Martín Dinatale

Alberto Fernández desplegó ayer toda la estrategia política disponible para tratar de evitar otra corrida cambiaria: culpó a "la derecha de Argentina" por la suba del dólar blue, habilitó una mayor intervención del Banco Central en el mercado para frenar la disparada y se ocupó de mediar en la puja que libran Sergio Massa y el titular del BCRA, Miguel Pesce.

Así, el Presidente se mostró como una suerte de "equilibrista en la tormenta", como graficó a El Cronista un allegado al jefe de Estado. Es decir, Alberto Fernández buscará evitar que la tensión entre Massa y Pesce se profundice.

Más bien, el plan del Presidente es unificar posiciones, aunque haya diferencias entre Pesce y Massa, acusar a la oposición por la corrida cambiaria y avanzar con medidas concretas. 

El esquema de Alberto Fernández se completa con una fuerte apuesta del Gobierno por redefinir el cronograma de desembolsos del FMI y un viaje del ministro de Economía a China para ampliar la línea de SWAPS por 5000 millones de dólares para uso corriente.

Ayer, desde temprano, el Presidente mantuvo línea directa con Massa al evaluar el comportamiento del mercado del blue en alza. Y habilitó al ministro de Economía a jugar fuerte con lo que luego Massa denominó "usar todas las herramientas". Esto implicó la venta de bonos, el seguimiento desde la UIF y la Comisión Nacional de Valores de operaciones vinculadas al lavado de dinero.

Ratificación a Pesce y denuncia

Como contrapeso de ese guiño que le ofreció a Massa el Presidente ratificó con énfasis al titular del BCRA. "Nunca estuvo en discusión (la salida de Pesce). No tengo que ratificar a nadie", dijo Alberto Fernández visiblemente molesto cuando le preguntaron si había tenido que ratificar a Pesce en su cargo.

En paralelo a esta estrategia de "equilibrista en la tormenta" el Presidente arremetió duramente contra dirigentes de la oposición. Tras una declaración conjunta que ofreció en la Casa Rosada junto al presidente de Rumania Klaus Iohannis, Alberto Fernández cargó duramente contra economistas de Juntos por el Cambio luego de la denuncia de Sergio Chodos, a los cuales acusó de hacer gestiones ante el FMI para impedir una renegociación exitosa con el organismo.

En medio de otra jornada caliente en la city porteña, con el dólar blue superando la barrera de los 490 pesos, el Presidente habló de un supuesto modus operandi que consistiría en instalar "rumores a la mañana", luego "operan durante todo el día y a la tarde retiran su rentabilidad". Así, dijo el jefe de Estado, "lastiman el ahorro de los argentinos y argentinas". Se refería aunque no los nombra directamente a los economistas de Juntos por el Cambio Hernán Lacunza, Alfonso Prat Gay y Guido Sandleris.

Artillería de Massa

Más allá del respaldo presidencial el ministro de Economía avanzó con toda la artillería para tratar de frenar una nueva corrida cambiaria.

La estrategia de Massa implica lo que la titular de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau, adelantó como el nuevo rostro del ministro: "van a conocer al Massa que conocemos en la política, que cuando se cansa de que lo quieran boludear pelea con todo lo que tiene", advirtió en un tuit.

De esta manera, Massa adelantó que el Gobierno utilizará "todas las herramientas del Estado para ordenar" la situación del dólar.

En este sentido, el ministro de Economía denunció que "hace varios días que vivimos una situación atípica de rumores, versiones, falsos informes y su consecuente impacto en los instrumentos financieros vinculados al dólar".

Argentina negocia el ingreso al Banco de los BRICS para ampliar líneas de crédito

Así, anticipó que se recurrirá "a la Justicia Penal económica como vehículo de investigación y esclarecimiento de algunos comportamientos y a la UIF y a la CNV para el análisis de operaciones vinculadas al lavado de dinero". El combo de Massa incluye, según adelantaron sus allegados a El Cronista, una intervención en el BCRA para vender bonos y cubrir la corrida; utilizar SWAPS de China y eventualmente subir la tasa de interés.

Está claro que este plan de Massa implica una fuerte jugada sobre Pesce y podría generar zozobra en el Gobierno. Aunque los allegados al Presidente aseguran que Alberto Fernández mediará para que la sangre no llegue al río.