A esta altura de los tiempos políticos y ante el prometido recambio de funcionarios en las distintas reparticiones provinciales en Andalgalá, ya son muchas e insistentes las manifestaciones y solicitudes mediáticas, solicitando que el gobierno provincial debe “peronizar” la conducción de las mismas.
Lo consideran como una manera de optimizar la gestión, y reconocer a "muchos compañeros peronistas que, además de haber trabajado arduamente en las campañas, de poseer importante trayectoria en la justicialismo y de tener importante prestigio en el seno de la sociedad, nunca fueron reconocidos en su idoneidad técnica como para ser designados en cargos expectantes porque se priorizó a gente extra partidaria sin el más mínimo compromiso con el Partido y mucho menos con la gente”, expresaba un dirigente histórico, haciéndose eco del pensamiento de muchos más, por no decir, de toda la dirigencia andalgalense.
El hecho viene a colación por la presencia de muchos funcionarios que jamás han aportado nada en lo político y que sin embargo son responsables de importantes áreas de la administración pública, dejando al descubierto una suerte de incoherencia operacional en claro perjuicio de todos estos dirigentes que, en su estilo de vida, tienen "puesta y bien sudada la camiseta del peronismo”.
La dirigencia en su conjunto está pidiendo además, la reconstrucción del justicialismo, no sólo local, sino provincial y nacional, al notar que se inicia un nuevo orden que exige cambios, reemplazos y el mentado trasvasamiento generacional, naturalmente sin dejar de lado a ningún compañero que con su experiencia y conocida militancia pueda acompañar, asesorar y trabajar por el proyecto que conduce Lucía Corpacci.
Como es sabido, las respuestas están en la Capital y las decisiones en la mente de la jefa de Estado que además, es presidenta del Partido Justicialista de Catamarca.
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