La energía de la gobernadora de la Provincia, no se detuvo frente al ex director de escuela que no hacía los deberes. María Eugenia Vidal ya había analizado la sucesión de incumplimientos de un gobierno municipal que se convirtió en un problemático serial.
Y el problema es cuando no cierran las cuentas y tampoco la política. Se decidió a operar con el enfermo sobre la camilla del quirófano. Dispuso un despliegue piloto, que audita y luego decide en función de las necesidades. En CAMBIEMOS Mar del Plata ha quedado reducida a Agrupación Atlántica y la Unión Cívica Radical, nada que ver con el PRO. Pero en esta familia ensamblada con las controversias que plantea, el único que tiene cómo parar la olla, es justamente el gobierno identificado con el color amarillo.
En la ciudad más importante del interior del país, todo adquiere exposición excluyente, por más que La Plata y Quilmes se suban también al podio. Mar del Plata ha tenido una clase política con una capacidad de destrucción y autodestrucción, que no es motivo de envidia, lo grave es que han arrastrado a la ciudad a los máximos índices de pobreza, desocupación e inseguridad. Es preciso recordar que se inició una construcción de un centro cívico en la calle Tandil, cuando el hall de la sede de la Municipalidad se ha convertido en un galpón. También el gobierno anterior llenó una combi de funcionarios y viajaron en 2007 a Rosario, para tomar contacto de su modelo socialista. Los resultados están a la vista, más allá de los errores y actos de omisión de la gestión actual.
Ahora la bocha cambió y el intendente Carlos Arroyo subió a sus funcionarios más importantes a la 4 x 4 doble cabina, para llegar al Centro Cívico de Parque de los Patricios, el comando de gobierno de la CABA a cargo de Rodríguez Larreta. La idea de Mariú es hacer una transfusión que genere resultados en el corto plazo. De la misma, forma parte el joven Juan Manuel Areco, como punta de lanza con el cargo de secretario de coordinador de gabinete, lo cual es un eufemismo desde el punto de vista orgánico. Su función será una auditoría lisa y llana, que supone dejará al desnudo que el gobierno porteño y el marplatense están en las antípodas. El eje de las medidas, inexorablemente deberá atravesar la política de personal, los abultados cargos políticos y de planta permanente con una masa salarial altísima, la recolección de residuos, organismos sobredimensionados y el sostenimiento de la policía local. El 2016 está jugado, ya se han otorgado aumentos en los rubros que más impactan en el presupuesto. Ahora se trata de desembolsos, sin los cuales la administración se ha vuelto inviable, pero se requiere la certeza que no se debe mantener una sangría a costa de la generosidad ajena. Arroyo ha sido complaciente con todos los pedidos de aumentos y a sus negativas le han sucedido un giro de 180 ° según los casos, lo que profundizó el desequilibrio, y además de financiero el problema es económico.
Hay muchos puntos comunes entre el gobierno de Arroyo y el de Gustavo Pulti: OSSE, el servicio de recolección de residuos, la transición en Turismo entre Pablo Fernández Abdala y Emiliano Giri y la policía local en manos de Telpuk y Andueza, es decir todos los grandes negocios de la ciudad que montó Acción Marplatense junto al Frente para la Victoria. Hubo anuencia en todo esto y ahora es tarde para lágrimas, encima con una oposición que ya ve sangre como los tiburones y la ansiedad por el fracaso oficialista los desborda.
Sería importante conocer si OSSE está dentro del paquete, su recaudación es propia, y formó parte de la cajita feliz de la política que armó la campaña del Frente para la Victoria precisamente aportando recursos económicos y materiales para operar contra el candidato de CAMBIEMOS. Sin embargo y a pesar de los excesos cometidos en la Sociedad de Estado, hoy las rendiciones de cuentas son aprobadas por los concejales del gobierno anterior y por los propios integrantes de la coalición en el concejo. En el límite de lo inconcebible, hoy OSSE no resistiría una auditoria con rigor científico. Esa decisión del intendente Arroyo ha desequilibrado el funcionamiento de los demás entes descentralizados, alcanzados por medidas de emergencia económica y acompañando el pago de la deuda de $ 700.000.000 otro condicionante no menor de la actual gestión.
Que baje Juan Manuel Areco a la ciudad de Mar del Plata, es de una exposición de riesgo, innecesaria porque en la crisis de Mar del Plata hay un gran componente político y el joven macrista sería protagonista de una carnicería. Para Areco, monitorear Mar del Plata, es abrir una ventana más en su sistema informático para seguir el día a día. Si no hay un equipo, que en este caso sería una reestructuración casi total de gabinete que lo respalde, su desgaste sería enorme, y tal vez inútil. Por los antecedentes del funcionario de Larreta, a Mar del Plata, le estarían entregando una alhaja, pero no siempre todo lo que reluce es oro. La ciudad tiene la oportunidad de insertarse en el modelo de transformar la administración pública. La Nación, la Provincia y el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, cede uno de sus cuadros políticos más importantes con la condición del aporte de recursos, seguramente bajo parámetros que no serán fáciles de aceptar para Agrupación Atlántica y la Unión Cívica Radical.
En este contexto inédito se ha colocado a la ciudad bajo un manto de tensa expectativa. Nadie sabe cuándo ni cuánto ni dónde ni cómo, la comunicación escasa también es indescifrable, aún para los desconcertados y desorientados agentes del oficialismo, que tampoco acceden a información de las determinaciones que hoy más que nunca parten desde Uspallata 3150 en Parque de los Patricios, por más que se sostenga lo contrario. La ciudad ha perdido autonomía e independencia y será cada vez más evidente, sino esta situación, no sólo no se revierte sino que se complicará a un grado inesperado. Tanto Macri como Vidal, ganaron cómodamente en Mar del Plata, pero no han generado espacio propio, el PRO es inexistente tras las trapisondas de un aventurero que ya fue esposado y un único concejal que decidió hacer política dentro de la burocracia nacional y abandonar su banca.
Comentá la nota