Según un informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas, los ingresos de los sectores no registraron cayeron un 25%, mientras un grupo de empresas sigue incrementando de manera exponencial sus ganancias.
Por
SEBASTIÁN PREMICI
“La primera etapa del Gobierno de Milei tuvo una meta bien concreta, que fue la realización de una enorme transferencia de ingresos desde el trabajo hacia los propietarios de capital en todas sus formas”. Esta fue la princi (IPypal conclusión de un reciente informe elaborado por el Instituto de Pensamiento y Políticas PúblicasPP), que conduce el economista Claudio Lozano.
Al mes de junio, la caída en los ingresos como consecuencia del impacto de las políticas de la Administración Milei fue del 14,9% en su comparación interanual. En el desagregado por sectores, los que más perdieron fueron los trabajadores no registrados, con una merma de recursos calculada en el 24,7%.
Perdedores y ganadores. Las enormes ganancias percibidas por las empresas hidrocarburíferas (YPF, Pan American Energy y Tecpetrol), alimenticias (Arcor, Molinos Río de la Plata y Mastellone Hermanos) o las metalúrgicas Ternium y Aluar Aluminio se consiguieron sobre la caída del poder adquisitivo de los salarios y las jubilaciones. “Un programa de disciplinamiento social”, concluyó el IPyPP.
En la primera fase del programa económico de la casta mileista, la pobreza llegó al 58,6% (descontado el circunstancial pago de los aguinaldos), es decir, 13 puntos porcentuales más que los valores registrados al cuarto trimestre del año pasado. En otras palabras, este salto implicó que 7,8 millones más de personas cayeran bajo la línea de pobreza.
La segunda fase de la gestión Milei anticipa, según el IPyPP, una fuerte puja hacia el interior de las facciones del poder económico vernáculo. La ley de Bases y el RIGI son la puerta de entrada para una economía de enclave.
“La primera fase del Gobierno de Milei concluyó con un rápido y brutal cambio de precios relativos que permitió retrasar aún más el salario medio de la economía y reordenar el esquema de negocios y rentabilidades del poder económico local. En definitiva, se contuvo el gasto público, pulverizó el salario y selló un pacto entre caballeros con una escalada represiva para disciplinar la protesta social en las calles”, avanzó en su análisis el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), en su trabajo titulado “¿Dolarización o ajuste inflacionario? El falso debate que nos propone el poder”.
El disciplinamiento social de la era Milei se explica a partir de los siguientes datos:
La caída del poder adquisitivo del salario registrado del sector privado llegó en mayo de este año al 6,6%La pérdida para los empleados y empleada del sector público ascendió al 18,4% (mayo, último dato consolidado)La caída del poder de compra para el salario mínimo, vital y móvil fue del 28,8% (junio)Los recursos del Potenciar Trabajo y sus continuadores cayeron un 52,6%.
Si bien el Gobierno aumentó las transferencias para la Asignación Universal por Hijo (AUH), los sectores más vulnerables fueron los más golpeados por la administración oficial.
“El decil 1 vio descender los ingresos familiares per cápita en un -25% desde el tercer trimestre 2023 mientras los siguientes tres deciles del estrato bajo oscilaron en torno a este número. Es decir, la caída de los ingresos laborales informales o la pérdida de empleo de los únicos titulares cuyas prestaciones crecieron en términos reales, fue más relevante en sus condiciones de vida”, puede leerse en el trabajo del IPyPP.
En contraposición al feroz ajuste sobre la población, sobresalieron un conjunto de empresas que incrementaron de manera exponencial sus ganancias netas, a pesar de la caída de la actividad.
En el sector hidrocarburos, la rentabilidad neta al primer trimestre del año de YPF, PAE y Tecpetrol (Techint) se incrementó un 790% interanualEntre los productores de alimentos liderados por Arcor, Molinos Río de la Plata y Mastellone Hermanos, el salto de la rentabilidad neta fue de 1331%Entre las metalúrgicas Ternium y Aluar, el salto fue del 498%Como exportadora del complejo sojero – cerealero, Molinos Agro incrementó sus ganancias en un 4921%.
“Si se considera la propiedad del capital vemos que el Grupo Techint de Paolo Rocca posee el control de Tecpetrol, Ternium e incide en la política de la petrolera mayoritariamente estatal YPF, a partir de integrar su directorio, y de su participación en la Secretaría de Energía. Asimismo, Arcor y Mastellone son controladas por la familia Pagani, la familia Mastellone y por Danone de Francia. Por último, Molinos Río de la Plata y Molinos Agro son propiedad de la familia Pérez Companc en forma directa e indirecta a través de Santa Margarita LLC radicada en Delaware”, analizó el IPyPP.
La entrega
Con la sanción de la ley de Bases –reforma laboral en ciernes-, y el proyecto de economía de enclave sustentado a partir de las promesas del RIGI, el Gobierno de Milei inauguró la segunda fase de su gestión. De acuerdo al trabajo del IPyPP, lo que se avecina es un conflicto con distintas fracciones de capital entre “el tradicional bloque exportador y los acreedores institucionalizados (con el FMI a la cabeza) que defienden el ajuste inflacionario como la salida por excelencia a los recurrentes cuellos de botella del mercado cambiario”.
Los sojeros presionan por una devaluación, con un remanente sin liquidar cercano a los 10.000 millones de dólares; mientras tanto, el Gobierno busca empoderar a otros sectores vinculados a la primarización de la economía (litio, minerales críticos, gas, etc). Detrás de lo que parece ser una puja para atraer inversiones o sumar reservas en el Banco Central, subyace otro objetivo de la casta mileista.
“La apuesta por la explotación hidrocarburífera no convencional, la profundización de la extracción de carbonato de litio, cobre y otros minerales estratégicos para la transición energética europea, no representa únicamente una diversificación de la canasta exportadora sino también un cambio en la fisonomía del capitalismo local”, concluyó el informe del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP).
Detrás de la apuesta mileista para reordenar al poder económico local – en sintonía con los postulados de la Fundación Atlas- se encuentras los fondos BlackRock, The Vanguard Group, Fidelity Investment y los Elon Musk de la vida.
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