Sobre las playas capitalinas existen diversos desagües pluviales, en los que se encontraron residuos cloacales. La reciente habilitación despertó la preocupación por la salud de las personas. El reclamo lleva años. Las respuestas y los informes sobre la situación de los mismos siguen siendo escasos.
Playas y balnearios bañados por residuos cloacales, fauna íctica contaminada, pescadores que buscan su sustento en medio de esta situación y niños que juegan en las orillas del río, en barrios de zonas costeras, y padecen enfermedades a causa de ello.
Estas son algunas de las escenas de una misma película que, cada vez más, preocupa a la población de la capital correntina y sus alrededores. Una película que posee un guión con final prometedor pero, que, desde hace años, tarda en concretarse.
La contaminación del río Paraná por el desagüe de los residuos cloacales de la capital en su cauce no es una historia nueva. Cuenta, entre su años de padecimiento, numerosas denuncias y pedidos de informe que fueron, casi, ignorados por distintas gestiones municipales y provinciales.
Una de las últimas denuncias de relevancia fue realizada en 2018, a través de redes sociales, por habitantes de la ciudad que denunciaron la existencia de conexiones irregulares de cloacas que vuelcan su contenido en los desagües pluviales que finalizan en la avenida Costanera General San Martín, más precisamente aguas arriba del río Paraná y a unos 200 metros de la playa Islas Malvinas.
Según explicó un vecino a medios locales, el caño se encuentra en el cruce de las calles Pellegrini y Chaco, y arroja aguas servidas directamente al río, generando olores nauseabundos en la zona ribereña.
“LOS NIÑOS NO PUEDEN JUGAR MÁS ALLÍ PORQUE LA CONTAMINACIÓN LES PRODUCE ENFERMEDADES EN EL CUERPO; GRANOS, HONGOS”
Con la bajante extrema, señaló el informe, esta compleja situación quedó expuesta y en el lugar que fue objeto de las denuncias se pudo observar como la materia fecal era arrojada desde la cloaca, cuando originalmente era un desagüe pluvial.
Más cercano en el tiempo, otro medio local elaboró un informe que se centró en la Playa Arazaty, donde una multitud de bañistas fue sorprendida (y repugnada) por una salida pluvial y cloacal.
Se señaló que, a pocos metros de las columnas del puente General Belgrano se encuentra una canalización de cemento construida para residuos escatológicos, que vierten su indeseable contenido al río.
En la nota informativa se remarcó el gran peligro que esto significa para la salud de las personas que visitan la playa, ya que miles se zambullen en el río con total desconocimiento de la situación.
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