Con la salida de De la Sota, habrá profundas modificaciones en el oficialismo. El gobernador electo está armando su equipo con dirigentes de su plena confianza. Retendrá a funcionarios clave para las negociaciones que deberá retomar con la Nación.
El próximo 10 de diciembre marcará el retorno de Juan Schiaretti al Centro Cívico, espacio que él decidió construir en su mandato anterior (2007-2011). También será la despedida de José Manuel de la Sota del poder provincial y del liderazgo del peronismo cordobés.
Estas dos situaciones marcarán cambios profundos en el peronismo, que ayer cumplió 16 años en el poder, desde que De la Sota juró como gobernador, el 12 de julio de 1999.
Aunque se oficializará en los próximos meses, por los nombres que comenzaron a sonar, las especulaciones indican que habrá pocos dirigentes delasotistas en el futuro gabinete.
De la Sota y Schiaretti son socios políticos desde hace más de una década. Pero la decisión del actual gobernador de no buscar su reelección, para ser candidato presidencial, le dejó el camino libre al ahora gobernador electo para volver al poder provincial y a la jefatura del PJ.
Se cumplirá así esa regla de oro, nunca escrita, del peronismo: el que gobierna, también conduce al partido.
El 10 de diciembre de 2007, se repitió esta situación. Schiaretti reemplazó a De la Sota en la entonces Casa de las Tejas. Aquel era otro escenario político. El nuevo gobernador asumió con el límite de que sólo tendría un mandato por delante, porque era vicegobernador y la Constitución provincial le impedía ir por otro período.
Pasaron ocho años. Ahora Schiaretti tendrá la posibilidad de permanecer dos períodos en el cargo, si busca y consigue su reelección. Mientras que De la Sota asegura en privado que luego de tres gestiones no consecutivas, no buscará volver al Gobierno provincial.
En este escenario, se producirá un sacudón en la gestión peronista, y también en el partido gobernante. De la Sota, el líder natural del PJ local, tiene decidido buscar otros horizontes fuera de la provincia, cualquiera sea el resultado que consiga en la pulseada con Sergio Massa, por la candidatura presidencial del nuevo frente Una Nueva Alternativa (UNA).
Gabinete
Como quedó expuesto, el futuro de De la Sota depende de las urnas en la carrera presidencial. En cambio, lo de Schiaretti es más concreto: asumirá como gobernador el 10 de diciembre y hasta entonces deberá conformar su equipo para volver a gobernar.
La futura gestión de Schiaretti trazará un nuevo esquema de poder en la provincia y el PJ.
Aunque De la Sota y su sucesor mantienen una larga sociedad política, también es claro que cada vez que les tocó gobernar, cada uno lo hizo con su gente, recortando el poder de quien quedó en el llano.
Es lo que sucederá con Schiaretti, desde diciembre. El nuevo gobernador mantendrá a algunos de los actuales ministros, pero encumbrará a sus dirigentes de mayor confianza.
La idea de Schiaretti es que Ángel Mario Elettore siga al frente del Ministerio de Finanzas. De concretarse, sería el único ministro delasotista puro que quedará en la futura gestión.
“Ángel conoce los números de la deuda con la Nación y será fundamental en la negociación que ‘el Gringo’ (Schiaretti) entablará con el próximo Presidente. No puede prescindir de él”, dijo un dirigente schiarettista.
También se sabe que Schiaretti pretende que Fabián López siga en el Ministerio de Agua, Ambiente y Servicios Públicos. Lo mismo ocurre con Walter Grahovac, quien podría continuar en Educación.
López es un técnico que ocupó un cargo en la anterior gestión delasotista, pero luego se fue al Gobierno nacional, por sus buenos vínculos con los K. En cuanto a Grahovac, es un peronista que viene del gremialismo, pero también militó en el kirchnerismo. Por lo tanto, no son delasotistas paladar negro.
