La mitad son del oficialismo y el resto se reparte entre las fuerzas de la oposición. No todos han formalizado su lanzamiento, pero están en carrera y entre ellos saldrá el próximo gobernador.
Ya con diciembre consumiendo su segunda semana, el año político empieza a vivir sus últimos días antes de las fiestas y el receso de verano. Además, la Cumbre del Mercosur que sesionará en Paraná en la tercera semana del mes acota aún más los períodos para las definiciones políticas con vistas a las elecciones generales del año que viene.
A esta altura se han anotado una docena de dirigentes para ocupar la candidatura a gobernador de sus respectivos partidos. Es el punto de partida de un proceso que tendrá más de una instancia de filtro, pero no es equivocado afirmar que de ese conjunto de postulantes saldrá el próximo gobernador de la provincia, porque difícilmente pueda surgir, en el poco tiempo que resta para las elecciones, algún tapado con posibilidades.
A diferencia de otras elecciones generales, la pelea por la gobernación se presenta en Entre Ríos sin participación de liderazgos hegemónicos. Sergio Urribarri, como líder del PJ entrerriano ya cumple su segundo mandato consecutivo y está impedido por la Constitución para presentarse; el anterior mandamás del peronismo, el tres veces gobernador de la provincia, Jorge Busti, está fuera de carrera y tras el último gobierno de Sergio Montiel, que culminó en 2003, el radicalismo no ha encontrado un conductor que lo devuelva a su histórico rol de partido de alternancia.
OFICIALISMO. Con Urribarri jugando la interna nacional como precandidato a la presidencia de la Nación, el proceso de sucesión se ha visto retrasado en el PJ. Bajo la consigna de no afectar la gobernabilidad, los posicionamientos han sido cuidados, más bien modestos. Pero, con claridad, hay al menos una media docena de nombres que aspiran a la sucesión.
El primero que lanzó -y en rigor el único que viene haciendo hasta ahora una abierta campaña- es el ex intendente de Concepción del Uruguay y actual diputado provincial Marcelo Bisogni. Su temprana postulación –fundada en la necesidad de hacerse conocer- y su persistencia han hecho que se opaque la alternativa de otro candidato natural de ese departamento: el ministro de Educación, José Lauritto, a quien además en los últimos días se ha ubicado cerca del gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli. Aunque no participó de la visita que el competidor de Urribarri hizo la semana pasada a La Histórica, nunca fue desmentida la especie, surgida desde el sciolismo, de una reunión previa del ministro con el mandatario bonaerense.
En el pelotón oficialista están anotados también dos intendentes de dos importantes ciudades de la provincia: Gustavo Bordet (Concordia) y Juan José Bahillo (Gualguay chú). Aunque hace varios meses que han dicho que quieren ser, ambos mandatarios han evitado por ahora entrar de lleno en la campaña.
Si la demora en el inicio del proselitismo responde a razones de gobernabilidad, que Urribarri necesita especialmente en un momento en el que busca posicionarse en el país, con mucho más razón el ministro de Gobierno, Adán Bahl, se ve obligado a priorizar la gestión y evitar acciones de campaña que, no obstante, van paulatinamente asomando en la manera de presentar las acciones de gobierno.
La misma lógica corre para el vicegobernador José Cáceres, que ha sido quien con más vehemencia ha pedido priorizar en este tiempo la gestión y el acompañamiento a la postulación presidencial de Urribarri.
A principios de año se contaba como parte de los aspirantes a la sucesión a otros dos ministros: el de infraestructura, Juan Javier García y el de Cultura, Pedro Báez, que en los últimos meses bajaron considerablemente su perfil en este aspecto.
Por el contrario, el diputado nacional Julio Solanas viene recorriendo la provincia y afirmando su voluntad de volver a intentarlo, como cuando en 2007 enfrentó por afuera del PJ a Urribarri. No obstante, el legislador –que tiene sus propios canales de llegada al kirchnerismo en el orden nacional- ha sido también prudente y cuidadoso de su vínculo con Urribarri, aún cuando no ha dejado de reunirse con sectores del peronismo menos alineados con el Gobernador.
UNEN. En el Frente Amplio UNEN hay cuatro candidatos anotados. Aunque aún no ha formalizado su lanzamiento, el ex diputado nacional Atilio Benedetti, volverá, como en 2011, a buscar la gobernación.
