Daniel Scioli y La Cámpora tuvieron una participación decisiva para que el conductor televisivo consiguiera que lo habilitaran para las elecciones, que se postergaron para el 1° de marzo de 2016; tregua con el sector grondonista
"Tienen que jugar todos". Era una orden y había que cumplirla. Venía de los más altos estamentos del gobierno nacional, que aporta 1440 millones de pesos durante 2015 para tener el Fútbol Para Todos. Era el llamado que faltaba para que Marcelo Tinelli consiguiera su primer objetivo: lograr la habilitación como candidato para las elecciones de la AFA. La tarde caía sobre Buenos Aires y en el edificio de la calle Viamonte se sucedían las reuniones para evitar lo que parecía imposible: la fractura entre los clubes que apoyan al conductor televisivo y los que se encolumnan detrás de Luis Segura.
A la mañana, los grupos estaban divididos. Política y hasta geográficamente divididos. Los tinellistas habían acordado reunirse en el Hotel Panamericano; el hijo de Segura (Luis Fernando) y Miguel Silva (secretario general del comité ejecutivo) estuvieron en la AFA desde temprano. Los hombres del presidente (Segura padre se recupera de una intervención quirúrgica) contaron los votos que tendrían en una hipotética votación. El tablero no los favorecía. Tinelli tenía entre 28 y 32 adhesiones. Como mucho, los grondonistas y el "Ascenso Unido" llegaban a 15. Entonces, un interlocutor clave se sumó a la mesa de negociaciones: Santiago Carreras, el hombre de Máximo Kirchner y La Cámpora en la AFA. El senador provincial bonaerense (Frente Para la Victoria) intentó componer. Y avisó que no tenía sentido llevar la cuestión al extremo. La batalla estaba perdida.
En paralelo, Daniel Scioli hacía lo suyo. Su vicegobernador, Gabriel Mariotto, volvió a acompañar a Eduardo Spinosa, presidente de Banfield, tesorero de la AFA y uno de los principales operadores políticos de Tinelli, en las reuniones. El asesor del gobernador bonaerense, Lautaro Mauro, también intervino en las negociaciones para evitar una noche agitada en la AFA. Y hasta Diego Bossio, titular de la Anses, se movió a favor del conductor. Las llamadas telefónicas, los mensajes de texto y los chats se sucedieron para que en el grondonismo sin Grondona entendieran que no era el tiempo de la lucha sino del consenso.
"Tienen dos opciones: o entienden que pierden y negocian o se van de la reunión con la cara llena de dedos", graficó un dirigente que hubiese votado a favor de Tinelli. "Si se vota hoy, habrá gritos y el diálogo será áspero. Puede haber hasta sillazos", decían del lado grondonista, como si se tratara de la previa de una batalla. A las 17, una hora antes de que comenzara la reunión del comité ejecutivo, los tinellistas creían que su líder se presentaría ante sus pares y pediría formalmente la reinterpretación del artículo 50, para evitar los cuatro años de antigüedad y quedar, así, habilitado como candidato a presidente.
Media hora después, las deliberaciones tuvieron un único escenario: la cuadra de la AFA. La calle Viamonte, entre el 1300 y el 1400, lucía vallada, tanto en la esquina de Talcahuano como en la de Uruguay. Tres camiones de la policía custodiaban que todo estuviera en orden. Unos minutos después, Tapia y Segura hijo salieron del edificio de la AFA. "Estamos buscando la unidad que todos queremos y un fútbol mejor que el que tenemos", dijo el yerno de Hugo Moyano, presidente de Barracas Central, antes de subirse a la camioneta del hijo de Segura. Juntos, fueron a una oficina ubicada en Montevideo y Córdoba, que sería de Pascual Caiella, vicepresidente de Estudiantes de La Plata. Allí esperaron a Tinelli y a Matías Lammens. "Por más que hoy no haya elecciones, hay poder para repartir", razonaron cerca de Tapia.
En ese lugar se buscó el consenso y se llegó a él. "Aceptan aprobar la reinterpretación del artículo 50 a cambio de la postergación de las elecciones", contó un tinellista. Segura y los suyos pedían 100 días de paz social, para calmar los ánimos, independizarse de las elecciones nacionales y tener algo de tiempo para poder armar a un candidato para competir con Tinelli. La postergación electoral fue un pedido de Independiente, lo que abre la puerta para una eventual postulación de Hugo Moyano. El líder sindical está tan habilitado como Juan Sebastián Verón (Estudiantes) y el propio Tinelli para competir. Hasta se barajó la posibilidad de que Segura continuara hasta junio de 2016. San Lorenzo quería resolver la cuestión en diciembre. Se determinó, por unanimidad, que las elecciones serán el 1° de marzo, decisión que será refrendada en la Asamblea ordinaria, convocada para octubre.
"Hemos logrado el consenso entre las dos partes para el bien del fútbol argentino". Tapia trajo la noticia una hora después, a su regreso a la AFA. Unos pisos más arriba, los suyos terminaban de negociar lo que ya era una capitulación. Tinelli estaba habilitado por unanimidad, Roberto Fernández regresaba al Consejo Federal (había sido echado por decisión del presidente Segura, quien no le perdonó su apoyo al conductor televisivo) y se creaba una vicepresidencia tercera en la AFA. Su ocupante sería, claro, Marcelo Tinelli.
Fue "Chiqui" Tapia, el mismo que hasta el lunes despotricaba en todos los medios por la idea de Tinelli de cambiar un reglamento, quien levantó la mano con la moción de la reinterpretación del artículo 50. Justo lo que quería el conductor. El dirigente de Barracas Central pidió que "todos pudieran participar". Como estaba negociado, el apoyo fue unánime. Con la ayuda de la política y la astucia de quienes se supieron superados, no hubo ni gritos ni sillazos. "Sí hubo aplausos", relató un asesor de la AFA que vivió el cónclave desde fuera de la sala de reuniones (sólo asistieron los integrantes del comité).
Hubo tiempo para un abrazo Lammens-Tapia. Y una conferencia de prensa conjunta, como si el fuego cruzado entre unos y otros de los últimos días fuera un mero recuerdo del pasado. Más un tweet del propio Tinelli antes de su programa de TV: "Por empezar el programa en VIVO. Feliz por el acuerdo donde priorizamos los intereses del fútbol. Se viene una nueva etapa en la @afa".
Fue el fin de un día que empezó con clima de guerra y terminó con un cónclave casi de amigos. Una tregua que, al menos, durará seis meses.
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