La Presidenta fue una de las primeras oradoras del plenario de la Cumbre de América del Sur y Países Arabes. Hizo hincapié en la situación colonial de las islas Malvinas y en el reclamo por un Estado Palestino. Abogó por una mayor integración Sur-Sur.
Por Nicolás Lantos.
Desde Lima
“Un mundo más justo y más seguro sólo va a poder darse a partir de una mayor igualdad entre los países y si se pone en práctica un verdadero multilateralismo”, reclamó Cristina Fernández de Kirchner ante representantes de una treintena de países de Unasur y la Liga Arabe. Con una fuerte apelación a cambiar el orden mundial y críticas a los países desarrollados, a los que responsabilizó de la crisis económica que actualmente transita el Hemisferio Norte, el mensaje de la Presidenta argentina también incluyó un llamado a resolver la cuestión palestina, a la que calificó como “el nudo gordiano de la paz en el mundo”, y comparó ese conflicto con la posición británica en el Atlántico Sur. “Sabemos lo que significa la ocupación territorial”, señaló, al tiempo que condenaba el doble estándar que permite a Israel, en un caso, y a Gran Bretaña, en otro, considerarse al margen de las resoluciones de Naciones Unidas.
Signos de cambio
“La organización del mundo ha comenzado a mostrar importantes signos de cambios”, indicó la mandataria al comienzo de su discurso, luego de agradecer la hospitalidad del anfitrión, Ollanta Humala. CFK fue una de las primeras oradoras del plenario, que abandonó tras participar de la foto de familia, antes de que concluyeran las actividades, para regresar al país, algo que estaba previsto desde su llegada a Lima. Sus palabras, con tono vehemente, como ella misma se encargó de destacar, fueron un llamado urgente a la coordinación y la acción de los países en vías de desarrollo para evitar que los peores efectos de la actual coyuntura económica terminen golpeando fuerte en el Hemisferio Sur.
“La crisis no va a resolverse en el corto o en el mediano plazo”, principalmente a causa de que “las medidas adoptadas por los países que se autocalifican desarrollados agravan la situación”, advirtió CFK, antes de apuntar también al “FMI y las calificadoras de riesgo” que “siguen señalando con el dedo a pesar de haber cometido cientos de equivocaciones, que es lo que tiene al mundo” en esta situación.
Además, alertó sobre “una creciente tendencia de los países causantes de la crisis de volcar sus consecuencias en los países emergentes, que en la última década han sostenido el crecimiento de la actividad mundial”, haciendo referencia a las novedades en los términos de intercambio del comercio internacional que se dieron en los últimos meses.
Un llamado de atención
“Es necesario no quedarnos en declaraciones abstractas o declamatorias sino articular políticas imprescindibles para un mundo con muchos desafíos y peligros que si se siguen profundizando van a afectar la estabilidad”, agregó la Presidenta a sus pares, con un fuerte llamado de atención: “Hay que terminar con un nivel de hipocresía en muchísimas reuniones en las cuales todos sabemos de qué se trata, venimos, damos un discurso y nos vamos y todo sigue igual o peor.”
Acompañada por el canciller Héctor Timerman, la ministra de Industria, Débora Giorgi, y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Scoccimarro, el mensaje presidencial apuntó en ese sentido tanto a fortalecer el entramado interregional como a adaptar a las nuevas circunstancias las políticas económicas locales de los países sudamericanos y árabes, históricos exportadores de commodities (combustibles fósiles y alimentos, principalmente) que hoy gozan de precios altísimos en el mercado internacional, pero que, de persistir la crisis, podrían retroceder.
“En esta suerte de giro de 180 grados que ha habido en los términos de intercambio internacional no debemos quedarnos dormidos en la ventaja que tenemos hoy, sino lograr ponerles valor a los productos primarios y generar mejores puestos de trabajo en nuestras sociedades, porque lo que nos hace más libres es que nuestros ciudadanos tengan trabajos dignos y decentes –arengó CFK–. Debemos articular estrategias claras que fomenten la integración SurSur y permitan sostener el desarrollo y la inclusión social.”
Entre los diversos temas de coyuntura que se tocaron a lo largo de la Cumbre y se vieron reflejados en la Declaración de Lima (ver aparte), Fernández de Kirchner hizo fuerte énfasis en la cuestión palestina, a la que calificó como “el nudo gordiano de Medio Oriente y de la paz en el mundo” y cuya solución, sostuvo, es “lograr que Palestina sea reconocido como Estado y tenga un asiento en la ONU”. Pero además, la mandataria argentina trazó un paralelo entre la situación de esos territorios, hoy bajo control israelí, y la situación en el Atlántico Sur.
“Sabemos lo que significa la ocupación territorial, sufrimos en las islas Malvinas la ocupación, sabemos lo que es tener un enclave colonial en pleno siglo XXI”, indicó, antes de recordar que quedan 16 territorios en esa situación en el mundo, de los cuales la mayoría están en manos de Gran Bretaña, que se niega a entablar un diálogo para avanzar en un proceso de descolonización.
“En este mundo del siglo XXI es necesario terminar con los últimos vestigios de ocupación colonial –redondeó–, por eso la demanda de una solución pacífica del conflicto palestino, la demanda de multilateralismo a rajatabla, la demanda de respeto a las resoluciones de Naciones Unidas, la demanda de una reforma del Consejo de Seguridad de la ONU” de forma tal que se rompa el escenario montado durante la Guerra Fría, pero que hoy implica que algunos países, por tener acceso a un asiento en ese órgano, tengan una posición de poder e impunidad sobre el resto. “La justicia –concluyó la Presidenta– solamente puede darse en un marco de igualdad. Si no hay igualdad no puede haber justicia.”
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