Los precios en supermercados desmienten a Caputo

Los precios en supermercados desmienten a Caputo

El trabajo confirma que los alimentos básicos aumentaron en las grandes cadenas después del viernes 11, a pesar del relato optimista del gobierno.

 

Por Marcial Amiel

El comportamiento del precio de los alimentos básicos en el conurbano, en locales pertenecientes a grandes cadenas de super e hipermercados, a tan solo diez días corridos y cuatro días hábiles de la devaluación desmiente el clima de optimismo que el gobierno pretende instalar.

Así lo demuestra el reciente informe titulado "Cepo, devaluación ¿y después? Los alimentos y su comportamiento después de la salida del cepo", elaborado por el Centro de Estudios de Soberanía Popular Mariano Moreno, perteneciente al Movimiento Popular La Dignidad.

El trabajo, al que tuvo acceso Buenos Aires/12, confirma que en ese canal de ventas la harina triple cero aumentó en promedio un 6,16 por ciento en los días posteriores a la devaluación, el pan lactal 4,41, el café 5,23 y la manteca 4,08.

El informe da cuenta de que, tras la comunicación oficial que anunciaba el pasaje a un nuevo sistema cambiario, denominado "de bandas de flotación", sin que se fijara con precisión un nuevo valor para el dólar, la situación derivó en una incertidumbre generalizada entre los actores económicos que, a su vez, derivó en lo que se denomina habitualmente "remarcación preventiva".

Durante ese fin de semana, previo a la apertura de los mercados con el nuevo sistema, los supermercados recibieron listas de precios con distintos niveles de actualización. Como respuesta, y ante el temor de que la nueva ronda de aumentos impactara en el ya ínfimo nivel de consumo, la Asociación de Supermercadistas Unidos (ASU), llamó a sus integrantes a no aceptar esos nuevos valores.

Esa decisión fue celebrada por el ministro Luis Caputo como un triunfo propio, pero los números lo desmienten.  El Centro de Estudios de Soberanía Popular Mariano Moreno, que realiza mediciones regulares sobre los principales consumos de los sectores populares, midió en los últimos días y comparó contra su medición anterior, que data del lunes 7 de abril, apenas cuatro días antes del anuncio del cambio de política cambiaria. 

"En este caso, medimos y comparamos los precios on line publicados por las cadenas, que tienen alcance geográfico en todo el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), porque queríamos chequear si las afirmaciones del ministro se sostenían", explica el responsable técnico del trabajo, Patricio Torrás.  

Se trata de la misma metodología que, en el pasado reciente, utilizaron tanto el ministro como el presidente Javier Milei, para encontrar "buenas noticias" y comunicarlas desde sus respectivas cuentas de X. 

Sin embargo, en este caso la evidencia refuta tanto el relato de la retracción como el clima de optimismo con el que el gobierno nacional intentó disfrazar la devaluación y convertirla en una buena noticia. Los aumentos en los precios de los artículos de primera necesidad son especialmente significativos en los hipermercados y grandes superficies que integran la ASU.

Entre las las principales cadena de capitales nacionales, el litro de leche larga vida, en sus variables más económicas, aumentaron entre 19,25 y 22,32 por ciento; la polenta instantánea aumentó 18,67 puntos y el de la harina leudante 13,33. Los aumentos más significativos también se encontraron en el café (14,81 por ciento) y el aceite de girasol (13,65).

Al respecto, Torrás analiza que "una vez más, confirmamos que en Argentina una vez que se realiza un aumento, este no se retrotrae. No importa si le dólar se ubica en el techo o en el piso de la banda, no hay marcha atrás".

"A la vez, contrariamente a lo que se suele pensar, hay una especie de sociedad o convergencia de intereses económicos entre los principales productores de alimentos y las grandes cadenas de comercialización. Algunas leches larga vida aumentaron mucho más que el dólar, a un nivel que es difícil encontrarle explicación", agrega.

Por último, dice que "la conclusión es que el gobierno, a través de las redes sociales y sus medios afines, construye un relato muy alejado de lo que ocurre en la calle y, en este caso, en los supermercados".

Mediciones controvertidas

El Centro de Estudios de Soberanía Popular Mariano Moreno viene dando cuenta desde hace algún tiempo, tanto del desfasaje entre lo que anuncia el IPC y la evolución real, como lo que ocurre en el conurbano y en el AMBA en general, respecto de otras regiones del país. 

La otra discusión en torno a la medición del IPC tiene que ver con la ponderación que se hace de los distintos rubros de gastos. Para ello, toma como base la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2004-2005, una encuesta a nivel nacional en la que se compararon ingresos y gastos de las familias en todo el país, qué y dónde compraban.

En aquel entonces, merced al esquema de subsidios a los servicios públicos implementado por el presidente Néstor Kirchner, las tarifas de servicios públicos tenían una incidencia comparativamente mucho menor que ahora en la economía familiar.

Eso cambió con Macri y se profundizó a lo largo del último año. La actualización de esa ponderación, para que el IPC se acerque más a la realidad de las familias, es una cuenta pendiente del Indec, que ha generado algún cruce entre su titular, Marco Lavagna, y el gobierno, que no parece apurado en subsanarlo. 

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