Durante sus "últimas palabras" ante el tribunal que el próximo 23 de diciembre dará su veredicto sobre si el gobierno de la Alianza pagó sobornos para aprobar la ley de flexibilización laboral, el expresidente dijo que durante su mandato vio "muchas agachadas, operaciones y miserias", entre las cuales ubicó a la acusación por la que es juzgado, y reiteró que "todo fue una maniobra" en su contra.
Además criticó al arrepentido Mario Pontaquarto y hasta recordó su paso por el acto que conmemoró los 30 años de democracia esta semana. Para el expresidente la causa por el pago de sobornos en el Senado "fue una maniobra que fue creciendo como un inmenso globo y culminó luego con la renuncia del vicepresidente (Carlos Alvarez) y al final del 2001 con mi propia renuncia, había intereses políticos y económicos para licuar deudas".
También expuso ante los jueces el "arrepentido" Mario Pontaquarto, quien ratificó su "confesión" acerca de la existencia de las coimas y reiteró que "hubo una reunión en la Casa de Gobierno" en la cual "en presencia del señor Presidente (Fernando de la Rúa) se acordó pagar sobornos".
En su alegato, la Oficina Anticorrupción pidió seis años y medio de prisión para el expresidente y su jefe de la Side, Fernando de Santibañes, y cinco años y medio para los exsenadores peronistas Augusto Alasino, Alberto Tell y Remo Costanzo, por pagar y cobrar las coimas.
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