El líder de los trabajadores petroleros de Chubut habla sobre los Bulgheroni, Galuccio y la nueva ley de hidrocarburos.
Jorge “Loma” Ávila ingresó cuando tenía 18 años en la compañía Bridas Sapic, de Carlos y Alejandro Bulgheroni. Tres décadas después se convirtió en el titular del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Chubut y asumió la tarea de negociar con los empresarios más ricos del país en nombre de 12 mil trabajadores de la provincia. Los Bulgheroni son ahora la cara visible de Pan American Energy, el gigante que controla Cerro Dragón, el yacimiento petrolero más grande de la Argentina. Nacido y criado en Comodoro Rivadavia, Ávila tiene 50 años y representa a petroleros que perciben salarios promedio de 35 mil pesos. En las últimas semanas, vino varias veces a Buenos Aires para reclamar un bono de fin de año de 50 mil pesos para sus afiliados. “Es más o menos lo que perdió en el año un trabajador promedio por el Impuesto al salario”, dice. Cuestiona al gobierno nacional –que se niega a homologar un acuerdo que ya tiene la venia de las empresas- y dice que toda la clase política es enemiga de los sindicatos. Además, critica a su coterráneo Cristóbal López y denuncia que la corrupción se quedó con 70 millones de dólares de la prórroga de Cerro Dragón que se firmó en 2006.
¿Ustedes son los únicos que van a lograr una actualización del Impuesto a las Ganancias este año?
Nosotros cuando se cerró el 30 % de aumento en diciembre del año pasado habíamos hablado con el gobierno que, si no se modificaba el mínimo no imponible, estábamos al límite. Entonces, si no hay una suba un trabajador va a empezar a tributar el doble. Lo único que tenemos exento por ley en la Patagonia son las horas de viaje y la vianda. Las horas extras las hacemos y nos descuentan, pero las operadoras nos devuelven. Todos los años tenemos el mismo puente. Hay que tener en cuenta que las ciudades petroleras parecieran ser otro país.
¿Por qué?
Por la gran diferencia de precios. Si acá un kilo de azúcar sale 10 pesos, allá sale 20. Y si un kilo de carne acá te sale 70, 80, allá sale 180. Un alquiler de una pieza con un baño sale entre 8 y 12 mil pesos porque no hay vivienda.
El gobierno dice que hoy pagan Ganancias los mismos que pagaban en agosto de 2013.
Capitanich hace la cuenta mal, me parece. Yo hablé con él el otro día y se lo dije. Nosotros estamos al límite, cambiamos de escala y pagamos cada vez más. Un trabajador que viene cobrando 30 mil pesos bruto, le quedan 21 mil pesos de bolsillo. Paga 2400 pesos de Ganancias, se va de vacaciones y cambia de escala, pasa a la superior, le juntan el sueldo y ese mes tributa 9 mil pesos. Es una situación compleja: los feriados, las horas extra, el aguinaldo, todo se pierde. Es muy difícil encontrarle una salida elegante, como busca el gobierno.
¿Cuál es la preocupación del gobierno en estas reuniones?
Que se le escape el Impuesto a las Ganancias a todo el mundo. Tienen récord de recaudación impositiva. El IVA se coparticipa con las provincias, Ganancias es una caja que se reparte sólo si andas bien con el gobierno y sos defensor de ellos. Hoy se dibuja la inflación con el INDEC y se dibuja también una realidad para recaudar el impuesto a las Ganancias.
El enemigo
Hace algunos años, en un conflicto con una petrolera norteamericana, usted cuestionó duramente a la clase política. ¿Por qué?
Porque yo creo que todos los políticos están en contra de los sindicatos. Perón dejó los sindicatos, una herramienta fundamental para los trabajadores. Ahora Perón no va a venir a defenderla, somos nosotros los que tenemos que defenderla. El enemigo siempre está ahí, no es que se va, por más peronistas que se digan, siempre estamos en esta pelea. Dentro del mismo peronismo, tenés antisindicalistas, imagináte en los partidos de afuera.
¿Dónde está el enemigo?
El empresario, si bien es un buen amigo, pasa a ser también un buen enemigo (risas). Cuando las cosas están mal, enseguida pactan con el gobierno y nosotros quedamos solos. Cuando las papas queman, el gobierno y el empresariado siempre se juntan y tratan de encarrilar al sindicalismo.
¿Cómo es sentarse a negociar con Carlos Bulgheroni?
