Una vez más la planta de tratamiento de líquidos cloacales le provocó un fuerte dolor de cabeza al intendente Andrés Peressini, quien tendrá que invertir cerca de un millón de pesos en repararla. El problema surgió luego de que dos empleados “descuidaron” su accionar, lo que generó el desborde en la sala de válvulas y el actual envío de desperdicios sin tratar al río Limay.

Peressini se manifestó “enojado” ayer con el comportamiento de estos trabajadores a quienes denunció en la comisaría local. “Hubo desidia, abandono y desinterés por parte de estos empleados municipales quienes no llevaron adelante los procesos que tenían a su cargo”, explicó el jefe comunal.

“La planta no está funcionando desde el martes pasado, se están arrojando líquidos crudos la río. Estamos en etapa de reparaciones. Tanto con capacidad interna y externa. La reparación nos va a costar cerca de un millón de pesos y encima luego tendremos que verificar en qué condiciones están los procesos complementarios”, confirmó el intendente, quien calculó que podrán repararla mañana. Peressini acudió a la planta a pedido del encargado. Allí se encontró con el rebalse de las tres piletas, lo que produjo la inundación de una sala de válvula y así la planta quedó fuera de funcionamiento.