Tras 18 años, mañana se reinaugurará la sala del Hotel Sasso, propiedad del sindicato de Luis Barrionuevo
Estas condiciones se mantendrán en este edificio construido y listo para funcionar hace ya tres años y cuya apertura se demoró por cuestiones políticas. Sólo la semana última se autorizó la licencia para que ocho ruletas y cuatro mesas de cartas -dos de black Jack y dos de punto y banca- puedan comenzar a funcionar en este establecimiento emplazado frente a los balnearios de Punta Mogotes, propiedad de la Unión de Trabajadores Hoteleros, Gastronómicos y Afines (Uthgra) que conduce Luis Barrionuevo.
Los empleados del Instituto Provincial de Lotería y Casinos (IPLyC) aceleraban ayer el montaje de los cilindros, uno de los cuales será mañana, a las 23, el que pondrá a rodar la primera bola de esta sala que tiene una superficie de 1300 metros cuadrados, cochera propia para 170 vehículos y en la que, en un futuro inmediato, se desplegarán primero mesas de póquer y craps (dados) y por último, en fecha por definir, máquinas tragamonedas.
La inauguración promete tintes de espectacularidad: habrá un desfile de modelos en el patio interior del casino, con colección del diseñador Benito Fernández. Tras el lunch y la habilitación de las mesas de juego llegará el momento del show musical de Patricia Sosa.
"No tengan dudas de que esta será la sala más moderna y e impactante de los casinos de la provincia", afirmó a LA NACION el titular de la Asociación de Empleados de Casinos, Jorge Baino, que confirmó que este nuevo espacio generará 200 puestos de trabajo ahora y 300 a corto plazo. En esta etapa, aclaró, se cubrirán con la planta que ya estaba en actividad. Pero dio por hecho que, apenas culmine la temporada, se habilitará una nueva academia para formar más empleados.
El Hotel Sasso era uno de los alojamientos más notables que ostentaba la ciudad hasta su cierre, en 1998. Y su sala de juego, una gran atracción para los apostadores fuertes. "Era un muy vistosa, destacada por las mesas francesas, más grandes que las americanas que se usan ahora y que trabajaban con 18 colores", recordó Roberto Rosso Aglio, actual director general de Casinos, que inició su carrera precisamente en aquel glamoroso Sasso.
Jorge González, gerente del hotel, destacó que con la inauguración del casino se cumple una nueva etapa del proyecto. "Estamos funcionando a pleno y sumamos ahora un espacio que estaba listo y que fue pensado y construido para albergar una sala de juego", destacó.
Completa la iluminación, más que destacada por los amplios ventanales con vista al mar y luces en los techos que cambian de color todo el tiempo, se avanzaba ayer con los equipos de seguridad. Rosso Aglio afirmó que en el Sasso se usará tecnología de última generación.
Desde 1998, el hotel permaneció cerrado hasta que en 2006 lo adquirió el gremio gastronómico, que lo remodeló y convirtió en un cuatro estrellas destacado por sus amplios salones para eventos, spa y la sala en la manzana lindera destinada al casino que tanto tardó en llegar.
La habilitación de la sala llegó luego de arduas gestiones en las que la política puso trabas. Todos aquí señalan al gobierno nacional como responsable del pulgar hacia abajo que mantuvo el trámite hasta hace pocos días, cuando el gobernador Daniel Scioli firmó la autorización. La licencia llegó luego de la creación de una comisión bicameral integrada por tres diputados y tres senadores provinciales. "En sesión evaluamos que estaba todo en regla y aprobamos la habilitación del Sasso, luego ratificada por el Ejecutivo", explicó a LA NACION el vicepresidente de esa comisión, Rodolfo Manino Iriart. "Como marplatense que soy considero que es una importante fuente de trabajo y dará un impulso para el desarrollo de una zona importante de la ciudad como es Punta Mogotes", destacó.
El Hotel Sasso albergará entonces la cuarta sala de esta ciudad. Ya estaban en funcionamiento el tradicional Casino Central, en el complejo Bustillo. El Casino del Mar, entre la rambla y el Torreón del Monje, concentra el juego que años atrás ofrecía el hotel Hermitage. Y el año pasado se recuperó la del Hotel Provincial, por estos días cerrada por remodelaciones y con reapertura prevista para fines de este mes. Se muda a la planta baja del edificio y tendrá mesas de ruleta y cartas más unas 200 tragamonedas.
Quienes concurran a las ruletas del Sasso, que estarán habilitadas todos los días de 22 a 4, deberán saber que es una sala intermedia y, por ende, el mínimo a apostar duplica los valores que rigen en el Casino Central. Siempre con entrada gratuita, la ficha menor será 10 pesos y 100 el máximo. En cartas, esos extremos suben a 100 y 12.000 pesos.
Este perfil de apostadores encontrará ventajas como la posibilidad de ingresar en el estacionamiento y desde allí de manera directa a la sala, por escaleras o ascensor. "La intimidad es un valor muy importante para muchos jugadores", señaló una fuente del IPLyC.
Las características del salón ilusionan a los administradores con destinarlo en algún momento no muy lejano a ser sede de los grandes torneos internacionales de póquer que recorren el mundo.
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