Inescrutables. Así se mostraron, tal y como son, en el Partido Obrero ante la visita de Cuarto Poder a su sede en el centro de la ciudad para conversar y anticipar la estrategia, los objetivos y los candidatos para las próximas elecciones nacionales.
Según anticipó el actual concejal y diputado provincial electo, Arturo Borelli, “el próximo sábado 13 vamos a hacer nuestro congreso provincial y ahí se va a definir todo”. “Antes, en estos días, va a salir un documento político”, añadió la concejal sanlorenceña Violeta Gil.
Como era de esperarse, una primera definición está clara entonces: el PO insistirá en su histórica postura de no realizar acuerdos o frentes electorales. Los plazos legales para anotar ese tipo de alianzas vencen el 10 de junio, días antes que los obreros realicen sus deliberaciones y formalicen su estrategia.
En cuanto a los objetivos políticos tampoco se esperan mayores novedades. Los documentos difundidos tras las elecciones provinciales y -de seguro- los que anticipen las nacionales repetirán la doctrina del trotskismo vernáculo y coincidirán en la necesidad de “consolidar al PO como la alternativa política a los partidos patronales”. Pero, más allá de esa previsible y válida definición, por ahora ningún dirigente obrero pudo o quiso sincerar si los esfuerzos estarán direccionados a los candidatos salteños o a la postulación presidencial de Jorge Altamira y si la campaña se focalizará en Capital o si se desarrollará con la misma intensidad en todos los departamentos de la provincia.
“Eso se va a discutir en el congreso del 13”, insistió Borelli sin soltar prenda. La tónica de esa discusión ya fue anticipada en un documento político difundido después de las elecciones provinciales donde se advierte que “en las legislativas del 2013, todo el FIT asistía a un ascenso que nos permitió llegar al Congreso”.
“En las elecciones recientes en Neuquén, Ciudad de Buenos Aires (PASO), Mendoza (PASO) retrocedemos respecto a 2013, pero superamos 2011” detalla el manifiesto y asegura que “en este balance de conjunto caracterizamos la consolidación del PO en Salta, con niveles muy altos de votación”.
A la espera del 13, queda planteado el interrogante -aún sin respuesta- de los posibles aspirantes a llegar al Congreso de la Nación para acompañar a Pablo López que en 2013 hizo una histórica votación y sumó casi 120 mil voluntades. La pregunta que en la sede del PO prefirieron no contestar es si se repetirán candidatos con las elecciones provinciales o si promoverán a nuevos dirigentes.
No es fácil la decisión: los militantes más notables están ya en funciones y una apuesta a nuevas caras, de no ser bien recibidas por la ciudadanía, podría profundizar el retroceso electoral del mes pasado. López tiene dos años más de mandato en el Congreso, Borelli acaba de ser elegido para ocupar una banca en la Legislatura, Cristina Foffani estará en el Concejo Deliberante. Y Claudio Del Plá, Julio Quintana, Gabriela Jorge y Gabriela Cerrano también tienen mandato por dos años más en Diputados y el Senado.
Cuarto Poder intentó saber de boca del propio Del Plá hacia dónde apunta el PO y quiénes serán sus candidatos pero no tuvo respuesta. El líder rojo mandó a contestar que “respuestas sobre las candidaturas, después del 13 de junio”. “Eso no te lo va a responder porque él no decide nada” justificaron sus oficiosos voceros y destacaron que “al interior del partido hay compañeros que tienen muchas tareas de responsabilidad pero no son públicos”.
Comprometidos y esmerados, esos compañeros como Violeta Gil o Rodrigo Tolaba o algún otro dirigente del norte no parecen estar en condiciones de encabezar una campaña nacional y enfrentar a rivales de la talla y los recursos de Pablo Kosiner y José Vilariño y, tal vez, tampoco a la revitalizada UCR que tendrá a Miguel Nanni en la cabeza de una lista opositora en la que confluirán diversos sectores de la oposición antiperonista.
Después de 15 años de instalación en la escena política salteña el PO enfrenta su mayor desafío: conservar la mayor cantidad posible de los votos ganados a fuerza de militancia y coherencia en el pasado reciente y evitar volver a ser una férrea oposición a los partidos tradicionales, pero alejada de los reales espacios de poder.
La otra izquierda. Sea como fuere, la situación en el PO parece ser mejor que en los otros espacios de izquierda. Nada se sabe sobre los pasos que darán en el otro espacio trotskista, el MST (Movimiento Socialista de los Trabajadores), con respecto a las legislativas nacionales. Como ocurre con el PO, las figuras reconocidas allí no abundan y la principal referente, Cecilia Gómez, tuvo un flojo desempeño en las ejecutivas de abril y mayo.
Con respecto al Frente Popular que debutó en abril de este año con la candidatura de Edmundo Falú, sólo se supo que entre el viernes y el sábado se desarrolla un congreso provincial de la Unidad Popular, el instrumento electoral de la CTA, que participó del Frente. No hay precisiones si de ese encuentro participaran en carácter de aliados los referentes de la CCC que formaron parte del frente electoral. Lo que sí se confirmo es que al mismo arribarían referentes de Buenos Aires.
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