En la coalición opositora insisten en que la celebración de la líder de la Coalición Cívica no se asemeja a lo que sucedió en la Quinta de Olivos, pero admiten que generó malestar puertas adentro, más aún después de que el jefe comunal de Exaltación de la Cruz, Diego Nanni, negó haber autorizado la realización del encuentro social en plena pandemia del COVID-19.
A pesar de los esfuerzos por bajarle el tono al tema y evitar que se realice cualquier tipo de comparación con lo que sucedió en la Quinta de Olivos, las fotos que se difundieron de la fiesta de cumpleaños de Elisa Carrió, de la que participaron 70 invitados, entre ellos referentes opositores, en plena pandemia de COVID-19, encendieron las alarmas dentro de Juntos por el Cambio. Por estas horas, la preocupación y el pase de facturas aumentó entre los integrantes de la coalición opositora, luego de que el jefe comunal de Exaltación de la Cruz, Diego Nanni, negó haber autorizado la realización del festejo, como declaró días atrás la líder de la Coalición Cívica.
Más que la denuncia en la Justicia, en Juntos por el Cambio se lamentan porque con la difusión de las imágenes de la fiesta en la chacra de Capilla del Señor "se tapa el escándalo del Olivosgate" -según señala un legislador de ese espacio-, pero también porque quita impulso a los cuestionamientos que se realizaron desde la alianza opositora al presidente Alberto Fernández por haber formado parte de la reunión de cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yañez, en julio pasado.
El propio jefe del interbloque de diputados de la coalición opositora, Mario Negri, quien impulsó el juicio político contra el jefe de Estado, fue uno de los dirigentes políticos que participó de la celebración de Carrió, junto al mandatario porteño, Horacio Rodríguez Larreta; el titular de la UCR bonaerense, Daniel Salvador; el ex ministro de Economía Alfonso Prat Gay; y las diputadas de la Coalición Cívica Carmen Polledo y Lucila Lehmann y el ex embajador en Uruguay Mario Barletta.
Desde la Coalición Cívica plantearon que no hay comparación entre lo que sucedió en Olivos y el cumpleaños en Exaltación de la Cruz. Uno de los puntos que aducen es que en diciembre pasado esa localidad se encontraba en fase 4 y que estaban "permitidas las reuniones sociales al aire libre de hasta 100 personas", a lo que la propia Carrió agregó que se había comunicado con el intendente para avisarle que iba a llevar adelante ese evento social.
A través de su cuenta de Twitter, Nanni dijo que no autorizó el festejo de cumpleaños de Carrió "con 70 personas" en diciembre pasado. Luego, en declaraciones con la señal de cable C5N, el jefe comunal explicó que la referente opositora lo había llamado por teléfono para decirle que iba a realizar una celebración “con el círculo íntimo”.
“No hubo más que una charla telefónica, no hubo acto administrativo (que autorizara este festejo) y uno no puede imaginar que se iba a desarrollar un evento con esa cantidad de personas y con shows en vivo”, dijo Nanni, en referencia a que en la fiesta hubo un grupo de mariachis. Y agregó: “No sé si fue al aire libre o no, pero claramente se nota un descuidado con el tema que nosotros venimos exigiéndole a nuestra comunidad respecto de los cuidados, y eso no se tuvo en cuenta”.
Ante la consulta de BAE Negocios sobre las recientes declaraciones de Nanni, desde la Coalición Cívica dijeron que Carrió no brindará más explicaciones sobre el tema. Sin embargo, por lo bajo, desde un sector del radicalismo y de PRO se quejan por el festejo, por el que ahora la oposición en su conjunto -los que participaron y los que no- debe dar explicaciones.
"Fui al cumpleaños de Lilita, pero de ninguna manera se me ocurrió que estábamos infringiendo la ley. Fue al aire libre, a fin de año y se hizo público", dijo el diputado radical Atilio Benedetti en diálogo con el programa de radio Crónica Anunciada, que se emite por FM Futurock.
"¿Qué necesidad había de hacer una fiesta así en plena pandemia? ¿Cómo explicamos para afuera que los políticos no somos todos los mismo?", se lamentó un diputado del bloque de la UCR.
Por Gabriela Vulcano
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