Varios quioscos de Budapest dejaron vacío el lugar donde solían ofrecer a la venta el diario liberal Népszabadság. Los círculos opositores temen una merma de la libertad de prensa.
Varios quioscos de Budapest dejaron este martes vacío el lugar donde solían ofrecer a la venta el diario liberal Népszabadság, cerrado de forma sorprendente y repentina el pasado fin de semana, lo que causó preocupación en círculos opositores que temen una merma sucesiva de la libertad de prensa en Hungría.
La compañía austríaca Mediaworks, propietaria del Népszabadság (Libertad del Pueblo) y de otros diarios regionales en Hungría, anunció el sábado el cierre temporal aunque inmediato del rotativo por razones económicas.
Los austríacos alegan que en los últimos 10 años, el diario perdió unos 16 millones de euros, mientras que su tirada se redujo en un 75% (a unos 100.000 ejemplares).
Los periodistas del Népszabadság, hasta ahora la principal oposición periodística al gobierno nacionalista conservador del primer ministro, Viktor Orban, aseguran que las razones reales del cierre son políticas y hablan de un "golpe".
También otros diarios húngaros y la propia Comisión Europea (CE) expresaron su preocupación por el cierre.
"Lo que sucedió confirma nuestra idea de que el gobierno, poco a poco, abandona los valores europeos", aseguró este martes en conferencia de prensa Gábor Horváth, columnista del diario.
El "Népszabi", como llamaban el diario en la jerga budapestina, había investigado y destapado varios casos de corrupción que incomodan al Ejecutivo de Orban.
La Asociación de Periodistas Europeos AEJ también expresó su solidaridad con el diario y denunció "motivaciones políticas" en relación con el cierre.
En un comunicado emitido este lunes, la AEJ sospecha de que se trata de "una acción concertada" para acallar "un diario que se atrevió a criticar al gobierno de Orban una y otra vez".
El Népszabadság, fundado en 1956 como órgano oficial del partido comunista, se convirtió con la transición democrática de 1989 en un diario liberal, siendo el Partido Socialista uno de sus dueños.
El año pasado los socialistas vendieron el 27,5% que controlaban al inversor austríaco Heinrich Pecina, que unió sus participaciones en la prensa húngara en la sociedad Mediaworks.
Tras el cierre del diario, corre el rumor de que Pecina vendió Mediaworks a un empresario cercano al gobierno.
András Muranyi, director del diario, fue cauteloso este martes al decir que "se oyen muchas cosas, pero por el momento no hay informaciones de primera mano" que indiquen que el cierre tenga razones políticas.
La Comisión Europea expresó su preocupación por el cierre del diario a través de un vocero oficial, al indicar que la "libertad de prensa, el pluralismo (en la prensa) y la protección de los periodistas son la base de una sociedad libre y democrática".
El gobierno húngaro, por su parte, consideró que se trata de un asunto de negocios y que no puede intervenir en el caso.
Pero el subjefe del partido gobernante Fidesz, Szilard Nemeth, declaró el fin de semana a una televisión local: "Ya era hora que este diario cerrara por sorpresa".
Tanto Gergely como Horváth prometieron este martes que desean seguir con el proyecto periodístico del Népszabadság, aunque por el momento ven muy difícil la situación.
Mediaworks se niega desde hace días a hacer declaraciones sobre el cierre e incluso canceló una reunión con la redacción por una supuesta enfermedad de sus representantes.
Los periodistas, mientras tanto, se plantean seguir adelante con una página web propia, ya que Mediaworks no solo dejó de distribuir el diario sino que también cerró su versión electrónica de un día para otro.
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