Promediaron una ocupación hotelera del 85 por ciento en la primera quincena de enero. Fue una continuidad de lo sucedido en diciembre con picos de 100 por ciento.
Un balance satisfactorio tuvo Pinamar durante la primera quincena de enero en relación al intenso movimiento turístico que copó este balneario durante los fines de semana y promedió un 85 por ciento de ocupación hotelera a lo largo de ese período que se complementó con lo sucedido en diciembre promovido por los feriados de las fiestas y que inició la temporada con anterioridad a lo habitual.
Quizás con menos sorpresa, Cariló también recibió gran cantidad de turistas desde fin de año con las particularidades del caso. Los apart, que ofrecieron sus servicios con alquileres semanales, habían reservado sus plazas con hasta 5 ó 6 meses de anticipación, lo que destaca al destino por la organización del sector privado a lo largo de todo el año.
Así, las dos localidades estuvieron entre las preferencias de los turistas que eligieron la costa atlántica e incluso con aquellos que en años anteriores optaron por ciudades del exterior como Punta del Este. Ellos disfrutaron fundamentalmente de la playa y dieron vida a la noche pinamarense.
Los jóvenes formaron los habituales encuentros en el complejo bailable tradicional de la ciudad pero también en los balnearios que combinaron shows y música con el denominado ?afterbeach?. Entre las actividades de verano implementadas, comenzó un city tour los martes y jueves de 10 a 12 para recorrer sitios emblemáticos e históricos de este lugar.
Las camionetas todo terreno con cuatriciclos y motos de agua coparon la zona norte de Pinamar. Se intentó dar una solución a la problemática por la masiva presencia de estos vehículos mediante la apertura de calles y la ejecución de controles de tránsito.
A pesar de la fuerte presencia policial, las vacaciones de algunos turistas resultó empañada por la inseguridad. Un caso llamativo fue el de la familia, propietaria de una vivienda en De Los Tritones al 900, a quien para fin de año le sustrajeron el auto que habían dejado en la puerta de su casa cuando se fueron a la playa y que tan sólo 15 días más tarde sufrió el robo de su cuatriciclo en el mismo lugar. Cabe destacar que ambos rodados fueron recuperados días más tarde en Ostende.
Por otra parte, el conflicto político de la ciudad tuvo un nuevo capítulo en el inicio de año. Esto provocó, entre otras dimisiones, la renuncia del secretario de Turismo, Gustavo Sosa, quien había llevado adelante las acciones de promoción del destino y que despertó interrogantes en el futuro del área. También, un paro de empleados municipales y otro de guardavidas interrumpió el normal funcionamiento del lugar.
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