El gobernador, Claudio Poggi, brindará este lunes a las 12 su discurso de apertura de las sesiones ordinarias en la Legislatura provincial. Su alocución será la primera desde que asumió en diciembre de 2023 y se da en un contexto de una dolorosa crisis para todos los sanluiseños que, a diferencia de turbulencias anteriores, en las que una gestión virtuosa de la Provincia permitía neutralizar o amortiguar los efectos de los recurrentes desmanejos a nivel nacional, esta vez experimentan el proceso contrario, con un ajuste “made in San Luis” que solo intensifica la parálisis y la postergación.

Un claro símbolo del deterioro socioeconómico que sufre la provincia bajo la conducción de Poggi es que, a la par del acto institucional, también habrá una masiva marcha de trabajadores estatales y sindicatos en la Legislatura, a pesar de los intentos a contrarreloj del Gobierno de desactivar la manifestación. Exigirán una urgente recomposición salarial y que se normalicen las partidas presupuestarias a los municipios, entre otros reclamos.

Como tampoco tiene demasiado para ofrecer, Poggi no dará muchas sorpresas y ocupará prácticamente la primera mitad de su mensaje en criticar y lanzar dardos a la gestión anterior, justificando la ineficacia y el declive al que sumió a la provincia desde que asumió.

Confirmará que no habrá un aumento de sueldos, lo que representará otro golpe para los trabajadores de la administración pública, quienes ya han tenido que soportar el desdoblamiento y el congelamiento de sus salarios. El otorgamiento de una suma fija de $70 mil ha sido calificado por empleados y sindicatos como irrisorio en un contexto de elevada inflación.

A pesar de la multiplicación de problemas que arrastra su gestión, el cordobés parece empecinado en abrir un frente que puede ser lesivo para los intereses de San Luis a mediano y largo plazo: volverá a comunicar que la provincia necesita endeudarse para asegurar su funcionamiento. Para eso, intentará valerse del respaldo que pueda conseguir en las cámaras legislativas, si bien para tomar un empréstito requerirá de dos tercios de los votos.

Lo que se buscará ocultar

Poggi se cuidará de no abordar temas que se vinculan a los aspectos más negativos de su administración. Por ejemplo, se anticipa que no realizará mención alguna al descalabro que padece el sistema de salud, que está siendo desmantelado a pasos acelerados a pesar de las constantes inversiones en infraestructura y personal que recibió el sector durante la gestión anterior.

No emitirá ningún concepto sobre los problemas que aquejan al Hospital Central, un moderno “buque” a nivel sanitario, único en la Argentina, que ahora naufraga con una hemorragia permanente de profesionales, por demás molestos por las magras condiciones laborales y salariales. Tampoco se referirá a la falta de insumos que no solo afecta al “Carrillo”, sino a todos los centros médicos puntanos y que es una amenaza para el tratamiento de los pacientes.

Con certeza, el traslado del Centro Oncológico Integral no será una acción que le interesará difundir. A pesar de ser un enorme paso adelante para San Luis, al poder brindar tratamientos especializados y evitar el de-sarraigo de pacientes que antes debían trasladarse a otras provincias, Poggi, solo motivado en su afán de destruir los logros de la administración saliente, estaría decidido a mudar este centro a un ala del Hospital Central.

No modificaría su decisión a pesar de haber recibido un informe interno en el que se le advierte que el cambio “no es conveniente” debido a la contención y el entorno adecuado que el Centro Oncológico Integral les brinda a los pacientes.

Otro tópico que el primer mandatario obviará será la venta o privatización de infraestructuras provinciales estratégicas, como hoteles y la Agrozal. Incluso llama la atención que entre los centros que pasarían a manos privadas se barajan el Hotel Internacional Potrero de los Funes y el complejo La Recova en La Punta, a pesar de que no hay razones económicas que justifiquen este desprendimiento.

La inclusión digital fue una política de Estado de la gestión anterior que la actual ha abandonado a su suerte. Por eso, el Gobernador no comentará nada sobre los ajustes que ha padecido el servicio de internet de alta velocidad por fibra óptica, que pasó de una tarifa accesible de 2.500 pesos a otra de casi 9 mil pesos en el transcurso de su mandato.

Poggi tampoco hablará del agravamiento de la inseguridad en la provincia, un proceso que va de la mano con las políticas de ajuste económico que él aplica fronteras adentro y que apoya a nivel nacional. Con bastante cinismo, el incremento de los índices delictivos será presentado para justificar el ingreso a San Luis de Gendarmería, todo un símbolo de desconfianza al accionar de las fuerzas puntanas.

La obra pública, histórico motor del desarrollo puntano y ahora una víctima del brutal ajuste del Ejecutivo, será otro punto en el que no habrá novedades de trascendencia.