Milei dedicó su discurso a la autocelebración y confirmó su desesperado pedido de socorro al Fondo. Al margen de la ley, el presidente espanta a sus aliados y empuja la confluencia del peronismo. ¿Qué hará la oposición si Caputo agiganta la deuda con el FMI?
Por: Diego Genoud.
En el discurso que leyó durante más de 70 minutos, Javier Milei volvió a felicitarse una vez más por todo lo hecho y sólo aportó una novedad, el anuncio de un acuerdo inminente con el Fondo Monetario Internacional. De confirmarse, la Argentina marcha hacia un nuevo programa que implica más deuda con su acreedor privilegiado. Ante un recinto semivacío, Milei habló para sus fanáticos y atacó dentro y fuera del recinto a Facundo Manes, el único opositor que estuvo dispuesto a escucharlo.
Si Milei finalmente logra cerrar un acuerdo tendrá que agradecerselo a Donald Trump, por un auxilio que llega cuando tiene el agua al cuello. La reunión virtual de urgencia que Caputo y Santiago Bausili tuvieron el viernes con la directora adjunta del Fondo, Gita Gopinath, no hizo más que confirmarlo. La indio-estadounidense es una economista de máxima confianza del demócrata David Lipton, el burócrata que en 2018 resistió -desde el mismo puesto que hoy tiene ella en el FMI- la presión de Trump para entregarle a Mauricio Macri un préstamo demencial. Por ese nexo, Gopinath genera recelo entre los republicanos. Darle a Milei lo que necesita, para alguien que llegó a ser número 2 del Fondo por la influencia de Lipton, sería una forma de dejar atrás la tensión del pasado y cumplir con el imperativo trumpista. A Kristalina Georgieva también le serviría para reconciliarse con los republicanos. Si la nueva deuda llega ahora, todos saben que Caputo la va a usar a su antojo como ya hizo. El primero es Lipton, el jefe de Gopinath que le exigió a Macri la cabeza de Toto en 2018. La pregunta es qué hará la oposición realmente existente ante un nuevo crédito que Milei y Caputo piensan utilizar como reaseguro para su campaña electoral.
La designación por decreto de dos jueces en la Corte Suprema y la amenaza de intervenir la provincia de Buenos Aires muestran a un presidente que en su desesperación aparece dispuesto a hacer cualquier cosa. Milei intenta hacer pie en el pantano que construyó: la estafa cripto y la suba del riesgo país se retroalimentan en un clima que deja expuesta la fragilidad del experimento paleolibertario.
Con la designación de facto de Manuel García Mansilla y Ariel Lijo, Milei partió como nunca el frente de sus aliados y obligó a las empresas a advertir sobre un gobierno que pone en riesgo sus negocios y atenta contra la “seguridad jurídica”. Macri, el diario La Nación y otros foros de derecha toman distancia. Sin embargo, nada fue más sintomático que el comunicado con críticas de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, la entidad que preside Facundo Gomez Minujin, el CEO de JP Morgan en Argentina, Uruguay, Bolivia y Paraguay.
A la inversa, la amenaza de intervenir la provincia de Buenos Aires después del crimen de Kim Gomez provocó una ola de solidaridad inédita con Axel Kicillof. Desde los gobernadores de UP hasta sectores del kirchnerismo que llevan meses de disputa con el gobernador, Sergio Massa, Juan Grabois, las centrales sindicales, Martin Lousteau y Facundo Manes.
De fondo, pesa el instinto autodestructivo del presidente. Milei eligió el peor momento para exhibirse como el artífice de una estafa global. En la previa a un salvataje del FMI que se demoró más de previsto y cuando la asunción de Trump revitalizó al dólar como arma de la disputa global. Milei y Caputo se están quedando sin aire para sostener la ficción del superpeso y la baja artificial de la inflación que ahora rebota en alimentos y verduras. Mientras acelera la quema de reservas para contener el dólar paralelo, todos los informes de las consultoras coinciden en que la salida de turismo es letal para la supervivencia del esquema.
Los datos oficiales muestran que el déficit de turismo en enero superó los 1100 millones de dólares. Según la Fundación Mediterránea, lo que más creció fue la salida de dólares de los argentinos que cruzan la frontera por tierra. Los tours de compras a Chile, dice el informe, crecieron un 180% en enero en relación a 2024 y los tours a Brasil, un 93%. La contracara del shopping de Temuco, donde los argentinos arrasan con todo, está en los comercios vacíos de Bariloche, Villa la Angostura, San Martín de los Andes, Neuquén y Cipoletti. Lo mismo pasa en todas las zonas fronterizas. El delirio colectivo que promociona Milei en un país que tiene reservas negativas, una montaña de deuda por pagar y uno de los promedios salariales más bajos de la región. Según Emmanuel Alvarez Agis, el déficit de cuenta corriente no es compatible con pagar la deuda pública de contado. Por eso, antes que por el $Libragate, los fondos de inversión que la ven empiezan a tomar distancia.
