; este equipo no va a devaluar", insiste un altísimo funcionario de la administración cuando se lo consulta por la coyuntura, en momento en que varios economistas de primer nivel ya hablan de una devaluación inexorable.
En medio de rumores sobre su continuidad, Miguel Pesce revisa su estrategia para morigerar la tensión del mercado cambiario
Por eso volvió a la mesa de análisis la posibilidad de cerrar un acuerdo con las cerealeras, que arrime dólares a las Reservas. Tal como publicó iProfesional, existe una propuesta de las exportadoras para acelerar las liquidaciones del "campo" a cambio de una disminución en la presión fiscal de los productores.
Está claro que el Gobierno, luego de trabajar por el lado de la demanda de divisas -cerrando al máximo el súper cepo-, ahora pretende encontrar la solución por el lado de la oferta.
En las últimas horas, algunos funcionarios clave del equipo económico aceleraron las conversaciones con las exportadoras de cereales, con el objetivo de cerrar un acuerdo que le asegure una rápida liquidación de billetes verdes.
De acuerdo a las estimaciones del propio Gobierno, los ruralistas acumulan unas 17,5 millones de toneladas de soja sin vender, que a un precio de u$s380 la tonelada totalizan unos u$s6.600 millones. "Ese sería un buen acuerdo", admite un funcionario que está al tanto de las conversaciones con las exportadoras.
El diagnóstico que prevalece en Economía refiere a que las reservas netas del BCRA, ahora en torno a los u$s7.000 millones, deberían subir a los u$s10.000 millones para estabilizar y llevar tranquilidad al "mercado".
Certeramente, los funcionarios suponen que el vértigo de la última semana se potenció por la constante pérdida de dólares.
Hasta ahora, Guzmán se opuso a un acuerdo con las cerealeras para evitar una ampliación del rojo fiscal. También existe un motivo político: "No sea cosa que, ahora que estamos débiles, nos ofrezcan una ayuda que termine por hundirnos. No hay margen fiscal y político para extender un beneficio que debería ser excepcional y temporal", explica una fuente del Palacio de Hacienda.
La agenda con el Fondo Monetario la encaró directamente Guzmán. La idea es que en poco más de una semana, el ministro encabece el inicio de las conversaciones con la misión del organismo encabezada por Luis Cubbedu.
Se sabe: Alberto Fernández no quiere que se hable de un "plan económico". Sin desmentirlo, Guzmán mencionó esta semana que hablar de plan o no "es una cuestión semántica". "Si se lo quiere llamar plan, no hay ningún problema", dijo, en referencia al planteo del Presupuesto 2021.
Al adelantar la negociación con el FMI que conduce Kristalina Georgieva, el Gobierno espera incidir en un cambio de expectativas del mercadoObjetivo: dólares y expectativas
El cambio que busca impregnar el equipo económico va en la dirección de tomar una serie de medidas consistentes una con la otra, que ayude a levantar la confianza de los agentes económicos.
A la posibilidad de un acuerdo con los sojeros y a un entendimiento lo más rápido posible con el Fondo Monetario, que sirvan como señales del rumbo, tampoco se descartan medidas ortodoxas, como una suba de la tasa de interés. O incluso una suba de los encajes bancarios.
"Lo más importante ahora es que aparezcan dólares en el Banco Central. Que podamos mostrar que estamos en condiciones de dar vuelta las expectativas", señala otro de los funcionarios.
Ese mismo funcionario desmiente la chance de una devaluación. "No es cierto que cuando el "blue" está por arriba del "oficial" eso determine una devaluación. En 2016, cuando Macri devaluó, el "paralelo" seguía por encima del "oficial" pero al poco tiempo convergió al valor más bajo. Cuando se gana en confianza y hay un tipo de cambio competitivo, eso puede funcionar así. A nosotros nos falta la confianza; el tipo de cambio competitivo ya lo tenemos", analiza la fuente.
En la evaluación oficial, si el Gobierno admitiera una devaluación no haría más que descalibrar algunas variables que se encuentran encaminadas.
Los funcionarios mencionan las tarifas de los servicios públicos: "Si se devalúa, los subsidios crecerían de manera exponencial. También empeorarían los ratios de la deuda pública. No habría ninguna ganancia. Y ¿quién le explicaría a la gente el salto explosivo de la pobreza?", remate el funcionario consultado.
Por eso en el equipo económico aseguran que es cuestión de reforzar las reservas pero no con medidas aisladas sino como parte de un conjunto.
Sobre el cierre de la semana, ninguno de los consultados desmintió que pueda activarse la conversión de una parte del swap de China. A finales de 2015 se cambiaron yuanes por el equivalente a u$s3.100 millones.
"Acá no hay un final cantado", refuerza la fuente. Todos están convencidos de que se vienen días claves para la administración.
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