Iglesias y Sánchez negocian por primera vez
Por Martín Rodríguez Yebra
MADRID.- Después de 101 días sin gobierno estable, el vértigo a lo desconocido empezó a agitar la política española. El socialismo y Podemos depusieron las armas que han impedido hasta ahora un acuerdo y abrieron ayer por primera vez una vía real de negociación para desplazar del poder al conservador Mariano Rajoy.
Pablo Iglesias, líder del partido de los indignados, escenificó el giro en el guión después de reunirse durante dos horas con el candidato socialista a la presidencia, Pedro Sánchez. Anunció que renunciaba a sus pretensiones de ser vicepresidente, quitó la condición de incluir en un hipotético pacto la convocatoria a un referéndum independentista en Cataluña y aceptó que los liberales de Ciudadanos participen del diálogo.
"Hoy estamos más cerca de un gobierno de cambio y de evitar unas nuevas elecciones", dijo después Sánchez. Para hacerlo tiene poco más de un mes. Si el 2 de mayo nadie consigue el respaldo del Congreso, se convocarán nuevos comicios generales.
A principios de mes, el líder socialista fracasó en la sesión de investidura a la que se presentó con un pacto que había sellado con Albert Rivera, de Ciudadanos (cuarto en las elecciones). Podemos, tercera fuerza parlamentaria, lo rechazó de manera tajante. Pero apenas después al partido de Iglesias le estalló una grave crisis interna que podría desmadrarse si se viera obligado a sumergirse en una nueva campaña electoral.
Sin embargo, todavía persiste un nudo muy firme: Podemos se niega de plano a compartir gobierno con Ciudadanos y Ciudadanos se niega a apoyar un gobierno en el que esté Podemos.
En cualquier caso, Sánchez confirmó que en las negociaciones participarán los tres partidos, algo impensado hasta ahora.
Rajoy mira el escenario a la distancia. Fuera del juego de los pactos, sigue gobernando de manera interina y su única apuesta es un fracaso de sus rivales que lleve a las nuevas elecciones, a las que quiere postularse otra vez.
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