Lo requirió el fiscal federal Patricio Evers, que solicitó la elevación a juicio para cinco personas, que están acusadas de secuestrar al ex corredor de TC en agosto del año pasado.
El fiscal federal Patricio Evers pidió que cinco personas vayan a juicio oral y público acusadas de integrar la banda que llevó adelante el secuestro extorsivo del excorredor de Turismo Carretera Eduardo “Lalo” Ramos el 18 de agosto de 2015.
La fiscalía pidió ante el juez Sebastián Ramos que por el hecho sean juzgados los detenidos Gabriel Villalba, Pablo Rogel, Leonardo Palacios, Pedro Menares y Matías Ávalos.
“Lalo” Ramos fue secuestrado el 18 de agosto de 2015 cuando circulaba a bordo de un Mercedes Benz modelo C 200 a la altura del kilómetro 40 de la ruta 2 en dirección a Capital Federal, donde también viajaba su acompañante Fernando Javier Villar.
El Mercedes Benz fue interceptado a las 20.15 por un vehículo Ford Focus o Fiesta Kinetic, según luego declararan las víctimas, el cual simuló ser una patrulla policial pues obligó a aquel a parar en la banquina al mostrar las balizas policiales sobre el tablero.
Una vez estacionados, dos de los captores obligaron a Ramos y Villar descender del vehículo, los palparon de armas y luego los precintaron, para ser llevados por la fuerza al interior del vehículo Ford donde los arrojaron al piso del asiento trasero.
Luego las víctimas recordarían que uno de los captores tenía vestimenta de la policía de la provincia de Buenos Aires.
La banda, según la investigación, abandonó en la localidad de San Vicente el vehículo Mercedes Benz y con el celular de Ramos y a bordo del otro auto, comenzaron a negociar la liberación del ex corredor y su acompañante.
Minutos más tarde, Ramos fue dejado junto con un captor en una casilla que se supone fue en la localidad de Alejandro Korn, mientras que Villar siguió a bordo del vehículo junto con los captores.
Ramos declaró luego ante la Justicia que su captor le gatilló en reiteradas oportunidades el arma en la cabeza y que lo amenazó constantemente.
Finalmente, tras varias comunicaciones telefónicas, se acordó la liberación de las víctimas con un amigo y socio de ambos, quien pagó la suma de 35 mil dólares.
La entrega se hizo en la autopista 25 de mayo a la altura de capital federal a las 3.46 del día siguiente.
Las comunicaciones telefónicas fueron clave para la investigación: más allá que para exigir rescate utilizaron el celular de Ramos, se analizó el tráfico de comunicaciones que hubo en torno al hecho y tomando como referencia cuatro zonas geográficas.
Una fue el lugar de captura, el kilómetro 40 de la ruta 2, otro la zona de San Vicente donde se abandonó el vehículo de las víctimas, asimismo el posible lugar de cautiverio de Ramos durante al menos cinco horas el cual se supone fue Alejandro Korn, y por último el lugar de la liberación y pago de rescate, en la avenida Dellepiane y Larrazábal, Capital Federal.
De las cuatro zonas analizadas se detectó que dos líneas de celulares tuvieron frecuentes comunicaciones (esto es llamados entrantes y salientes) durante el tiempo en que estuvieron cautivos Ramos y Villar.
Sin embargo, esas dos líneas telefónicas dejaron de tener movimientos a partir del 19 de agosto, o sea cuando tuvo lugar la liberación, y “se presume que sus usuarios luego del hecho optaron por deshacerse de las líneas de teléfono con el fin de no ser identificados”.
El fiscal Evers acusó a los integrantes de la banda por el delito de secuestro extorsivo agravado por la cantidad de personas intervinientes y por la utilización de armas de fuego en la ejecución, en tanto que para Menares el pedido es por encubrimiento.
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