“No queremos otro plan retórico”, admitió el propio Frigerio, tras el fallido Plan Belgrano. El fantasma de Chaín.Télam
“No queremos otro plan retórico”, advirtió Rogelio Frigerio sobre los objetivos del plan Patagonia que Mauricio Macri presentó esta mañana junto a los seis gobernadores de esa región.
Sin mayores detalles, el Gobierno explicó que se trata de una iniciativa que “apunta a fortalecer y desarrollar el sur del país”. Los gobernadores acordaron reunirse “cada dos o tres meses” con el presidente para evaluar el proyecto.
“No queremos otro Plan Belgrano”, fue la frase traducida que dijeron puertas adentro en el Gobierno la semana pasada, cuando se prepararon a las apuradas las carpetas para entregar a los gobernadores en la mañana de este jueves en Viedma.
Es que el pomposo Plan Belgrano se convirtió en una estructura burocrática con la finalidad de pagarle a la UCR.
Su titular, el tucumano José Cano, no tiene la potestad de licitar obras –el plan ni siquiera forma parte del presupuesto de Vialidad nacional– sino que maneja un presupuesto dedicado a costear gastos administrativos.
Macri con los gobernadores de la Patagonia en Viedma.
Con el nuevo anuncio para el Sur del país, Macri se arriesga a caer en el mismo problema que con Cano, mientras la poderosa Cámara Argentina de la Construcción lo presiona para que una en un solo ministerio las dependencias dedicadas a la obra pública que repartió en media docena de carteras.
Lejos de eso, el presidente dejó acéfala la secretaría de Obras Públicas –quedaría vacante hasta junio, como explicó LPO- luego de echar a Daniel Chaín, su ministro de Desarrollo Urbano durante los dos mandatos en la Ciudad.
Y no sólo la dejó acéfala, sino que permitió que en la Secretaría sobrevivan los vestigios de Chaín, que está ofendido porque el pedido de renuncia ni siquiera se lo hizo su amigo. Letal, Macri pergeñó la salida del “tío Dani” (el apodo que le pusieron los hijos mayores del presidente al arquitecto), en la misma semana en la que asistió al casamiento de su hijo.
El histórico segundo de Chaín, Jorge Sábato, resiste en la subsecretaría de Obras Públicas, pese a que la única obra que tuvo a cargo durante 2016, sin contar las heredadas del anterior gobierno, fue la remodelación de la fachada de la casa de José de San Martín en Yapeyú.
Tras la salida de Chaín, Sábato heredó parte de su equipo –el chofer se lo quedó el subsecretario Ricardo Delgado-, dedicado mayormente a darle más volumen a su cuenta de Twitter, que tiene sólo 80 seguidores.
Sin feeling con Frigerio, que lo borró de la última reunión de seguimiento que el ministerio del Interior tuvo con Macri, Sábato le presentó la renuncia al presidente el jueves pasado, pero se la rechazó. “No quiero más quilombos”, le dijo el jefe de Estado.
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