El intendente electo mantiene el bajo perfil y dio una orden: nadie más habla de funcionarios de su eventual gestión. Los confirmados, los posibles y cuáles son las internas que se desataron.
El aluvión de votos que lo consagró intendente parece no haber cambiado las formas de Carlos Fernando Arroyo. Desde el 25 de octubre hasta hoy su exposición fue escasa. Algunas conferencias de prensa y, por el momento, pocas precisiones de lo que será su futuro equipo de gobierno.
El intendente electo le dio la responsabilidad a José Reinaldo Cano de encargarse de la transición. Arroyo es consciente de que poner a Cano en ese lugar es casi una provocación a la actual gestión. Se trata del primer secretario de Hacienda de Gustavo Pulti, que luego se convirtió en uno de sus más férreos opositores. Pero eso poco le importa (y está bien que así sea). Por sobre todas las cosas, lo eligió porque es una de las (pocas) personas en las que tiene plena confianza, especialmente en materia de números.
Arroyo sabe que los que antes se mofaban de su piloto gastado hoy le dicen que le da estilo; quienes antes criticaban su vejez hoy rescatan su experiencia. Sabe, en definitiva, que el poder lo convirtió en rubio, esbelto y de ojos celestes. Como suele ocurrir, todos quieren ser amigos del campeón. Y en política más aún: todos quieren que el campeón les tire un centro.
Por eso, se mueve con pies de plomo. En los últimos días 0223 comenzó a revelar los nombres de algunos funcionarios de su futuro gabinete, quienes hablaron sobre su futura labor. Este miércoles, el intendente dio la orden de enviar un comunicado contundente: nadie que no sea confirmado por Arroyo tiene el lugar garantizado.
Así los hombres confirmados se reducen a dos: el propio Cano como secretario de Hacienda y Carlos Pelliza. Si bien el exfiscal no fue presentado formalmente, el martes tuvo su estreno en la reunión que Arroyo mantuvo con Sergio Berni y “Pepe” Scioli. Ni siquiera Emiliano Giri, jefe de campaña de Cambiemos en Mar del Plata y uno de los principales arquitectos del desembarco de Arroyo en la Intendencia, fue confirmado por el jefe comunal. No obstante, se descarta que será el presidente del megaente de Turismo, Cultura y Deporte.
Gustavo “Tato” Serebrinsky y Alejandro Vicente también es un hecho que formarán parte de la gestión. Sin embargo, Arroyo quiere tomar las riendas de la información que se publica sobre su futuro gobierno. “No confía en casi nadie”, confió una fuente a 0223. Su temor es que haya dirigentes que comiencen a “operar” con los medios para instalar su nombre como integrantes del Gabinete y pretendan así condicionar la elección del líder de la Agrupación Atlántica.
La mira está puesta en el radicalismo que, por cierto, está lejos de ser un partido homogéneo. Prácticamente tiene tantos sectores como cargos el municipio. Y todos quieren “cobrar”. Tanto Serebrinsky como Vicente forman parte del partido centenario, pero no se trata de cargos para el partido, sino de personas que eligió Arroyo puntualmente. Para algunos radicales eso no es suficiente.
Vilma Baragiola también tendría un ofrecimiento para integrar el gabinete. Hoy se barajan dos posibilidades: Desarrollo Social o Enosur. “Se le hará un ofrecimiento, veremos cuál es la respuesta de ella”, confiaron en el entorno del intendente electo.
También sería un hecho la continuidad de un funcionario de la gestión actual: Mario Dell Olio. Arroyo no quiere desarmar Osse en medio de procesos vitales para la ciudad como la planta depuradora de efluentes y el acueducto austral. Uno de los proyectos está avanzado y el otro en plena etapa de cocción. En ambos casos el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) juega un papel clave y poner a alguien nuevo podría dificultar la concreción.
Arroyo y su entorno elogiaron a funcionarios de la actual gestión como Alejandro Cristaldi (Salud) y Horacio Taccone (Emder). Sin embargo, los dos descartaron la posibilidad de seguir en la gestión por encontrarse identificados con la gestión de Pulti. Dell Olio, en cambio, sí está dispuesto a continuar. “Son proyectos importantes para Mar del Plata y el objetivo es que se concreten. Si podemos ayudar lo haremos”, deslizaron desde el entorno del actual presidente de la empresa municipal.
Otro de los que tendría un puesto asegurado es Luis Ignoto, reconocido dirigente del Puerto, pero también referente del Partido Fe de Gerónimo “Momo” Venegas en Mar del Plata. Desembarcaría en la Delegación del Puerto.
Cambiemos es un frente integrado por varias fuerzas y por ende todas tendrán algún tipo de representación en la futura gestión. Por tanto, algún dirigente de la Coalición Cívica ocupará un cargo al igual que del PRO –más allá de Giri-. Se habla de Guillermo Volponi en una segunda línea del gabinete. De todos modos, desde la mesa chica de Arroyo advierten que no hay cargos liberados para ninguna fuerza: “Todos los nombres deben ser aprobados por Arroyo”. Varios puestos relevantes, a su vez, serán ocupados por empleados de carrera del municipio.
Mientras se esperan los anuncios formales del propio intendente electo, sigue la pelea por la transición. Hasta el momento, Pulti y su equipo prometieron que será ordenada, en favor de los marplatenses. Y la predisposición para que así sea no escaseó. Sin embargo, Cano advirtió -una vez más- que no sólo de intenciones va la cosa. Dentro de un paquete muy bien presentado y con un moño elegante llega un municipio no tan pulcro y lujoso como declama el jefe comunal.
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