El ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, y el director de Proximidad Policial, Daniel Medus, hicieron un balance. Afirman que la gente acepta la nueva fuerza
La Policía Comunitaria se creó en enero de 2014 en el marco del Plan de Seguridad Democrática provincial para intervenir de manera específica con un perfil innovador en los barrios de contextos vulnerables, con el objetivo de profundizar acciones tendientes a mejorar la calidad de vida, la convivencia y la seguridad de los ciudadanos. En la actualidad cuenta con 1.300 efectivos, y el número sigue creciendo a medida que acrecienta sus zonas de acción.
A poco de cumplirse dos años de su puesta en marcha, el ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, y el director provincial de Proximidad Policial, Daniel Medus, realizaron un balance sobre su funcionamiento. “Los resultados hasta el momento demuestran que la gente ha ido incorporando la lógica de la Policía Comunitaria; los efectivos lograron sortear el desafío de acercarse a los vecinos y crear un marco de confianza para poder trabajar en conjunto”, señaló Medus.
“Junto con el ministro hemos evaluado todos los trabajos a nivel provincial que se han realizado durante este tiempo, como actividades públicas, jornadas de capacitación, recuperación de espacios físicos, encuentros con los vecinos e intervenciones en hechos delictivos y policiales, donde los resultados nos muestran que la presencia de la Comunitaria en los barrios es muy favorable”, afirmó.
El funcionario indicó por último que “lo que nos facilitó mucho en el vínculo con los vecinos fue contar con una metodología de trabajo, acercarnos a través de un protocolo de presentación, caminar por los barrios y participar de diversas actividades interactivas para fortalecer ese acercamiento”.
En la misma línea, la jefa policial de esta área especial de la fuerza, Adriana Sosa, sostuvo que “es muy importante ver la gran satisfacción por parte de las personas por poder comunicarse con los policías, saber quiénes son, y también que los vecinos puedan volver a comunicarse entre ellos mismos, porque eso logra cambiar la perspectiva de la sociedad hacia la seguridad”. Y añadió: “En todo este tiempo hemos estado recuperando territorios y afianzándonos en los barrios donde funciona el dispositivo”.
Formación y capacitación
Uno de los ejes centrales para lograr que la Policía Comunitaria sea una fuerza atenta a las necesidades y cambios sociales, es ofrecer a los agentes instancias de formación y capacitación permanente. De esa manera, se optimizan los recursos y las posibilidades de dar una respuesta rápida y eficiente para la resolución de los conflictos. Durante estos dos años se definieron distintas líneas de acción que engloban los temas prioritarios que fueron apareciendo en el día a día junto con los vecinos, y en torno a ello se dictó un total de 10 jornadas de capacitación para jefes y personal de cada una de las casas de la provincia.
Las temáticas estuvieron vinculadas con la resolución alternativa de conflictos, la implementación del nuevo Código Procesal Penal, tareas específicas de la Policía Comunitaria, características de su función en el marco de los derechos humanos, legislación y ética policial, Defensoría del Pueblo, género, diversidad sexual, infancia y adolescencia y el programa internacional para la prevención del delito y el acercamiento con el vecino (Multipol).
Equipamiento
Las casas y módulos de la Policía Comunitaria se distribuyeron de manera estratégica en los barrios más vulnerables de las principales ciudades de la provincia como ser: Rosario, Santa Fe, Santo Tomé, Rafaela, Reconquista, Avellaneda, Venado Tuerto, San Lorenzo, Capitán Bermúdez, Villa Constitución, Villa Gobernador Gálvez, Casilda, Pérez, Fray Luis Beltrán, Granadero Baigorria y Puerto General San Martín.
A lo largo de estos dos años se fue ampliando la cantidad de las mismas y hoy se cuenta con un total de 32 sedes, algunas consistentes en construcciones fijas y otras en unidades modulares reforzadas.
Todos los agentes tienen uniforme diario con el distintivo de charreteras naranjas, línea de telefonía fija e internet en las casas de la Policía Comunitaria y todo el equipamiento policial estándar.
Una fuerza en pleno proceso de expansión
La Policía Comunitaria cuenta actualmente con un plantel de casi 1.300 efectivos, aunque ese número se incrementa a medida que va creciendo la fuerza.
Trabajan de a pie en las cuadras asignadas, donde le entregan a cada uno de los vecinos una tarjeta de identificación con los datos personales (foto, nombre y apellido, número de identificación policial), y los datos de la casa de la Policía Comunitaria (número de teléfono, correo electrónico y dirección). En cada uno de los sectores, los agentes comunitarios se desempeñan únicamente en ese lugar, y cada uno de los efectivos es responsable de unas pocas cuadras (un “microbarrio”) y el horario de patrullaje es variable, de acuerdo a lo establecido en cada microbarrio junto con los vecinos.
Por otra parte, se realizaron reuniones mensuales con la gente e instituciones para elaborar juntos un plan de seguridad acorde a las necesidades específicas de la cuadra, estableciendo las prioridades de seguridad de manera consensuada, y donde los uniformados fueron rindiendo cuentas públicamente del trabajo efectuado en la zona.
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