La terminal local tuvo números positivos en los desembarques del primer cuatrimestre y es la única de los puertos marítimos que creció en la participación de descargas, fruto de la abundancia del calamar, en relación a puertos patagónicos afectados por la menor actividad del langostino.
Por: Roberto Garrone.
Entre enero y abril se descargaron en los puertos marítimos argentinos 243 mil toneladas de productos de origen marino, entre pescados, moluscos y mariscos, según reportó el último Informe de Coyuntura que elabora la Dirección de Planificación y Gestión de Pesquerías de la Subsecretaría de Pesca. La cifra es la más baja de los últimos tres años para el periodo analizado. Habían sido 287 mil toneladas el año pasado y 270 mil en 2018.
Pero en este escenario de escasez, dominado por la reducción de las descargas de langostino (-33%), merluza del stock norte y Golfo San Matias, recursos del variado costero y hasta de hubbsi del efectivo sur (-5%), el puerto marplatense asoma como un oasis en medio del desierto. La terminal marítima local es la única con números positivos en relación al año pasado.
En Mar del Plata se descargaron en el primer cuatrimestre 119 mil toneladas, casi 10 mil toneladas más que entre enero y abril del 2019. Los principales puertos patagónicos no llegan a esa cifra ni sumando todas sus descargas.
Todos retrocedieron en su participación por la rebaja del langostino: Rawson pasó de 39 mil a 33.600 toneladas. En Deseado el golpe fue más fuerte: de 42 mil a menos de 30 por la poca incidencia que tuvo ahí el calamar. Madryn declaró 28.500 cuando el año pasado habían sido 33.700 toneladas. Usuahia, Caleta Paula y Comodoro también sufrieron mermas abruptas.
La estadística oficial de la Subsecretaría tiene cifras más actuales que el Informe de Coyuntura. Hasta el 20 de mayo Mar del Plata acentúa su preponderancia con 152 mil toneladas de un total de 289 mil en todos los puertos marítimos. Más de la mitad de las descargas pesqueras se efectuaron en el puerto local. Números que lo reafirman como el principal puerto pesquero del país.
Qué explica el fenómeno: la excelente temporada de calamar, especialmente en la unidad de manejo norte, por sobre el 44°S, a partir del mes pasado. Esta abundancia generó un crecimiento en las descargas, con rendimientos de la flota por encima de las 30 toneladas por noche,
En la unidad de manejo sur la flota potera había declarado 70 mil toneladas entre enero y marzo. Hasta ese momento la zafra mostraba menor volumen que el año pasado. Pero la sorpresa apareció al norte con el stock bonaerense norpatagónico y los 69 poteros llevan capturados hasta el 20 de mayo 50 mil toneladas más, con lo cual la temporada completa marca un crecimiento de más del 25% y todavía no terminó.
De la cifra total de illex, Mar del Plata ya recibió 71 mil toneladas. A esta altura del año pasado la zafra había terminado y se contabilizaban 34 mil toneladas. Ahíesta la diferencia que explica el oasis.
Durante tres temporadas este stock de calamar había brillado por su ausencia y entre las empresas armadoras sospechaban que su desaparición tenía que ver con las tareas de exploración sísmica en la cuenca del mar argentino en busca de hidrocarburos; zonas que concuerdan con el área donde se concentra el recurso pesquero.
Nadie pudo confirmarlo o refutarlo porque el INIDEP no enhebra campañas de investigación con continuidad desde hace mucho tiempo. Es difícil buscar explicaciones científicas tanto por la carencia como por la sobreabundancia.
En febrero debía realizarse la campaña de evaluación en toda el área de distribución a bordo del Víctor Angelescu pero fue cancelada por problemas burocráticos. Luego llego el covid-19 y los barcos del Instituto no se han movido con la frecuencia del resto de la flota comercial. No se han movido, bueno.
La abundancia que muestra la unidad de manejo norte no queda reflejada en el nivel de exportaciones. De calamar en lo individual ni generales del resto de las especies. En el primer trimestre los números de las ventas al exterior marcan un retroceso del 14% en volumen y 15% en divisas generadas en comparación con el mismo período del año pasado, con 124 mil toneladas comercializadas por 450 millones de dólares
El calamar muestra una caída superior a esa cifra general de la pesca argentina. Las exportaciones de illex entre enero y marzo se redujeron un 29% en volumen (47.600 toneladas) y un 24,5% en divisas (121,4 millones de dólares). El precio promedio tuvo un incremento del 7% a razón de 2549 dólares la tonelada.
La Intercámara de la Pesca, entidad que agrupa a las cámaras empresarias del sector, publicó en las últimas horas un cuadro más actualizado con información del primer cuatrimestre, según cifras del Indec, quel refleja una caída en las ventas a los principales destinos del calamar. China mostró un retroceso del 35% y España del 14% en relación al 2019, un volumen total de 16 mil toneladas que representan 32 millones de dólares menos para las empresas locales.
Se entiende que las empresas chinas que operan con permisos de pesca nacionales y motivaron en gran medida el mejor desempeño de las descargas de Mar del Plata, no tiene problemas en comercializar su captura porque ingresa con aranceles diferentes por tratarse de empresas de las que el propio estado chino es socio.
El futuro para la terminal marítima local no asoma tan desolador para los próximos meses, una vez que concluya la bonanza del calamar. La temporada de langostino en aguas nacionales encierra varias incógnitas y se cree que no convocará al aluvión de barcos que en los últimos años han migrado hacia aguas patagónicas para operar desde puertos más próximos a la zona de pesca.
Con más barcos afrontando el invierno marplatense, pescando merluza y/o especies pelágicas, más lo que puede aportar recursos como corvina, pescadilla, pez palo y rayas, las descargas no se desplomarán de manera tan pronunciada como en años anteriores. Hasta agosto del 2018, año del récord de descargas de langostino, Mar del Plata había recibido 220 mil toneladas. Ahora suma 152 mil y no terminó el quinto mes del año.
Mar del Plata es un oasis que puede extenderse más allá del otoño.
Comentá la nota