Estiman que el predio tiene un valor aproximado de u$s 90 millones.
Las nueve hectáreas que quedarán liberadas una vez que la U9 se traslade a la cárcel de Senillosa ya forman parte del debate público y político de la ciudad. La primera pregunta que surgió fue cuál será el destino de estas tierras cuyo valor inmobiliario se estima cercano a los 90 millones de dólares.
El nuevo uso y los indicadores urbanísticos deberán definirse en el Concejo Deliberante, lugar donde se discuten todos los cambios que se generen dentro del Plan Urbano Ambiental (PUA), la ordenanza que rige el ordenamiento urbano de la ciudad.
Así lo recordó el concejal del MPN y presidente de la comisión de Obras Públicas Osvaldo LLancafilo, quien advirtió que en la reunión de hoy quedará asentado en el libro de actas el inicio de la discusión, y que se convocará a los representantes de los barrios linderos a la zona de la penitenciaría para ver qué consideran importante desarrollar en este lugar.
Llancafilo recordó que hoy el predio de la U9 está indicado como “zona de uso específico UE2” para que ahí funcione una cárcel. “El cambio de estos usos es potestad del Concejo Deliberante, por eso, en primera instancia, lo que queremos es poner a consideración de los vecinos de Santa Genoveva, Villa Farell, Mariano Moreno y Centro para saber qué piensan. Se puede pensar en un parque recreativo, en un hospital de niños, en más escuelas públicas”, dijo a modo de ejemplo el concejal emepenista, y luego subrayó: “Cualquier modificación a ésta debe ser tratada y decidida por el Concejo Deliberante de la ciudad”.
Prudencia
Por su parte, el presidente del Concejo Deliberante, David Schlereth, dijo que no adelantará su opinión en cuanto a qué hacer con las millonarias tierras de la cárcel, pero aclaró: “Es un tema que ha surgido en otros tiempos y hoy nuevamente está en boga. Creo que no tenemos todavía los elementos para analizarlo profundamente”.
El edil se mostró molesto con las declaraciones previas (por Llancafilo) sobre el tema. “Nos enteramos por los medios, y la verdad es que hay declaraciones que son sólo pirotecnia verbal. Tenemos que sentarnos a tratar esto seriamente y no salir a hablar antes”, incidió.
En tanto, el concejal Gastón Contardi (UCR) opinó que el espacio que dejará la U9 debería ser destinado a la cultura y a los deportes. “La zonificación del lugar la tiene que hacer el Concejo Deliberante. Mi opinión es que allí debería estar la ciudad de las artes, la cultura y el deporte”, opinó el edil.
El enorme predio en el que está ubicada la vieja prisión construida a principios del siglo pasado quedó en una zona privilegiada. Se estima que el valor de las tierras sería similar al de los terrenos de la calle Leloir (1000 dólares el metros cuadrado), por lo que la cifra total es varias veces millonaria.
De estar entre los médanos a quedar en pleno centro
Cuando en 1904 se concretó el traslado de la capital provincial a la ciudad de Neuquén, en el corazón de la confluencia, una de las primeras medidas que se tomaron fue encargar el proyecto para construir una cárcel en el pueblo que se convertiría en ciudad. Pero primero hubo que buscar terrenos para que se levante el nuevo edificio.
En ese entonces, el caserío estaba concentrado en un radio muy pequeño en la zona centro, dividido por las vías, aunque ya se había decidido que la nueva capital tendría un lugar determinado para las cuestiones administrativas (las primeras cuadras del Alto) y otro para la actividad comercial (el Bajo).
Para aquellos primeros pioneros las distancias estaban muy distorsionadas, seguramente porque nunca se imaginaron que Neuquén crecería de manera tan vertiginosa. Por eso, cuando eligieron el predio para construir la nueva prisión federal, buscaron el terreno lo más alejado posible del centro, por una cuestión de seguridad.
Si el cementerio se ubicaba “allá lejos, en la colina”, la cárcel podría construirse un poco más alejada todavía en la zona de médanos y desierto absoluto.
A medida que el pueblo se fue expandiendo y Neuquén comenzó a poblarse, el radio urbano de la ciudad se fue expandiendo cada vez más, tanto hacia el este como el oeste.
Entre Ríos, la calle que parecía marcar el límite de la ciudad durante la década del 40 con el edificio de la cárcel, finalmente fue traspasada por la urbanización. La creación de otros barrios en las inmediaciones terminó cercando a la vieja prisión.
Hoy la U9 está en el barrio Centro Este, una de las zonas más acomodadas que tiene la ciudad.
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