Duro, impresionante. Yo creo que es una persona con historia petrolera, la tenés que reconocer. Viene del año 65 laburando en la industria, conoció todo, vivió en Comodoro Rivadavia. Formaron una empresa de la nada y se hicieron millonarios, uno de los más ricos del país. A uno le despierta admiración, más allá de todo lo que se pueda decir, la gente que se formó desde abajo. Como se formó Cristóbal López o Lázaro Báez. Pueden haber llegado por cuestiones gubernamentales, no decimos que no, pero que vinieron de raíces petroleras netas y de abajo es así. Después se corrompieron pero bueno, ese es otro tema.
¿Qué diferencia a Bulgheroni de Cristóbal López?
Hay una gran diferencia de cómo ejercer una línea de política sindical. Cristóbal López siempre tuvo un gran acuerdo con Camioneros, en todos lados. Nosotros, los petroleros privados, no tuvimos buena experiencia con él. Manejaba su empresa Oil, un día desapareció, nos dejó 150 trabajadores a la deriva, no le importó la gente, no le importó las familias, no le importó nada. Eso fue en 2005. Lo mismo hizo con su empresa Almería, que un día la vendió y se olvidó de los laburantes. Hacen negocio a costilla de los trabajadores. Bulgheroni es diferente, la negociación no es fácil pero es mucho más factible que nos sentemos a arreglar un problema con él.
La olla de los 70 millones de dólares
¿Usted personalmente se opuso a la prórroga de Cerro Dragón?
No, nosotros la acompañamos por la gran demanda de laburo que teníamos. Veníamos de una crisis bastante brava en la industria y teníamos muchos trabajadores esperando retornar al campo laboral. Hoy las pymes le ofrecen trabajo a 3 mil personas en Comodoro. Lo que sí creo es que, como fue todo tan cerrado, ignorábamos muchas de las cosas que nos enteramos después, ignorábamos mucha información.
¿Ahora cuestiona ese acuerdo entonces?
En 2006, el gobernador Das Neves le concede el área prácticamente de por vida con un canon, del cuál la mitad de la plata se perdió. Hay 70 millones de dólares de la concesión del área de PAE que no están claros en Comodoro Rivadavia. Nadie sabe quién se los llevó. Si el gobernador o alguien. Los mismos actores políticos que están hoy en la política de Comodoro son los mismos que estuvieron en la concesión de Pan American. Entonces, nadie quiere destapar la olla porque están todos involucrados.
¿Dice que Bulgheroni pagó pero la plata desapareció?
Las operadoras pagan siempre. Cómo se reparte después, es otro problema. (El gobernador, Martin) Buzzi era ministro, (Mario) Das Neves era gobernador y el ex ministro de Agricultura de la Nación Norberto Yahuar era el ministro coordinador y miembro informante del tema Pan American. Lo único que le dejó PAE a Comodoro y a los chubutenses fue la gran demanda laboral. Nosotros teníamos cerca de 1000 trabajadores en ese yacimiento y pasamos a tener 5000 o 6000 trabajadores en 2008 y 2009, nada más que en la industria petrolera. Después, están los camioneros y la UOCRA. Hoy tenemos una fuerza motriz de 13.000 personas dentro de Cerro Dragón.
Los que critican a su antecesor, Mario Mansilla, opinan que era socio de Bulgheroni.
Era socio de toda la industria, no sólo de Bulgheroni. Fue socio de toda la industria y socio del gobernador Das Neves durante ocho años. Así funcionaron. Para nosotros se conjugaron los más altos grados de corrupción en esos años en la provincia, en Comodoro y en el sindicato.
¿Ustedes se llevan mejor con el gobernador actual, Buzzi?
Nosotros estamos buscando un camino, somos peronistas y tratamos de enseñarle a los jóvenes que vienen con nosotros que mamen la experiencia del peronismo, que es lo único que va a mantener fuerte a los sindicatos. Más allá de que cuando te transformás en peronista empezás a creer que sos mejor que los otros, cuando ves la doctrina te das cuenta de que el camino para recorrer es largo. La comisión directiva nuestra se basa en un promedio de edad de 35 años, con un recambio importante. Nuestra conducción no es el recambio, ellos son el recambio.
¿Qué cambió desde que usted asumió como secretario general del sindicato?
Abrimos más el gremio en lo social y a la discusión. Antes era todo más difícil, pasaba todo por el secretario general. Hoy hay discusión interna en las empresas donde las comisiones internas tranquilamente pueden arreglar los problemas sin intervención nuestra. Antes no se podía.
¿A nivel nacional, están alineados con Moyano o con Caló?