Se comenta que Hugo Testa podría volver al Ministerio de Infraestructura, luego del portazo que pegó en la gestión delasotista. Acompañó al gobernador desde el año 1999, pero se fue en medio de un clima de tensión.
Hay dirigentes del riñón del futuro gobernador que tendrán cargos influyentes. Serán la columna vertebral del próximo gobierno. Ricardo Sosa es un hombre de extrema confianza y podría ocupar el actual Ministerio de Administración u otro que se pueda crear en la misma área.
Carlos Massei fue el jefe de campaña de Schiaretti y es candidato a diputado nacional. Podría ocupar el Ministerio de Gobierno y Seguridad. Esta cartera es una de las más importantes, ya que maneja la relación con los intendentes y también la sensible cuestión de las políticas de seguridad.
Carlos Gutiérrez fue electo legislador provincial. Si no va al gabinete, el dirigente de Río Cuarto podría ser el nuevo presidente provisorio de la Legislatura o jefe del bloque oficialista. Sin dudas, que si se queda en la banca, será el referente del nuevo gobernador en el parlamento cordobés.
Un caso especial es el de Alejandra Vigo, esposa de Schiaretti. Nadie cree que ocupe un ministerio, pero tendrá un cargo y será una de las funcionarias más influyentes de la gestión. Seguramente irá al Ministerio de Desarrollo Social y seguirá siendo la máxima referencia política del gobernador en el PJ Capital.
Partido
Además de los cambios que se darán en el gabinete, Schiaretti también asumirá el liderazgo del PJ, luego de una larga hegemonía de De la Sota.
El presidente seguirá siendo Carlos Caserio, pero la conducción dependerá del gobernador.
Caserio fue ministro de Schiaretti en todo el mandato anterior y seguramente volverá a ser un puente entre el gobernador entrante y el ex, que dejará el poder, pero podría seguir influyendo en el partido.
En el arranque del nuevo gobierno, no se espera tensión política interna, pero no hay que descartar que en el futuro, el delasotismo intente recuperar protagonismo.
Es probable que De la Sota se aleje del escenario provincial, pero su pareja Adriana Nazario puede ser una dirigente influyente en el oficialismo. Varios legisladores e intendentes le responden de manera directa.
En el PJ se especula que Eduardo Accastello seguirá intentando retomar algún protagonismo provincial. En la campaña recompuso relaciones con el delasotismo.
En lo partidario, lo más probable es que Schiaretti fortalezca su alianza política con el vicegobernador Martín Llaryora, quien lidera la agrupación El Peronismo que Viene y siempre mantuvo una relación distante con el delasotismo.
En la Legislatura, si Gutiérrez es presidente provisorio, Passerini y Oscar González aparecerían con mayores chances de presidir el bloque de UPC.
En la Unicameral
Votos. El oficialismo mantiene aún la expectativa de que el escrutinio final le otorgue los dos legisladores que le hacen falta para llegar a 36, para conseguir la mayoría propia en la Legislatura, que conducirá el vicegobernador Martín Llaryora. Resta definir el legislador uninominal por el departamento Pocho. Los peronistas también dicen que aún puede alcanzar la banca 18 de la lista sábana. De ser así, llegarían a 36 bancas, ya que hasta el momento se aseguraron 34.
Colores. Más allá de esta cuestión, que se comenzará a definir esta semana el Tribunal Electoral Provincial, la mayoría de los legisladores electos son delasotistas y otros que responden directamente a Adriana Nazario, la pareja del gobernador José Manuel de la Sota. De los parlamentarios electos, hay dirigentes de peso en el peronismo. Carlos Gutiérrez es un hombre de confianza de Juan Schiaretti. También lo es Héctor “Pichi” Campana. Luego hay varios delasotistas paladar negro, como Daniel Passerini; Manuel Calvo; Julián López; Walter Saieg; Francisco Fortuna; Carlos Alessandri y Carlos Presas. También está Oscar González, quien fue ministro de Salud durante toda la gestión anterior de Schiaretti.
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