Por segunda vez consecutiva fracasó ayer la sesión de la Cámara de Diputados. Esta vez, la polémica se generó por una decisión de la Presidencia de la Cámara de Diputados para regular los debates parlamentarios que se generan en las sesiones.
Históricamente, el punto Comunicaciones de las sesiones de la Cámara baja representa el espacio que tienen los legisladores para debatir sobre temas de actualidad y de política.
En la reunión de Labor Parlamentaria que los presidentes y vicepresidentes de bloque mantuvieron el pasado 1ero de octubre habían acordado que las comunicaciones no oficiales se difieran para ser tratadas con posterioridad al tratamiento de los proyectos previstos. En este punto hubo acuerdo generalizado con la intención de garantizar más trabajo legislativo y dejar las controversias políticas como último punto del orden del día.
Sin embargo, la polémica estalló cuando el secretario parlamentario Augusto Barros leyó una comunicación por la que se establecen regulaciones al debate oral. Varias de ellas están previstas en el reglamento interno pero no eran de aplicación desde hace varios años.
EL FCS se levantó de la sesión al argumentar que se trata de "un cepo a la libertad de expresión". El presidente de bloque, Julio Salerno, señaló que esas restricciones no fueron las acordadas. Además se planteó que se pretende avanzar en la reforma del Reglamento Interno de la Cámara baja por medio de una nota y no a través de un proyecto.
Diputados del FV criticaron a la oposición al indicar que "sólo les interesa montar un espectáculo para los medios". Y la ex diputada del FCS Cecilia Porta acotó que es un bloque con ataques espasmódicos.
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