Se la consultó ante los discursos que siempre que existe una decisión política que involucra al ambiente, se pone un 'freno' a la producción. Ello luego de que el gobierno de la provincia, ante el insistente reclamo de las comunidades indígenas y campesinas, decidiera derogar los dos decretos que permitían el desmonte en zonas que debían ser protegidas.

"No deja de sorprender que se use información falsa" dijo Álvarez al sostener que según las estadísticas referidas "se puede apreciar que después de la sanción de la  Ley de Bosques con recategorización o sin recategorización…con amparo o sin amparo", las áreas sembradas aumentaron.

Mas siembra, menos producción. El hecho es que si bien el área aumentaba, la producción se quedaba. "Muchos habíamos dicho desde la Universidad, académicos, el INTA… que esas tierras eran de riesgo. Y eso es lo que se ve, dos sequias seguidas que hicieron que baje la producción". 

El problema principal lo sufren las comunidades indígenas y criollas del Chaco Salteño dado que ante esta situación climática perdieron la posibilidad de realizar sus actividades ancestrales y tuvieron que irse de sus zonas de producción. A ello sumó que esto "no ha redundado en los supuestos beneficios para la provincia". Por el contrario, entendió que este es un tema que las autoridades de la provincia deberían mirar con más atención. Y es que "tiene mucho costo social de mucha gente trasladándose a cordones periurbanos…y empresarios que se acogen a beneficios por los problemas con la sequia lo cual termina pagando el gobierno nacional y provincial".

Un alto costo. Si bien indicó que en la ciudad mucha gente puede no conocer el Chaco Salteño, dijo que "cualquiera que conozca la zona va a haber que se incrementó la pobreza en áreas donde se ha desmontado más". 

Pese a toda la información disponible respecto de las diferencias de los suelos y bosque, la pampeanización del Chaco Salteño sigue siendo el norte de los empresarios. Esto deja de lado las alternativas productivas de alimento como la harina de algarrobo u otras que conviven mejor con el monte nativo. Los beneficios se extenderían por más años a mayor cantidad de personas. Actualmente, el costo de la población es demasiado alto que los beneficios queden en unos pocos.