Hay grupos trabajando en 19 provincias. Son dirigentes del PJ tradicional no tenidos en cuenta por Cristina Kirchner. Los hombres de Miguel Pichetto.
La metáfora, estrella en la dialéctica peronista, versa que Miguel Angel Pichetto hoy conduce la ambulancia que transita por una larga “calle del medio”, que alguna vez supo ser una avenida y que menguó frente a la polarización, recogiendo “heridos” en sus paradas, en cada provincia.
“No damos abasto, nos quieren en todos lados. El kirchnerismo dejó tantos heridos con su soberbia”...expone un operador peronista con muchas batallas electorales a cuestas, que se mueve libre en este nuevo espacio “en las sombras” que irrumpió hace apenas un mes: el pichettismo.
Weretilneck, Pichetto y Frigerio en el aeropuerto de Viedma.
Atrás quedó el momento en que Mauricio Macri le ofreció a Pichetto ir como su vice. Antes de dar el sí, en ese brevísimo lapso, un dirigente cercano alcanzó a decirle: “Miguel, a vos te suman como sos, sin cambiar nada. Ni siquiera la corbata que tenés puesta”. Hace unos días, en una actividad de campaña de Juntos por el Cambio, alguien le sugirió que se la quitara. “No, la corbata no. Yo soy así”, argumentó.
Rápido, armó su mesa chica para recorrer el país y sumar “compañeros” descontentos por el sectarismo que Cristina Kirchner avala y que La Cámpora ejecuta, más allá de Alberto Fernández. Humberto Roggero, ex jefe del bloque de diputados peronistas, a cargo del armado en el interior; y Jorge Franco, un histórico pichettista que coordina la campaña.
Hay otros dirigentes en distintos roles. Eduardo Camaño, ex ministro bonaerense y presidente, lleva adelante el escaneo de dirigentes del PJ en la provincia de Buenos Aires, marginados por los K. Y hay otros que se acercaron al Peronismo Republicano Federal como Humberto Romero o Daniel “Chicho” Basile.
“Me río porque dicen ‘los viejos’, pero los viejos son los que tienen la libretita y saben qué puerta tocar. Hasta están armando estructuras jóvenes”, ironizan cerca de Pichetto. En efecto, un grupo sub 25 en la Ciudad se puso a disposición del pichettismo, encabezados por Tomás Santostefano. Lo mismo ocurre con otros jóvenes de la Universidad de La Plata de Ciencia y Tecnologia.
La Rioja fue una de las primeras paradas y allí tomaron dimensión del potencial en un acto junto junto al candidato a gobernador Alberto Paredes Urquiza y a Jorge Yoma. Pichetto reivindicó la figura de Carlos Menem, convocó al PJ local a construir junto a Macri e instó a elegir entre una visión “radicalizada y de izquierda” de La Cámpora, o un peronismo “ligado a la historia nacional, al pensamiento de Perón”.
Hasta ahora, Pichetto cerró el apoyo desde San Luis de Adolfo Rodríguez Saá. Igual que el del gobernador de Río Negro Alberto Weretilneck, que respalda a Macri e irá al Senado.
Pero hay más. En Entre Ríos, el que arma es el ex intendente de Gualeguaychú Luis Leissa; en Salta vienen hablando con Juan Carlos Romero, y ya cuentan con el intendente y candidato a gobernador Gustavo Saenz; en Jujuy, con Guillermo Snopek; en San Juan el vínculo es con Marcelo Orrego y Roberto Basualdo; en Misiones hay varios sectores, además del embajador argentino en España, Ramón Puerta. Hay conversaciones con dirigentes en Formosa y la relación es buena con Gildo Insfrán; en Mendoza está el ex procurador Nicolás Becerra y negocian sumar al ex gobernador Rodolfo Gabrielli; en Córdoba, habría alguna colaboración del PJ local; en Santa Feestá el apoyo del “Lole” Reutemann y de grupos del interior, anti K; en Corrientes el referente “es Camau” Espinola. En Chubut hay diálogo con el gobernador Mariano Arcioni y sectores del PJ; enSanta Cruz hablan con dirigente del PJ anti K como Eduardo Arnold.
Mañana Pichetto y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, arribarán a Neuquén. Allí tienen el respaldo, además de la UCR, de Lucila Crexell y del petrolero Guillermo Pereyra. Podrían conseguir el apoyo del reelecto gobernador Omar Gutiérrez. Y el miércoles irán a Tucumán, donde estrecharon lazos con el intendente Germán Alfaro y con Domingo Amaya, aunque buscan arrimar al sector de José Alperovich, excluido por Cristina.
Tibiamente se acercan sindicalistas. Unos 30 gremios del sector energético, de dirigentes como Antonio “Coco” Cassia, Guillermo Pereyra y Oscar Mangone. También consiguieron a la Federación de Químicos y Petroquímicos de Rubén Salas y Jorge Coassini y el sindicato de Patrones y Oficiales Fluviales de Julio Insfran.
El jueves y viernes, Pichetto y Frigerio estarán en Mar del Plata. Allí podrían incorporar a algún dirigente del PJ que irá por la intendencia y que quedó afuera del cerco K. Así, María Eugenia Vidal tendría un candidato de Cambiemos y otro peronista.
La modalidad se repite. Construyen con peronistas pero sin mezclarse con los armadores del PRO y la UCR. Por ahora van por caminos separados, pero la idea es que esas bifurcaciones confluyan en las PASO y con más intensidad en octubre. Saben que en la sumatoria nacional, aportarán varios puntos a la boleta Macri-Pichetto, fundamental en un escenario cabeza a cabeza.
¿Cuál es la moneda de cambio? “Encuentran un lugar para participar, un canal de diálogo, que alguien los escuche y traslade lo que piensan. En el kirchnerismo nunca hubo ese canal”, detalló un operador del PJ.
Alrededor del senador rionegrino afirman que él transmite un mensaje político que en la Casa Rosada nunca lograron. El propio Macri a veces sugiere “que vaya Pichetto” en lugar de él, a alguna actividad de campaña. Pese a que el candidato a vice no quiere opacar al Presidente.
“Genial, Miguel es genial, dice lo que estos otros no pueden decir”, se entusiasma Jaime Durán Barba en una reunión con el pichettismo.
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