En tiempos de crisis financiera, un grupo de intendentes radicales busca que la Provincia los ayude. En el medio de las negociaciones, emergieron las urgencias del oficialismo por encontrar un mejor escenario legislativo. Los rumores tienen peso propio. En tanto, los alcaldes oficialistas aguardan un gesto.
“Los opuestos se atraen”, una frase tantas veces mencionadas y con al menos dos acepciones significativas, científica y romántica, a la que se le podría sumar una tercera: política. Claro, en la discusión de ideas, no solo existe la atracción para tener un rival sobre quien imponer una postura; sino que a la hora de avanzar en acuerdos que nutran a las partes interesadas no importa la diferencia o las oposiciones ideológicas.
Los inicios de las gestiones municipales – algunos en su segundo mandato – y la bonaerense de Axel Kicillof encontraron un escenario complejo. Tanto en política como en economía. De esa manera, la búsqueda de acuerdos con “la rosca” como principal motor, comenzó su marcha por el territorio provincial y pareciera no detenerse.
En definitiva, según pudo saber LaTecla.info, un grupo de intendentes de la Unión Cívica Radical, encabezados por el presidente del Foro de Alcaldes boina blanca, Miguel Fernández (Trenque Lauquen), pidieron una cita con la ministra de Gobierno, Teresa García.
Vale destacar que, bajo la órbita de la ex senadora debe funcionar la Subsecretaría de Asuntos Municipales, donde en los últimos días sonó el nombre de Aníbal Fernández como posible titular del área. No obstante, desde Gobernación manifestaron a este medio que son escasas las chances de que el quilmeño se sume al equipo. Asuntos Municipales es el nexo entre las comunas y el Ejecutivo. Cuando existe un problema es el órgano de administración que se encarga de buscar soluciones o acercar a quien pueda hacerlo. En ese sentido, se vuelve clave su conducción. Un perfil como el del ex Jefe de Gabinete de la Nación, sostienen, no dejaría mucho espacio a la negociación con la oposición y se busca alguien con impronta “dialoguista”.
Sin embargo, el objetivo del mitin entre los jefes comunales radicales y la funcionaria bonaerense no pasa por la vacante en la Subsecretaría. El motivo es económico. Un grupo de comunas, entre las que sobresalen Lobería, Puán y Chacabuco, sufren importantes problemas en sus arcas. Por caso, Víctor Aiola, alcalde chacabuquense, decretó la emergencia económica y reconoció: “Los aumentos en la inflación han hecho que los costos que tiene el municipio para poder funcionar cada día se hayan elevado mucho. Por otro lado, los ingresos con los que cuenta, a través de las tasas municipales y la coparticipación, han disminuido”.
La particularidad de Chacabuco es que cuenta con un escaño en el Senado bonaerense, Agustín Máspoli. El ex asesor y funcionario municipal tiene mandato hasta el 2021 en un terreno donde el gobierno bonaerense encuentra un clima hostil por la minoría de representantes ante Juntos por el Cambio. Hace tan solo días atrás, la Cámara Alta “le costó” a Kicillof 30 mil millones de pesos al modificar la Ley Impositiva 2020.
Es ahí, donde las necesidades de los intendentes radicales se cruzan con las del oficialismo. Recursos y votos. Claro, en el Senado hay al menos tres legisladores radicales con nexo directo con las comunas. El mencionado Máspoli; el ex alcalde de General Alvear, Alejandro Cellillo; y el ex mandamás de Adolfo Alsina, David Hirtz. Las tres comunas necesitan liquidez para afrontar sus gestiones en un escenario de crisis. En tanto, el oficialismo necesita acompañamiento legislativo y buscan convencer a la dirigencia con responsabilidad territorial para sumarse al rebaño. Todos ganan, dicen.
En ese marco, en los pasillos de la Legislatura generó más que suspicacias la presencia de un solo intendente de los 135 que tiene la Provincia en el lanzamiento del Consejo de Políticas Sociales bonaerense. Se trató de Ramón Capra, hombre que heredó el mando en General Alvear y que tiene a Cellillo como senador. Palabras más, palabras menos, quedó en el centro de la tormenta en los tiempos que el radicalismo busca apoyo de Provincia y de la vereda de enfrente buscan capitalizarlo.
Claro está, la crisis no distingue colores políticos. Por caso, Berisso y Moreno, con nuevas gestiones a cargo de Fabián Cagliardi y Mariel Fernández, arrastran las pesadas herencias del radical Jorge Nedela y el peronista Walter Festa respectivamente. Sin embargo, ambas comunas evitaron pedir recursos a la Provincia para afrontar sus propias deudas.
En el kilómetro 0 del peronismo, el empresario devenido a jefe comunal fue impulsado desde la vecina ciudad de Ensenada, conducida por el kirchnerista Mario Secco. Fue el mismo alcalde K el que le recomendó que no se acerque a Provincia. Es que, Secco quiere contabilizar a Cagliardi como alfil propio. Incluso, en las últimas semanas le “prestó” maquinaria vial para que trabaje en las calles berissenses. Secco lo apadrina y lo protege. De esa manera, busca aumentar su escaso capital político a nivel bonaerense al evitar un dolor de cabeza a la nueva gestión.
En tanto, en el caso de la comuna de la Primera Sección, la ayuda corre por parte de la vicegobernadora Verónica Magario. Una de las primeras recorridas de la titular del Senado fue a la par de Mariel Fernández, con quien delinearon una serie de políticas destinadas a impulsar la economía local e incrementar la recaudación del distrito de la Primera Sección.
Es cierto que en las filas del oficialismo esperan que la concordancia en el color político sea un factor para que la fluidez en la relación sea más que buena. En ese termino, toman como ejemplo el caso de Leandro N. Alem, comuna de la Cuarta Sección que logró un adelanto en el Coeficiente Unico de Distribución (CUD). Las ampliaciones realizadas en la sala del nosocomio local debían impactar en 2021 y la gestión del ex intendente y actual diputado, Alberto Conocchiari, acabaron en contabilizarla para la coparticipación 2020, lo que significará un aumento de 15 por ciento para el distrito.
Con dicho panorama, el peronismo y kirchnerismo mantienen congelado los pedidos de ayuda financiera con la esperanza de que ese gesto se capitalice en un futuro no muy lejano. Mientras, la Provincia se apresta a escuchar las necesidades radicales con su propia urgencia. La plata y la rosca.
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