"Me parece bien que no haya un ministro de Economía estrella. Después de solucionar las urgencias del corto plazo, yo espero poder trabajar para el lucimiento de mis colegas", afirmó ayer Alfonso Prat Gay delante de 200 dirigentes históricos del radicalismo. El Grupo Progreso del ex diputado José Bielicki lo había invitado a almorzar como futuro canciller (como esperaba el propio interesado), pero el ex diputado de la Coalición Cívica llegó al salón Lalín –tradicional bastión alfonsinista–, con la flamante misión de manejar la braza caliente de Hacienda y Finanzas en el Gabinete de Cambiemos.

De hecho, Prat Gay se convirtió en el primero de los ministros designados por Mauricio Macri en participar de un acto público. La noche anterior, inmediatamente después del anuncio, había barajado con el resto del equipo económico un paquete de medidas y

leyes que propondrán de arranque en el plano impositivo (Ganancias y monotributo), cambiario (cepo) y financiero (negociación con los holdouts) para atender la agenda más urgente ( ver pág 9).

Prat Gay le confió a Clarín, único medio presente en el almuerzo, que aún no se definió si los proyectos irán a sesiones extraordinarias durante el verano. Sugirió que todo quedará supeditado a la situación real de la economía. En su discurso advirtió sobre la gran incógnita que se le abre al nuevo Gobierno. "Hasta el 10 de diciembre no vamos a saber con qué nos encontramos", dijo, entre la entrada de fiambres y el arrollado de cerdo con papas al que se dedicó con entusiasmo.

Para bajarle un cambio al tono de dramatismo, arrojó una ironía: "No nos detengamos en personajes como Aníbal Fernández, que son muebles de la mudanza que ya empezó". Entre los que combinaron sonrisas con aplausos se encontraban Leandro Despouy, que pasará de la Auditoría a la Secretaría de Justicia; la ex vicegobernadora bonaerense, Elva Roulet, sentada junto a Elsa Kelly, del Tribunal Internacional del Mar; el ex ministro delarruista Héctor Lombardo, el ex diputado Juan Tunessi, el ex senador Ricardo Gómez Diez (renovador salteño) y Hugo Gambini, autor de la primera biografía del Che Guevara, entre otros.

Para endulzar a los presentes, Prat Gay se proclamó "representante de este espacio" en el Gabinete. Recordó que tuvo un abuelo radical y nombró a Ricardo Buryaile como "mi gran amigo", sin revelar que cayó en Agricultura por su recomendación. A la UCR le tocaban dos ministerios. Antes de despedirse, sostuvo que "este es un Gabinete que sabe gestionar y no robar". Y vaticinó: "Vamos a vivir un cambio de época, se terminó la tiranía del populismo autoritario". Después se sometió a las selfies.