Por cada arañazo que le aplicaban las víctimas en su afán por defenderse, Juan Carlos Cardozo les asestaba un puntazo. A Nilda Luduvica Ham, de 76 años, la mató de 16 puñaladas; mientras que a su nieta, María Florencia Martínez, de 15, la apuñaló 26 veces hasta matarla. Tanta fue la furia con la que asesinó a la joven que rompió las hojas de tres cuchillos.

Ayer, el fiscal Ricardo Juan recordó estos detalles, describió cómo fueron asesinadas ambas mujeres y destacó el salvajismo y la perversión expuesta por el acusado. Además, recordó que Marisol, de 6 años, la hija mayor de su pareja Romina Martínez, fue atacada por el acusado mientras dormía y la estranguló con un cable hasta matarla.

Por tal motivo, el representante del Ministerio Público de San Isidro pidió que Cardozo, de 25 años, sea condenado a reclusión perpetua por el triple homicidio ocurrido el año pasado en una casa de Benavídez. El fiscal solicitó que se le aplique a Cardozo la norma de la accesoria por tiempo indeterminado de cumplimiento efectivo.

Se trató de un pedido de condena equivalente al que recibió Carlos Robledo Puch, el mayor asesino serial de la historia argentina. En caso de que le apliquen la pena solicitada por el fiscal, Cardozo, que anteayer, en la primera audiencia del juicio oral confesó haber asesinado a las dos mujeres y a la niña de 6 años, pasaría el resto de su vida en prisión.

En tanto que, el abogado defensor de Cardozo, Jorge Del Río, solicitó al Tribunal Oral Criminal N° 7, de San Isidro, la absolución del imputado porque consideró en el momento del triple homicidio, el 27 de agosto pasado, el acusado "no ha podido dirigir sus acciones en el momento de los hechos".

El defensor sostuvo que Cardozo era inimputable por el citado motivo y pidió al tribunal que no considere la figura de la alevosía y la accesoria de reclusión por tiempo indeterminado.

Luego de los alegatos del fiscal y del defensor, el imputado dijo sus últimas palabras antes de conocer el veredicto. Entre llantos, Cardozo les pidió disculpas a los familiares de las víctimas y solicitó a los jueces que tuvieran misericordia.

Finalizada la exposición del imputado, el tribunal integrado por los jueces María Cohelo, Victoria Díaz García Maañón y Eduardo Lavenia dispuso un cuarto intermedio hasta el 30 de agosto próximo, a las 12.30, cuando se conocerá la sentencia.

La denominada masacre de Benavídez por la que se juzga a Cardozo, ocurrió el 27 de agosto pasado, cuando el imputado irrumpió en la casa de su ex pareja, Romina Martínez y, supuestamente, en venganza porque se había separado, mató a la abuela, a la hermana y a la hija mayor de su concubina. Cardozo fue detenido después de la masacre, cuando escapaba de la casa.

Si bien al principio de la investigación la familia de Romina creyó que era una víctima, a partir de diciembre pasado la situación cambió. La mujer comenzó a visitar a Cardozo en la cárcel, se fue de su casa y se instaló en la vivienda de la familia del acusado de matar a su abuela, a su hermana y a su hija.

Dos días antes del inicio del juicio oral contra Cardozo, la mujer afirmó que el imputado no tenía nada que ver con el homicidio y que, en realidad, no sabía lo que hacía debido a que "estaba poseído" cuando irrumpió en la casa de su abuela.

Pero, luego de escuchar a los testigos que instalaron sospechas sobre la conducta de Romina el día del triple homicidio, el fiscal pidió que se la investigue por su presunta responsabilidad como encubridora, partícipe o instigadora de los tres asesinatos..