Las figuras del partido peregrinarán a La Pampa en apoyo del candidato de Larreta frente a la UCR. Si gana, ganan todos; pero la derrota tendrá único dueño.
Por Gonzalo Prado
Los bancos de pruebas sirven para lograr una comprobación rigurosa y repetible para plasmar en futuras teorías científicas. La Pampa no sólo es una provincia para Juntos por el Cambio (JxC): será un laboratorio para una interna de 12 de febrero que atravesará a la oposición durante todo el 2023. Desde el sábado hasta el martes, todas las figuras del PRO desembarcarán en el distrito para respaldar la candidatura a gobernador del diputado Martín Maquieyra, que se enfrentará a su par de la Cámara baja, Martín Berhongaray, embanderado con los colores de la Unión Cívica Radical (UCR).
El sábado el expresidente Mauricio Macri estará junto al candidato y se espera que en ese encuentro se sume también el auditor general Miguel Ángel Pichetto, a quien recibió el miércoles por la tarde en el country Cumelén con un grupo de peronistas macristas. El lunes será el turno de la titular del PRO, Patricia Bullrich y por último el martes estará la diputada María Eugenia Vidal. Las espadas del PRO se subirán así al delfín de Horacio Rodríguez Larreta, que se jugará a todo o nada en esta interna: si Maquieyra gana, será mérito de todo el PRO; pero si pierde, el mariscal de la derrota será el jefe de Gobierno porteño. Eso lo tienen en claro en Uspallata.
El apoyo generalizado del partido le permite al pampeano estar en el selecto grupo de precandidatos que no se ve obligado a tomar partido por nadie en la interna nacional del PRO, al esgrimir chances reales de ganar la elección provincial, como le sucede por ejemplo al senador por Chubut, Ignacio Torres. No obstante, Maquieyra tiene pensado dejar bien en claro, en cuanto tenga la oportunidad, de brindar su respaldo explícito al acalde. “Una vez que le pregunten a quién apoya, lo dice y se termina la cuestión”, expresó una fuente del PRO al tanto de las negociaciones.
No es sólo simpatía personal. El jefe de Gobierno decidió apostar fuerte en La Pampa después de los buenos resultados de la lista 2021 que encabezó Daniel Kroneberger para el Senado y Maquieyra para Diputados, que cosechó el 48% de los votos. Esa boleta mixta entre la UCR y el PRO se vislumbraba entonces como protagonistas de la interna 2023. Sin embargo, diferentes sondeos de opinión obligaron al miembro de la Cámara alta a desistir de presentarse.
Ahí fue cuando en el gobierno porteño decidieron redoblar los esfuerzos para que Maquieyra sea la punta de lanza larretista en la lucha por la gobernación. A las visitas del alcalde a la provincia se sumaron recursos y estructuras de campaña.
La interna abierta de La Pampa oficiará como primera prueba del enfrentamiento entre el PRO y la UCR ,luego de los cruces y acusaciones cruzadas como consecuencia de sus variopintas estrategias electorales, con reglas que se escriben para cada distrito. La caótica situación motivó un encuentro de urgencia de la cúpula de JxC, para permitir que se doble, pero que no se rompa la coalición en varias provincias donde sonaron las alarmas. La cita después fue objetada por figuras de la coalición, especialmente dentro del macrismo.
Además de la interna, en la discusión pampeana hay otras aristas subterráneas. Una de ellas es la acusación del PRO al radicalismo de presentar un candidato para, supuestamente, favorecer al peronismo gobernante. Mueven las sospechas de que el actual mandatario Sergio Ziliotto alentó que la UCR presente un candidato, luego de la decisión de Kroneberger de bajarse de la contienda, lo que generó un clima de chicanas y críticas cruzadas que aún perdura.
De ahí la obsesión en el PRO con lograr un resultado contundente frente a un radicalismo que buscará mostrar algunas de sus cartas en La Pampa, donde ostenta poderío opositor territorial. El jueves, el presidente del partido, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y el senador Martín Lousteau se mostrarán con Berhongaray a modo de cierre de campaña.
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