Para dar la interna se alistó el diputado nacional Fabián Rogel, que en la reciente elección de cargos partidarios fue aliado de Benedetti. No obstante, ambos tienen distintas referencias nacionales y posiciones respecto al perfil que pretenden para UNEN: Benedetti está con Ernesto Sanz y busca acuerdos con el PRO, aunque sin romper el vínculo con el socialismo y el GEN; Rogel está con Julio Cobos, quiere mantener el frente con los actores que se lanzó a mitad de año y ha sido el dirigente radical que más duramente criticó la posibilidad de acordar con el senador del PRO, Alfredo de Ángeli.
En la UCR resta definir en estos días la posibilidad de una tercera candidatura, del jefe comunal de Maciá, Ricardo Troncoso, impulsada por el grupo de los intendentes que perdió la interna de octubre. Sin embargo, esa variante, aunque no descartada, se desinfló en los últimos días.
Hay además otro candidato de origen radical: Lucio Godoy, que fue intendente de Concepción del Uruguay, precandidato a gobernador a fines de los noventa, y que por diferencias con el gobierno de Montiel se fue del partido y alcanzó una diputación nacional por el Nuevo Espacio, en alianza con dirigentes del peronismo como Emilio Martínez Garbino. Godoy está alineado con Cobos y es apoyado provincialmente por el yrigoyenismo, sector de la UCR que se mantuvo prescindente en la interna partidaria de octubre.
Pero no todo es radical. También hay en UNEN un candidato socialista: el diputado provincial Lisandro Viale, principal figura del Partido Socialista entrerriano de la última década. No obstante, su lanzamiento no contó con el apoyo de todos los sectores internos del partido que, sin embargo, no presentaron una alternativa a su candidatura.
Naturalmente alineado con Hermes Binner, Viale expresa la posición más dura en la resistencia a ampliar UNEN con el PRO o el Frente Renovador.
PERONISMO OPOSITOR. El Frente Renovador ha sido el sector de la política provincial que más tempranamente ha definido candidatos. Desde principios de este año compiten por la gobernación el ex intendente de Villaguay, Adrián Fuertes -el único dirigente de importancia que Sergio Massa le ha podido quitar a Urribarri en Entre Ríos- y el ex diputado Gustavo Zavallo, impulsado por el ex gobernador Jorge Busti.
En las últimas semanas se armó un tercer sector, en el que destacan los ex intendentes peronistas de Gualeguaychú, Emilio Martínez Garbino y Luis Leissa. Pero se han demorado en la definición de una candidatura y no se sabe si finalmente la habrá. Leissa fue en las elecciones de 2013 candidato a diputado nacional en el segundo lugar de la lista que encabezó Cristina Cremer, la esposa de Busti. La boleta tuvo como principal figura electoral al candidato de PRO, Alfredo de Ángeli.
PRO. La postulación a la gobernación del senador Alfredo de Ángeli encierra un contrasentido: es la hipótesis madre de toda la construcción macrista en Entre Ríos y ha dado lugar a múltiples especulaciones en torno a un posible acuerdo con UNEN, pero el propio protagonista no se ha presentado como tal y no termina de mostrar la necesaria vocación de poder de todo candidato.
El principal capital político del dirigente de la Federación Agraria es su alto grado de conocimiento, dado por la exposición que obtuvo en el conflicto por la aplicación de la resolución 125, en el año 2008.
Aunque las elecciones de 2013 sirvieron para dar una idea de cómo podía traducirse en votos esa popularidad –De Ángeli, en alianza con Busti y Leissa, se convirtió en senador, desplazando al radicalismo al tercer lugar- en general persisten dudas sobre la estatura política del dirigente rural para gobernar la provincia. Es que una cosa es votar a un recién llegado a la política (en enero de 2013) para que exprese una voz disidente en el Congreso, y otra para que ocupe el Ejecutivo provincial.
En el PRO lo saben, tanto como que es lo único que tienen en su aún débil desarrollo como partido en la provincia. Esa debilidad es la que alienta a buscar, en una alianza con la UCR, la estructura de la que carecen en Entre Ríos.
IZQUIERDA. En la Nueva Izquierda han decidido jugar en 2015 con los dos candidatos que en 2013 encabezaron la propuesta: Gabriel Geist, a gobernador, y Luis Meiners, a diputado provincial. Aquí no hablan de alianzas.
Comentá la nota