Rapacioli critica la toma del partido. “Cero diálogo” con La Cámpora. “Sos chupamedias o sos el enemigo”, dispara. Avisa que no renuncia. El escenario interno.
Por: Damián Belastegui.
31 de marzo de 2021
El desembarco de Máximo Kirchner al frente del PJ bonaerense fijado para el 2 de mayo genera algunos focos de resistencia distritales. Mar del Plata es uno de los más sobresalientes, no solo por la importancia del distrito sino también por ser el bastión de la titular de la Anses, Fernanda Raverta, una de las figuras centrales del camporismo en Buenos Aires.
El titular del PJ local, Juan Manuel Rapacioli, etiqueta como un “atropello” la mecánica de llegada del diputado nacional a la conducción del peronismo provincial, y sostiene que, tras la derrota electoral de 2019 en el orden local, mantiene “cero diálogo” con La Cámpora y, aunque corre a Raverta de la línea de fuego –“además de compañera es amiga y debe estar muy atareada con su gestión”, dice-, apunta directo a su tropa al afirmar: “Se ha intentado confinar al PJ de Mar del Plata a la Siberia política”.
En diálogo con Letra P, Rapacioli destaca que el correlato marplatense del cambio de autoridades en el PJ provincial exhibe “un panorama lleno de incertidumbre que no le hace bien al partido en su conjunto. Al ser de esta manera, incumplieron con algo importante que el General Juan Domingo Perón decía: ‘Conducir no es mandar, es persuadir’; y acá se ha atropellado. Eso no hace bien, ni conforma masa crítica”.
Por lo pronto, el titular del PJ marplatense tiene como certeza las resoluciones de la Junta Electoral partidaria que rechaza las impugnaciones a la candidatura de Máximo K. hechas por Eduardo Duhalde y compañía, al tiempo que oficializa la lista liderada por el titular del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados de la Nación y tacha aquella encabezada por Alberto Samid. Con mandato hasta diciembre de este año, Rapacioli no sabe si luego del 2 de mayo sigue, “si intervienen o si llaman a elecciones”, pero aclara que, si dentro de los planes de la futura conducción bonaerense está que también renuncien los 135 presidentes distritales del PJ, no va a dar un paso al costado: “Que no cuenten con mi renuncia, porque no estoy en nada a favor con una imposición de esta naturaleza”.
“Aparentemente, en los distritos seguirían los mandatos hasta diciembre, cambiando solo la cúpula provincial; eso genera más incertidumbre porque no sabemos dónde estamos parados”, añadió. Y aclaró que no está disconforme con la figura de Máximo Kirchner en sí sino con “la metodología que eligieron para avanzar sobre el PJ, con una carta orgánica que está siendo pisoteada y con maneras prepotentes de imponer la política”. “Sos obediente y chupamedias o sos el enemigo. En esos términos están planteando las cosas”, se quejó.
Siempre hubo un mar del fondo en el distrito. Tuvieron que transcurrir 18 años sin elecciones, conflictos intestinos que se reflejaron en portazos y listas locales tachadas para que a finales de 2017 se diese un paso hacia la construcción de la unidad: hubo comicios y Rapacioli, con el respaldo del armado camporista liderado por Raverta, se impuso con comodidad frente a Eduardo Coppola, con casi el 65% de los votos.
En 2019, aunque las tensiones volvían a salir a flote en la confección de la lista local que tuvo a Raverta como candidata y portadora de la lapicera, el PJ trabajó en ese esquema. Post derrota local, el presidente del justicialismo marplatense sostuvo que hay “cero diálogo” con La Cámpora. Y ahondó: “Ya había diferencias antes de las elecciones, a partir de observaciones que uno hizo en busca del triunfo. Mi sugerencia era que, con mayor participación del PJ (en la lista local) teníamos más chances. Pero no escucharon. El PJ se alineó, trabajamos juntos en la campaña, no saqué los pies del plato, terminaron las elecciones y se suspendió el diálogo”.
Sobre su visión acerca de cómo podría impactar este panorama interno en los esfuerzos de campaña del PJ dentro del Frente de Todos local, Rapacioli advirtió: “Hay un enojo muy grande de parte de muchos compañeros que no se sienten representados y es un peligro enorme eso. Te sentís expulsado, no contemplado ni escuchado, obviamente algunos buscarán otras puertas, no es mi caso, nunca voy a sacar los pies del plato ni los voy a sacar. Pero para algunos puede ser más seductor otros sectores que buscan la persuasión”.
El titular del PJ marplatense no define referencias locales y se describe: “Mi conducción es Juan Perón”. Con ese perfil, contrasta: “Eso parece ser una rebeldía, no estar diciendo todo el tiempo ‘sí señora, sí señor’, parecería ser que les molesta”.
Aunque admite que “algunos compañeros” le propusieron ir por la reelección, recalca: “No puedo ni pensar en esto con esta incertidumbre que daña”. Amén de esa falta de certezas, sí hace conjeturas: “Las intenciones son claras: si va Máximo al PJ bonaerense, obviamente quienes responde a La Cámpora en todos los distritos van a querer exactamente lo mismo. Y yo ya estoy mayorcito para estar en La Cámpora. Además, no coincido con su metodología”.
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