Las empresas de medicina privada pidieron a la Superintendencia de Servicios de Salud la autorización para aumentar, desde agosto, un 15 por ciento las cuotas de sus afiliados y otro 11 por ciento a partir de diciembre.
El argumento de las prepagas es que las droguerías y hospitales de comunidad acordaron con el gremio de la sanidad un incremento salarial desde julio del 26 por ciento en dos cuotas: 15 por ciento más 11 por ciento. A eso se agrega que se está cerrando la paritaria de Laboratorios y este mes vence el convenio de clínicas y sanatorios. Y se descuenta que desde agosto también acordarían un incremento similar en dos cuotas del 26 por ciento.
Las prepagas sostienen que esos mayores costos salariales (representan el 60 por ciento del gasto del sector) más el fuerte incremento de los restantes costos ( insumos médicos, alimentos y limpieza) los obliga a solicitar una actualización del valor de las cuotas. También sostienen que se fue ampliando la cobertura médica con nuevas prestaciones obligatorias, lo que implica mayores costos.
El sistema prepago tiene 4,5 millones de beneficiarios. El precio promedio de las cuotas ronda los 2000 a 2.500 pesos mensuales en el caso de un matrimonio menor de 65 años. Para los mayores de 65 años, con menos de 10 años de antigüedad en la entidad, la cuota sube al doble.
Se estima que al menos 3,5 millones de beneficiarios provienen a través del sistema de derivación de aportes de las obras sociales. En esos casos, según los planes, esos afiliados pagan a la prepaga la diferencia entre el valor del plan elegido y los aportes obligatorios del sistema.
De acuerdo con la ley de medicina privada, el incremento de las cuotas -tanto de los planes derivados de obras sociales como de los voluntarios- debe ser autorizado por la Superintendencia de Servicios de Salud en base a un análisis de la estructura de costos de las empresas. El año pasado, luego de la paritaria, el Gobierno autorizó un aumento de las cuotas del 7 por ciento en agosto, otro 8 por ciento en diciembre y 8 por ciento desde mayo último.
Se descuenta que el Gobierno buscará demorar la autorización de aumento de las cuotas por su incidencia en la inflación y en el humor de la clase media. Por ejemplo, las prepagas habían pedido que el último aumento del 8 por ciento se aplicara desde febrero pasado, coincidiendo con la última cuota de la paritaria de Sanidad. Sin embargo, el gobierno demoró la autorización hasta mayo. Ahora podría pasar algo parecido, más aún dado que recién pasaron dos meses del último aumento.
Por de pronto, fuentes de la Superintendencia señalaron que los afiliados no deben abonar ningún incremento que no esté debidamente autorizado por esa dependencia, publicó Clarín.
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