Además analizaron el rol del peronismo en ese tipo de economía y los dirigentes que participaron aseguraron que la concentración económica “expulsa a millones de personas del sistema productivo”.
Con la mirada puesta sobre la profunda crisis económica que atraviesa la Ciudad de Buenos Aires y el país a causa de la pandemia del Covid 19, el Partido Justicialista (PJ) porteño realizó una jornada de debate para repensar la identidad del peronismo en el marco de la concentración económica global que “expulsa a millones de personas del sistema productivo”y determina "la aparición de nuevos actores, como los trabajadores de la economía popular y el movimiento feminista”.
El encargado de abrir el debate llamado “El rol del Peronismo en la economía del descarte” fue el presidente del PJ porteño y senador nacional por el Frente de Todos (FdT), Mariano Recalde, quien ofició de anfitrión e inició la exposición virtual que estuvo moderada por Carolina Brandariz, directora de Cuidados Integrales del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y titular de la secretaría de Movimientos Sociales y Políticos del PJ porteño.
También formaron parte del debate el presidente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), Alexander Roig; la creadora del Consejo Nacional de la Mujer, Virginia Franganillo; y el titular de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Buenos Aires, Carlos Accaputo.
Durante el encuentro, Roig analizó la relación entre el capitalismo productivo y el financiero con el paradigma que vienen expresando los movimientos ambientalistas, feministas y de la economía popular, y la necesidad del diseño de políticas públicas para que adquieran derechos esenciales para su desarrollo.
Es así que señaló que “la construcción de procesos que valoricen relaciones sociales que están pero que no se ven es un gran desafío” y advirtió que “producir valor implica una nueva institucionalidad, que pueda identificar estos procesos, como los movimientos ambientalistas, feministas y de la economía popular, y valorizarlos”.
“La economía popular es una nueva forma de reorganización del trabajo que vuelve a construir un nuevo sentido común, que nos saca de la anestesia”, completó.
Mientras que Franganillo, por su parte, aportó la visión sobre el reclamo que sostiene el movimiento feminista respecto a los cuidados, un trabajo invisibilizado y desvalorizado y que no se lo considera como tal, en términos sociales como en términos económicos, y que abrió el debate no sólo en la Argentina, sino también en los países más desarrollados.
Por lo que señaló que “no solo las feministas y los países periféricos que más padecen la pobreza discutimos los cuidados, sino que el mundo desarrollado lo analiza como una cuestión económica. No es solo un tema de mujeres, es un tema de la sociedad que está siendo instalado como el centro del bienestar”.
Sobre su intervención en la economía, Franganillo remarcó que “se ha demostrado el efecto multiplicador de los cuidados, que es mucho más que el trabajo que realiza, por ejemplo, la construcción”.
Accaputo, un dirigente de la Iglesia católica cercano al Papa Francisco, señaló que “la exclusión tiene su origen en motivos exógenos y endógenos”, ya que “algunos ponen toda la responsabilidad adentro y otros afuera”.
“Tenemos que hacernos cargo de la situación de expulsión. Francisco plantea que está muy bien avanzar con políticas de inclusión, pero con eso sólo no alcanza. Hay que resolver las causas estructurales de la pobreza; a veces se piensa que el pobre es pobre porque quiere”, sentenció.
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