Con ninguno. Converso con todos, puedo hablar con Moyano, con Caló o con la CTA. Pero cuando nos fuimos de la Federación de Alberto Roberti, nos fuimos para no tener jefe. Los jefes nuestros son los 12 mil trabajadores del campo. Me gustaría estar en las 62 Organizaciones peronistas, hay que armarlas, volver a las fuentes. Es un error que cometió el sindicalismo, los intereses personales llevaron a que hoy desaparezca esa herramienta. Es una lástima.
Galuccio y la ley de Hidrocarburos
¿La ley de hidrocarburos de Galuccio no toma el modelo de Cerro Dragón?
En parte, sí. Pero a nivel país necesitábamos una ley marco para todas las provincias. Para que cada provincia no haga su propia ley con un recurso no renovable. No puede hacer cada provincia un negociado y si no vayamos al último acuerdo de Chevrón con YPF en Neuquén, donde todavía hay cláusulas gatillo que se desconocen.
¿Esta ley no es demasiado premio para las empresas?
Para un país que no tiene plata para buscar reservas, hay que preguntárselo como argentino. Acá está todo muy lindo pero nadie pone la plata. Entonces, podés tener el recurso ahí abajo, pero ¿cuándo lo sacás? En el mundo, se están buscando nuevas energías. El petróleo es un recurso estratégico, pero no somos un país productor, somos un país que tiene petróleo, muy distinto a una Arabia Saudita, que exporta, vende y hace lo que quiere. Los argentinos, por haber vendido YPF en su momento, no tenemos la fuerza suficiente para sacar el petróleo como hizo Brasil. Brasil se preparó, llegás y tenés dos surtidores, uno de combustible y otro de biocombustible.
¿Cómo se llega al autoabastecimiento otra vez?
Con inversión, lamentablemente no hay otra forma. No nos tenemos que olvidar que en Argentina no hay maquinaria. Tenemos equipos costosos parados porque no nos dejan entrar la importación porque acá en el país no se fabrica. Pero también con las multinacionales hay que tener mucho cuidado: el control no está mal, lo que está mal es la burocracia si necesitas un equipo.
¿Argentina puede seguir exportando combustible?
No. Yo creo que hace tres años que venimos pagando lo que viene de afuera más caro que lo que tenemos acá. El barril de la cuenca del Golfo San Jorge te lo venden hoy a 60 dólares, internacional costaba 108 hasta hace poco. Esa diferencia el gobierno se la queda con retenciones y así entran dólares genuinos al Estado nacional. Lo único que tiene para exportar y que ingresen divisas es el petróleo, el oro, la plata y la soja.
¿Cómo influye Vaca Muerta en la realidad de sus afiliados?
En Chubut no influye pero en Neuquén incrementó la mano de obra de 12 mil trabajadores a 22 mil. Pero hay que ver los acuerdos que se firman, como digo, el acuerdo con Chevron no lo conoce nadie.
En Chubut, YPF sigue siendo una empresa chica comparada con Pan American.
Si, en Pan American pisamos los 5500 trabajadores y en YPF tenemos 2000 y pico. Y si sumás toda la industria, YPF no llega a los 3000 y Pan American tiene 15 mil.
¿Cómo ve la gestión de Galuccio?
Es un operativo muy bueno. No podrían haber elegido un mejor presidente. Conoce la industria, sabe para dónde apunta, Vaca Muerta también es un logro de él, la formación (no convencional) de D 129 de Chubut no la hizo Pan American, fue Galuccio con la Presidenta e hizo el pozo, sino no se hace. Entonces, YPF ahora vuelve a su compromiso de buscar los recursos, otros esperan que la inversión la haga otro: si te va bien, ponemos plata y sino arregláte. Ahora, Galuccio viene de los capitales privados, no es un político. En un Estado nacional hace falta ser político porque si no te vas a encontrar con muchos errores, tenés que convivir con gobernadores, con intendentes, con la problemática de cada región. En Schlumberger vos sos amo y señor y lo único que querés es ganar plata.
¿Las empresas petroleras tienen un poder que es equivalente al del Estado o es mucho mayor?
Tienen mucho más poder que el Estado, en Argentina y en el resto del mundo. Mañana se les ocurre llevarse todo, te dejan los fierros y hacélos funcionar vos si podés. Los sindicalistas cometemos gravísimos errores de pelearnos por las migajas y no sentarnos en la mesa a repartir el pan. Vamos a seguir con migajas mientras no sepamos sentarnos a la mesa. Estamos discutiendo Impuesto a las Ganancias cuando durante más de diez años las petroleras se llevaron fortuna. Bajó el barril del crudo, ¿bajó la nafta? ¿Te devuelven algo por todo lo que ahora se llevan?
Comentá la nota