El otro indicador de que Milei necesita ya el socorro del Fondo es el retorno de los préstamos en dólares a sectores que no generan divisas, una concesión que los bancos nacionales liderados por Jorge Brito le arrancaron a Caputo. La comunicación A8202 del Banco Central estimula la dolarización endógena y sirve en el corto plazo para que se liquiden más dólares en el mercado oficial, pero agrega un condimento explosivo que también marca Agis: el descalce de monedas. Algo que remite al estallido de la Convertibilidad.
La economía real sigue sin repuntar. Se acumulan 19 meses de derrumbe en la industria, 13 meses de caída en la construcción y 13 meses de baja en el comercio. Los especialistas marcan que los tres sectores sumados superan el 20% del PBI y emplean a casi 3 millones de trabajadores. Son los datos que componen el escenario actual, con aumento de la violencia urbana en el arranque del año electoral.
Kicillof afirmó en su respuesta desde La Plata que el incremento de la violencia y el crimen está asociado al narcotráfico y marcó la responsabilidad del gobierno nacional. Hay un dato adicional: la connivencia y/o grado de asociación con los narcos de las policías en general y de La Bonaerense, en particular. Un ejército de 90 mil hombres que se dedica a regular el delito pero resulta imposible de controlar. Agotado el espectáculo de Sergio Berni, tampoco está claro que el perfil de Javier Alonso alcance para hacer frente a la situación actual.
Es la escena de fondo que el show televisivo prefiere evitar hasta que se pone de manifiesto con casos como el de Matías Paredes en Mar del Plata, fusilado por efectivos bonaerenses que estaban de civil. Un dirigente del peronismo que conoce muy bien la provincia dice que los años electorales coinciden con bandas mixtas que utilizan menores de edad para cometer delitos.
En lo político, el ataque de Milei a Kicillof empuja la unidad con fórceps de un peronismo que solo se reconcilia en el espanto. En los últimos días, entre los leales a Cristina, comenzó a expandirse la idea de que finalmente habrá un acuerdo con el gobernador. El argumento es que van a quedar de lado los intermediarios que potencian las diferencias y va a primar la necesidad de CFK como titular del PJ: cubrir bajo el mismo paraguas al peronismo no mileista. Máximo Kirchner sigue siendo el más intransigente.
Más allá de que las partes admiten que los enojos persisten y el ataque de Milei a Kicillof no tiene traducción directa en el terreno electoral, aparece entre los dialoguistas la certeza de que se trata de una pelea impopular. Kicillof debería desistir de su estrategia de tener elecciones separadas o Cristina se vería obligada a adaptar el desdoblamiento que no quiere. Separar a la provincia de Buenos Aires de la elección nacional por primera vez en décadas es la gran apuesta de Kicillof y, del resultado, dependerá en parte su futuro presidencial.
Si Cristina se resigna será producto de una convicción pero también de una debilidad. Después de asumir la jefatura del PJ en un desgastante proceso que terminó sin elecciones, la ex presidenta busca sumar a todos los que están contra Milei. No es sencillo, después del fracaso del Frente de Todos y con Milei a la caza de los conversos. La intervención que ordenó CFK sobre el PJ colaboracionista de Carlos Rovira en Misiones y Gustavo Sanez en Salta encontró resistencias inmediatas.
Durante la semana, Cristina armó una foto de familia que marca la frontera porosa entre leales y conversos. Reunió a Anibal Fernández con Guillermo Snopek y Ruben Rivarola, el empresario peronista y concesionario estatal que cogobernó con Gerardo Morales durante sus 8 años como mandamás de Jujuy. El ex titular del PJ jujeño es dueño del diario El Tribuno, tiene negocios en salud y la compañía de limpieza, LIMSA. Además, es propietario de la empresa Trame, encargada de transportar el litio de los salares al puerto de Iquique. Separados al nacer, Snopek y Rivarola estuvieron enfrentados durante años hasta que se encontraron de repente en la misma baldosa. Con el apoyo de Rivarola, Morales logró sancionar en 25 días una reforma constitucional que prohibió la protesta social y tuvo el rechazo de las comunidades indígenas que defienden sus territorios. Como jefa del PJ, para CFK, no resulta gratis justificar un esquema de alianza con el socio íntimo de Morales y una ruptura con Kicillof.
