Dos intendentes debieron dejar sus cargos en los últimos cuatro años, acusados de corrupción y mala administración; Hernán Muriale, actual jefe comunal, exige que le voten el presupuesto
Ahí no me siento por las dudas, ese sillón trae mala suerte", bromea el vecinalista Hernán Muriale, intendente interino de esta ciudad balnearia en la que la inestabilidad política y la lucha despiadada por el poder se han transformado en datos de la vida cotidiana.
La ironía de Muriale, jefe comunal desde julio pasado luego de la destitución del cinco veces intendente Blas Altieri , explica la grave crisis política que vive una localidad en la que dos intendentes (Altieri y el peronista Roberto Porretti) debieron dejar sus cargos en los últimos cuatro años por graves denuncias de corrupción y mala administración de los cuantiosos recursos que percibe año tras año. Recursos que provienen, en su mayoría, del turismo y las tasas inmobiliarias.
La aprobación del presupuesto 2013, trabado en el Concejo Deliberante local por la oposición radical y del PJ disidente de Muriale (quien encabezó la lista de concejales de Altieri y tiene el apoyo del gobernador Daniel Scioli y su vice, Gabriel Mariotto) completa el complicado panorama pinamarense, que de paraíso menemista en los noventa pasó a refugio duhaldista, y hoy es lugar de descanso de buena parte del actual gabinete kirchnerista.
Llegado al poder tras la debacle de Altieri , destituido con 31 cargos en su contra, entre ellos, la cesión de viviendas a familiares y amigos, Muriale aún defiende a su jefe político. "Errores administrativos cometemos todos. Pero no eran para nada causas suficientes para echarlo a Blas. Fue una movida política", dice a LA NACION el joven intendente, de 39 años. Lo dice sentado en la misma mesa en la que Porretti fue filmado pidiendo un "retorno" a dueños de boliches bailables de la zona, a principios de 2008.
Sin perder la calma, Muriale asegura que Porretti y los radicales que encabeza la concejal alfonsinista Mercedes Taurizano están complotados para "desestabilizar" su gestión, que se sostiene por un acuerdo con el PJ local, referenciado en Mariotto. "Quieren forzar que haya elecciones, por eso nos dejan sin quórum y amenazan con no aprobar el presupuesto", asegura. Con énfasis, Taurizano niega cualquier acuerdo con Porretti, al que califica de "nefasto" aunque dice que Pinamar "necesita otra administración, honesta y transparente. Los pinamarenses no somos corruptos".
Dispuesto a volver al poder que sostuvo entre 1991 y 2007, y luego de 2010 hasta julio pasado, Altieri apeló su destitución ante la Corte bonaerense. Si ésta fallara antes de fin de año, Altieri volvería a su cargo o se adelantarían las elecciones, como quiere la UCR. Si la decisión judicial se dilata y es desfavorable, Muriale quedaría en el poder hasta terminar el mandato en 2015.
No sólo Altieri, que no contestó las llamadas de LA NACION, quiere volver a ese sillón que parece embrujado. Porretti también iría este año por la renovación de su banca de concejal para sostener sus chances de volver a la intendencia. "No decidí si voy a competir; discúlpeme, pero me estoy ocupando de reconstruir mis cosas desde lo personal", afirmó Porretti a este diario, escueto pero sin cerrar ninguna puerta. Cerca de él insisten en que "lo voltearon", y que no cometió delito alguno.
El presupuesto, que se votará el próximo jueves 10, será una fecha clave. El intendente pide $258 millones, casi el doble del último aprobado, a fines de 2010. Muriale tiene, hasta ahora, dos votos propios, más dos del PJ y un radical disidente. En contra también hay cinco: tres radicales, una peronista disidente y el propio Porretti. Desempataría el titular del cuerpo Alberto Germain, del MUPP de Altieri, pero para el quórum se necesitan seis presencias. "Si tienen más dinero a costa de aumentar los impuestos también se los van a gastar. No es un problema de plata, sino de mala administración", advierte Taurizano, primera en los sondeos de opinión.
Muriale asegura que "no se puede gobernar con un presupuesto de hace tres años" y explica que de no aprobarse el nuevo régimen de gastos "tendremos problemas para servicios esenciales como la limpieza de la ciudad. No sé, sinceramente, cómo llegamos hasta acá", dice Muriale, que hoy recibirá al gobernador Scioli para el espectáculo de aguas danzantes que dará inicio formal a la temporada de verano.
BLAS ALTIERi
Ex Intendente
Gobernó Pinamar entre 1991 y 2007. Reelegido en 2010, en julio de 2012 fue destituido por denuncias de corrupción. Quiere que la Suprema Corte bonaerense revea la decisión
ROBERTO PORRETTI
Ex Intendente
Asumió en diciembre de 2007 y cuatro meses después fue suspendido, acusado de extorsión. Evita aparecer en público, aunque este años intentaría renovar su banca de concejal.
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