La posición sobre el tema de la deuda externa y los fondos buitre, entre otras definiciones políticas recientes, profundizó y dejó en evidencia una serie de diferencias entre la conducción orgánica de la UCR y un grupo de dirigentes radicales que se resiste a encolumnarse detrás de una postura opositora acérrima.
Se trata de legisladores como el senador Eugenio “Nito” Artaza, el diputado Eduardo Santín, el referente de la agrupación juvenil Los Irrompibles, Leandro Santoro, y el ex senador bonaerense Leopoldo Moreau, entre otros. Con un discurso a la izquierda de la ortodoxia partidaria, los cuatro reivindican la figura de Raúl Alfonsín, comparten cuestionamientos al rumbo del Comité Nacional y rescatan algunas de las iniciativas del Frente para la Victoria, aunque ratifican su pertenencia a la oposición.
A diferencia de otras oportunidades, el conflicto con los fondos buitre dividió las aguas entre este sector y el oficialismo radical. Santín se apartó de la posición de su bancada y votó positivamente el proyecto de Ley de Pago Soberano propuesto por el FpV, mientras Eugenio “Nito” Artaza se expresó a favor de la iniciativa pero explicó que votó en contra por “disciplina partidaria”. “Yo creo que el radicalismo tiene que estar del lado del interés nacional, a pesar de que yo voy a votar con mi bloque. Nosotros no somos un partido vertical, somos un partido horizontal y lo discutimos. Hoy tenemos que aportarle soluciones al Gobierno. Creo que hay que discutir el proyecto en el Congreso, pero me voy a disciplinar con lo que diga el bloque”, señaló Artaza para fundamentar su posición antes de la sesión.
Más allá de este tema puntual, las diferencias de estos dirigentes, ya sea con los que apuestan a la candidatura de Ernesto Sanz así como con los que se encolumnan detrás de Julio Cobos, llevan bastante tiempo. Le reclaman al radicalismo recuperar su identidad “nacional y popular” y dejar atrás su alineamiento con posiciones “de derecha”. Aunque en minoría, han intentado generar corrientes de opinión y movimientos internos para torcer el destino de la cúpula partidaria, que hoy se dirime entre un acuerdo con el PRO de Mauricio Macri o mantener como está el Frente Amplio Unen (ver aparte). “Ellos quieren discutir desde el centro hacia la derecha, nosotros creemos que hay que ir de la izquierda al centro”, asegura Santoro, en diálogo con Página/12. Para el ex presidente de la Juventud Radical, el kirchnerismo ha llevado adelante una parte de las consignas que el alfonsinismo intentó concretar en los ’80.
Las críticas a la conducción de la UCR y la reivindicación de políticas del Gobierno, como la Asignación Universal por Hijo, la recuperación de las AFJP, Aerolíneas Argentinas e YPF, les valieron a estos dirigentes cuestionamientos de la estructura radical, que los acusa de ser “funcionales” al kirchnerismo o incluso estar “cooptados” por la Casa Rosada. “Hace meses venimos siendo testigos silenciosos de un fenómeno mediático que crece día a día desde el aparato comunicacional del Gobierno”, salió a cuestionar el vicepresidente de la Juventud Radical, Marcos Curletto, quien puso en tela de juicio la legitimidad de Santoro para hablar “en nombre de la renovación partidaria y la JR”.
Santoro ha participado en programas y espacios en los que no suele verse a los radicales como el programa 6,7,8. También comparte con referentes juveniles de otros partidos la mesa de coordinación encabezada por la Sedronar y recientemente integró la comitiva oficial que se reunió con el papa Francisco. También, junto a Moreau, viajó a Nueva York para presenciar la apertura de la Asamblea General de Naciones Unidas por parte de Cristina Fernández Kirchner.
Las diferencias del cacique bonaerense con el diputado nacional Ricardo Alfonsín lo han llevado a ubicarse tácticamente junto a Julio Cobos en internas anteriores y a impulsar ahora la postulación de Daniel Salvador como presidente del comité provincial, en competencia con el hijo del ex presidente. “El debate, la crítica, el reconocimiento de aciertos y las propuestas las debemos hacer desde la vereda de la identidad histórica del radicalismo. Porque hay que buscar que una campaña electoral no desemboque en una derrota cultural del campo popular, sencillamente, porque hay que seguir avanzando y no retroceder en lo que fuimos ganando en estos 30 años y, sobre todo, en lo que fuimos aprendiendo respecto a cómo se desplazan las relaciones de poder en favor o en contra de uno u otro sector de la sociedad”, aseguró Leopoldo Moreau al momento de actualizarse el valor de la AUH, hace unos meses.
Santín ingresó al Congreso en 2011 por un acuerdo del alfonsinismo con el sector del Modeso, que lidera Moreau. Con un perfil mucho más alto, Artaza, después de construir su carrera política en la Capital Federal, terminó como senador nacional por Corrientes. Aunque dispersos y sin una corriente nacional que los agrupe, son la piedra en el zapato del oficialismo radical.
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