La Operación Shitcoin ya le había dado al peronismo la oportunidad para salir del letargo. En las cercanías del Instituto Patria, consumen con interés la información que aportan los embajadores del FBI en Argentina y hasta sintonizan con gusto las señales del Grupo Clarín.
Empantanado en el Senado y sin los votos que decía tener para Lijo, Milei y Santiago Caputo avanzaron con el decreto en comisión. La decisión, que tiene como antecedente lo que intentó Macri en un primer momento con Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, trajo el rechazo de los que se esforzaron en creer que Milei venía a sepultar los modales de la casta.
Garcia Mansilla, el constitucionalista de la Universidad Austral que era considerado intachable por sus defensores, traicionó la promesa que había hecho en la audiencia en el Senado y decidió asumir en medio de la lluvia de acusaciones de inconstitucionalidad. Mansilla tiene principios resbaladizos: en 2016 defendió el nombramiento por decreto de jueces, en 2024 lo cuestionó y en 2025 prestó su CV para ejecutarlo.
Sin siquiera recibir dictamen favorable, la asunción express de García Mansilla y el pedido de licencia de Lijo insinúan dos tipos de deriva. El inoxidable Lijo, que no tenía los votos que dijo tener durante un año, no quiere renunciar a su ficha en Comodoro Py por lo mismo que podrían argumentar los fondos de inversión que se van de Argentina: es Milei el que no les garantiza estabilidad.
Aunque Lorenzetti es el único que sonríe en la foto que difundió a los medios un colaborador de Rosatti, Garcia Mansilla cayó en un despacho embrujado, el de Juan Carlos Maqueda. Rosatti apuesta a sumarlo a un esquema de cuatro que obligue a Lijo a renunciar a su lugar de privilegio o quedarse en Retiro. Abogado de grandes estudios corporativos, Mansilla exhibe un recorrido similar al de Rosenkrantz y se destacó como director ejecutivo de la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos. Como en otras esferas, las grandes empresas están sobrerrepresentadas en la Corte.
En el marco de la opacidad que distingue al mundo de los jueces, los supremos le dieron un argumento insuperable a los que piensan que viven al margen de la realidad y solo se interesan por su cuota de poder. Guste o no, forman parte de un sistema parasitario, dentro de una dinámica endogámica. Tan invocada, la Constitución es una anécdota que se subordina a la especulación y los equilibrios de poder. Lo bueno: la hipocresía que está a la vista.
El peor día de la semana de Rosatti no fue ni el martes, cuando Milei firmó los decretos, ni el jueves, cuando asumió Mansilla. Fue el miércoles cuando se sentó en su platea, a la derecha de la hinchada, para ver a su equipo de fútbol eliminado en el repechaje de la Libertadores. En el caso de Lorenzetti, habrá que rediseñar la estrategia: o convencer a Lijo de que renuncie o como en el juego de la oca, volver al inicio para hacerle creer otra vez a Milei que tiene un candidato potable para sus ínfulas de perpetuidad. Una paradoja entre tantas: la interlocución del peronismo anti-lawfare pasa por el eje Lijo-Lorenzetti.
En una audiencia que debió hacerse ante Lijo y Garcia Mansilla pero fue confinada al anexo del Congreso en agosto pasado, el director ejecutivo del Inecip Julian Alfie definió a Lijo como el peor juez del peor fuero judicial de Argentina. Alfie destacó que Lijo es el juez con mayor cantidad de causas sin respuesta y el que tiene más causas de corrupción con más de seis años de demora, desde el expediente Correo hasta el caso Siemens y la argentinización trucha de YPF con los Eskenazi. Recordó, además, que está acusado de vender sus fallos y la protección judicial.
Por último, está Mariano Cuneo Libarona, un actor de reparto en la política de Milei, que ahora sobreactúa para justificar el sueldo. El enlace de Milei y Santiago Caputo con la Corte es diario y prescinde de sus servicios: está a cargo de Sebastian Amerio, el ministro de facto en el área de Justicia, que asistió a la jura de Mansilla.
Si hacía falta algo para confirmar que Milei perdió autoridad es la compra de Telefónica por parte del Grupo Clarín con la actuación crucial del fantasma David Martinez. Con tuits y denuncias de cero impacto, el presidente activó un conflicto tardío con el holding y buscó que un grupo de empresarios amigos se quedara con la empresa española. Clarín lo madrugó con la política de los hechos consumados. Milei entró en una etapa peligrosa. Está dispuesto a todo, pero el establishment le empieza a tomar el pulso. El riesgo es que el panic show termine con un clown que se queda sin poder de fuego.
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