Qué pone en juego La Cámpora en el año electoral y cómo la interna abierta del peronismo podría condicionarla

Qué pone en juego La Cámpora en el año electoral y cómo la interna abierta del peronismo podría condicionarla

La organización de Máximo Kirchner renueva bancas en el Congreso y afronta escenarios provinciales complejos para la negociación política territorial

Por Joaquín Múgica Díaz

Cuatro senadores y cuatro diputados. Esa cantidad de legisladores son los que pone en juego La Cámpora en las elecciones legislativas de este año. Todos puros. Porque el kirchnerismo, en todas sus vertientes, renueva cerca de cuarenta legisladores entre las dos cámaras.

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Mariano Recalde (CABA), Stefania Cora (Entre Ríos), Martín Doñate (Río Negro) y María Eugenia Duré (Tierra del Fuego) cumplen sus mandatos en la Cámara alta. Algunos de ellos pueden reelegir, pero dependerán de los acuerdos locales, siempre dificultosos. Mucho más cuando no hay un gobernador peronista sentado en la mesa de decisiones.

Recalde aspira a renovar su mandato en un escenario porteño que aún puede sufrir un cambio radical. Tal como está la situación actual, La Libertad Avanza (LLA) y el PRO irán por separado. En ese caso, podrían complicarse las posibilidades del peronismo de obtener el lugar de la minoría.

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En Unión por la Patria (UP) son conscientes de que juegan por el tercer senador, que es el que ingresa como representante de la minoría. Con dos opciones de centroderecha -con el apellido Macri en el medio- las posibilidades de un segundo lugar disminuyen. En cambio, si hay fusión entre ambos, el peronismo está más cerca de quedarse con el segundo puesto.

La entrerriana Stefania Cora reemplazó a Edgardo Kueider, expulsado del Senado (@stefaniacoraok)

Leandro Santoro es la otra figura de UP que asoma como un posible candidato a senador, aunque se acerca cada vez más al primer lugar en la lista de legisladores porteños. El diputado quiere posicionarse para competir en el 2027 por la jefatura de Gobierno. Recalde, con el respaldo de Cristina Kirchner, pica en punta para ocupar el primer lugar en la lista para el Senado.

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La situación de Stefania Cora es particular. Tendrá un año de mandato y será en reemplazo de Edgardo Kueider, que sigue detenido en Paraguay por intentar cruzar la frontera con 200 mil dólares sin declarar. Expulsado del Senado, su banca fue recuperada por el kirchnerismo duro, que la había perdido cuando el entrerriano hizo una alianza con la cordobesa Alejandra Vigo y el correntino Camau Espínola.

Cora aparece como una opción para integrar la lista nueva de candidatos a senadores. La negociación es compleja para el camporismo -que también tiene como referente local al diputado nacional Tomás Ledesma- porque con el peronismo en el llano, la discusión es completamente horizontal y los márgenes para meter dirigentes propios es pequeño. Sobre todo en un distrito donde hay una fuerte resistencia al camporismo.

En Entre Ríos hay un grupo de legisladores locales, concejales e intendentes que, bajo el paraguas del Partido Justicialista (PJ), están intentando ordenarse en la antesala de los comicios. Allí está el ex gobernador Gustavo Bordet, que es un nombre posible para integrar la lista de la Cámara alta.

Los dirigentes camporistas están afuera de ese círculo político donde se aglutina gran parte del peronismo entrerriano, lo que dificulta, aún más, la posibilidad de un acuerdo integral donde la agrupación puede ocupar lugares preponderantes.

El rionegrino Doñate podría volver a competir por una banca en el Senado

El rionegrino Martín Doñate podría ir por una nueva candidatura a la Cámara alta. En la carrera interna podría anotarse también el ex ministro de Justicia Martín Soria. Ambos tienen la ambición de mantenerse en la primera línea del peronismo de Río Negro, que está unido pero con tensiones permanentes. Silvina García Larraburu, una kirchnerista muy cercana a la ex presidenta, también tiene que renovar mandato.

Doñate fue propuesto por la ex jefa de Estado para integrar el Consejo de la Magistratura, pero la Corte Suprema desestimó su candidatura, luego de una maniobra del kirchnerismo que partió el bloque de senadores para quedarse con un lugar más. La figura de CFK tallará en esa negociación interna.

María Eugenia Duré es una legisladora cercana a Walter Vouto, el intendente de Ushuaia, uno de los pocos exponentes que la organización tiene afuera de los límites bonaerenses. Esta por fuera del alcance de Gustavo Melella, el gobernador fueguino que forma parte de UP.

Los cuatro diputados camporistas que renuevan su banca son Constanza Alonso (Buenos Aires), Leila Chaher (Jujuy), Tomás Ledesma (Entre Ríos) y Magalí Mastaler (Santa Fe). Después hay nombres propios muy cercanos a la organización ultra K, pero que no son propios. Una diferencia sustancial en el mundo ultra kirchnerista.

La chivilcoyana “Coty” Alonso, cercana a Eduardo “Wado” de Pedro, es una de las figuras del camporismo en el interior de Buenos Aires, la provincia donde más dirigentes tiene la agrupación de Máximo Kirchner y en la que trata de mantener su poder concentrado. El interior es, en términos generales, el lugar más difícil de hacer pie para los dirigentes de La Cámpora.

La diputada nacional de Jujuy Leila Chaher (Crédito: Instagram @leilachaher)

En la última provincia al norte del país, Chaher es el nombre propio que el camporismo empuja desde hace algunos años. En los últimos meses se la intentó imponer como la presidenta del PJ jujeño, pero la resistencia de la senadora Carolina Moisés provocó un conflicto que está cerca de derivar en una lista de unidad, con una presidencia rotativa. Una puja de poder que parece estar cerca de terminar sin una fractura expuesta.

Moisés tiene mandato por cuatro años más en el Senado, por lo que Chaher tiene la posibilidad de renovar su banca y, eventualmente, hacer otro intento en el 2027 para ir a la Cámara alta. La actual senadora aparece como una eventual opción a la gobernación. Hay prioridades y proyectos distintos.

El entrerriano Ledesma puede ser uno de los nombres propios que ingrese en la discusión de candidaturas. Referentes peronistas de la provincia aseguran que la mesa de negociación será amplia y que La Cámpora no está en condiciones de imponer nombres. “Les falta territorialidad. Solo tienen el sello”, aseguró un intendente entrerriano. Ledesma es valorado en la provincia, pero no por eso tiene un lugar asegurado en la próxima lista.

Si el panorama entrerriano es complicado para el camporismo, el de Santa Fe es mucho peor. El peronismo santafesino está explotado. La fragmentación es total y los pases de facturas se multiplicaron en las últimas semanas, luego del fracaso del congreso partidario.

La diputada nacional de Santa Fe Magalí Mastaler (Crédito: Instagram @magui_mastaler)

Mastaler fue respaldada por Marcos Cleri, que en la actualidad está distanciado de La Cámpora y enfrentado a su referente en la provincia: la diputada nacional Florencia Carignano. Su futuro es incierto en la negociación de las listas debido al caos de la fuerza política en el ámbito local.

En el peronismo santafesino esperan que se mantengan las PASO provinciales. Es la mejor forma de resolver las diferencias internas entre los sectores en los que está dividido el espacio político, que atraviesa una fuerte crisis interna.

La Cámpora; la Corriente, que conduce Agustín Rossi; Activemos, la agrupación de Marcelo Lewandowski; el sector de Omar Perotti y el de un grupo de senadores provinciales discuten poder y representatividad sin pelos en la lengua. A eso se le suman los representantes del Frente Renovador e intendentes del interior santafesino, que también tienen su peso específico en la discusión santafesina.

La horizontalidad del peronismo provincial obligará a La Cámpora a enfrentar una negociación muy friccionada, que ya se ve con claridad en la falta de acuerdos para formar la lista de convencionales constituyentes, que debe presentarse antes del 7 de febrero.

“La Cámpora siempre pone más en juego en las elecciones ejecutivas que en las de medio término”, reflexionó un influyente dirigente del esquema camporista. Parece ser una estrategia más que una casualidad. Pero, sobre todo, es una realidad.

En tiempo de conflictos y divisiones en el peronismo, La Cámpora apuesta una pequeña porción de su representatividad en las elecciones legislativas. Quizás pese más lo simbólico que lo concreto. El cierre de las negociaciones locales marcarán con claridad la fuerza que tiene la lapicera que corre entre las manos de Cristina y Máximo Kirchner.

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